Entre 30 y 35, los "encuentros" cada día con el enemigo: general Ricardo Sánchez

Habrá más atentados contra sus tropas, prevé comandante en jefe de EU en Irak

Ataca la resistencia en Basora y Bagdad; reconoce Washington derribo de helicóptero

DPA, AFP Y REUTERS

Basora, 11 de noviembre. Un atentado suicida con bomba dejó hoy cuatro "colaboracionistas" iraquíes muertos, entre ellos dos policías en la ciudad de Basora, y otro ataque en Bagdad provocó heridas a un efectivo estadunidense y ocho iraquíes, al tiempo que el comandante en jefe de las tropas invasoras en Irak, Ricardo Sánchez, aseguró que prevé más atentados de la resistencia iraquí contra sus efectivos y precisó que cada día se registran entre 30 y 35 "encuentros con el enemigo".

En una nueva acción de la guerrilla, cuatro iraquíes murieron, de ellos dos policías, y otros nueve resultaron heridos al explotar hoy una bomba al paso del automóvil en que viajaban, en Basora, al sur de Irak.

El hombre que colocó el explosivo murió en el lugar junto con otros dos iraquíes, di-jeron las fuerzas británicas que patrullan la sureña ciudad. Otro iraquí falleció después y nueve resultaron heridos, según médicos.

Horas más tarde se escuchó una segunda detonación en el casco antiguo de la ciudad, pero hasta el cierre de esta edición no había reportes de víctimas.

En Bagdad, nueve personas resultaron heridas, entre ellas dos policías iraquíes y un soldado estadunidense, al estallar frente al Tribunal de Apelaciones un artefacto explosivo oculto en la parte inferior de un poste de electricidad, declararon testigos a Dpa.

Por su parte, el capitán Dan Froehlich, portavoz de la tercera brigada de la 82 división aerotransportada estadunidense, declaró a Afp que la aviación de su país bombardeó una casa al sur de Bagdad, supuestamente usada para preparar ataques contra las fuerzas angloestadunidenses, y detuvo a los seis ocupantes de la vivienda.

El militar declaró que se utilizaron aviones F-16 dotados con bombas guiadas "pa-ra destruir la casa". También indicó que el inmueble, situado cerca de Mahmudiyah, 40 kilómetros al sur de Bagdad, fue usado para planificar ataques contra las fuerzas de ocupación, donde se escondían armas.

El bombardeo se produjo días después del ataque de un convoy militar en esta zona, llevado a cabo, según parece, por las seis personas que se encontraban en la casa destruida. Entre las armas confiscadas había lanzagranadas, según las mismas fuentes.

El alcalde y la policía iraquíes aprobaron la operación y advirtieron a los vecinos que se-rían lanzadas bombas. "Las dos bombas tocaron su objetivo y no hubo daños colaterales", subrayó Froehlich, de acuerdo con Afp.

Mientras, las fuerzas estadunidenses indicaron que al menos dos proyectiles de mortero fueron disparados contra la zona verde, donde se encuentra el cuartel principal de las fuerzas invasoras en Bagdad.

El teniente coronel George Krivo afirmó que se reportaron dos explosiones en los alrededores de un estacionamiento cercano al palacio del derrocado presidente Saddam Hussein, que sirve ahora como sede central de las fuerzas angloestadunidenses.

Krivo indicó que se desconoce el origen de las explosiones. Reportes anteriores dieron cuenta de al menos cuatro detonaciones.

Un vocero de las fuerzas estadunidenses señaló que el personal que se encuentra dentro del palacio fue evacuado a los sótanos del inmueble, reportó CNN.

Según todos los indicios, los cohetes fueron disparados desde la orilla izquierda del Tigris. El antiguo palacio presidencial de Hussein es un gigantesco complejo que bordea la orilla derecha del río.

Uno de los cohetes podría ser un misil tierra-aire de 81 milímetros, arma utilizada en varias ocasiones contra el cuartel, afirmó otro oficial que pidió el anonimato.

En el exterior de la zona verde, la policía iraquí instaló retenes y registraba los vehículos. Hace exactamente una semana, este lugar fue blanco de disparos de obuses que hirieron a tres soldados.

A su vez, la policía iraquí descubrió una ambulancia cargada con explosivos cerca de la comisaría de Dura, al sur de Bagdad, afirmó un portavoz militar estadunidense, y encontró cuatro obuses de 155 milímetros y otros explosivos en el interior del vehículo.

En tanto, el comandante en jefe de las tropas estadunidenses en Irak, Ricardo Sánchez, aseguró que prevé más atentados de la resistencia iraquí contra sus tropas.

"Es inevitable que nos tengamos que preparar para nuevos ataques en el futuro", indicó el militar, y apuntó que actualmente se registran entre 30 y 35 "encuentros con el enemigo" cada día, casi tres veces más que durante el verano pasado.

Asimismo, Sánchez señaló que está listo para emplear todo su armamento contra las guerrillas: "El mensaje más importante es que nos vamos a poner bastante duros. Eso es lo que es necesario para derrotar a este enemigo y desde luego que no vacilaremos en hacerlo".

Reconoció que el helicóptero Black Hawk derribado el viernes cerca de Tikrit, en el norte de Irak, fue blanco de un cohete.

Los seis soldados que viajaban a bordo murieron, con lo que se elevó a 164 la cifra de efectivos caídos en combate desde que el presidente George W. Bush proclamó el fin de las principales operaciones militares en Irak, el pasado primero de mayo.

El funcionario estadunidense también informó que hasta 20 personas fueron detenidas en Irak por sospechas de vínculos con la red Al Qaeda, de Osama Bin Laden, pero sin que se hayan obtenido pruebas de ello.