Los soldados muertos en Irak "sirvieron a una causa justa", sostiene el presidente

Critican recortes de Bush a los beneficios de veteranos de EU

Descarta Rumsfeld enviar más efectivos al país árabe, pese al aumento de ataques de la resistencia

REUTERS Y AFP

Arlington, 11 de noviembre. El presidente George W. Bush, al conmemorar este martes el Día de los Veteranos, señaló que los soldados que murieron en Irak y Afganistán sirvieron a una "causa justa y buena", mientras sus principales colaboradores descartaron la posibilidad de enviar más efectivos al ocupado país árabe, a pesar del incremento de las acciones de la resistencia.

"No vivieron para ser llamados veteranos (de guerra). Pero esta nación nunca olvidará que dedicaron su vida al servicio y todo lo que hicieron por nosotros", indicó Bush a un auditorio de veteranos durante una ceremonia en el cementerio nacional de Arlington, al otro lado del río Potomac, en Washington.

"Los estadunidenses son totalmente conscientes de la guerra y de los sacrificios que implica. Las pérdidas son terribles de soportar, principalmente para las familias", agregó el mandatario.

Algunos comentaristas de televisión han cuestionado por qué Bush no ha asistido a ninguno de los funerales de los caídos en Irak (164 desde que el mandatario proclamó el fin de las principales operaciones en Irak, el primero de mayo pasado) y han criticado al gobierno por prohibir la cobertura del regreso a Estados Unidos de los ataúdes cubiertos con la bandera nacional.

Por su parte, los candidatos presidenciales demócratas atacaron a la administración Bush por el trato dado a los ex combatientes, en particular los constantes cortes practicados a los beneficios de los ex miembros de las fuerzas armadas.

El general retirado de cuatro estrellas Wesley Clark y los senadores Joe Lieberman y John Kerry emitieron comunicados con motivo del Día de los Veteranos, llamando a ampliar el acceso a programas de salud, compensación para minusválidos y otros beneficios para ex combatientes. "Yo tomo como algo personal que (el presidente) no otorgue a nuestros veteranos discapacitados sus beneficios completos y tomo como algo personal que envíe a nuestros soldados a Irak sin un plan para ganar y les agradezca por sus servicios cortándoles sus beneficios", sostuvo Clark.

El representante demócrata por Ohio, Dennis Kucinich, que hace campaña como un liberal pacifista, pidió un mejor trato para los ex combatientes, afirmando que más de 60 mil de ellos se encuentran en listas de espera para ser atendidos en los hospitales para veteranos de guerra.

A su vez, Condoleezza Rice, la consejera de Seguridad Nacional de Bush, afirmó que las operaciones militares mayores no se reanudaron y explicó que los ataques contra las tropas estadunidenses por parte de la resistencia iraquí deben considerarse como una "rebelión".

"Nadie puede imaginar que las operaciones militares importantes hayan recomenzado en Irak", afirmó Rice a una radio texana. "Lo que sucede es que ciertos elementos del antiguo régimen hacen causa común con combatientes extranjeros para alimentar lo que se podría considerar como una rebelión", estimó Rice.

El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld y el jefe del estado mayor conjunto, Richard Myers, indicaron que los comandantes en Irak estiman que los soldados de que disponen son suficientes para realizar su misión. "Por supuesto que en cualquier momento, si los comandantes militares indican que necesitan más tropas estadunidenses, ciertamente aconsejaré al presidente que aumente los efectivos, pero lo que se nos recomienda es precisamente lo contrario", declaró Rumsfeld a la cadena CBS.

"Nuestros comandantes en el terreno dicen que no necesitan más tropas", declaró por su parte el general Myers en CNN. "Las fuerzas en el terreno dicen que tienen lo necesario para hacer su trabajo", subrayó.

Por lo pronto, un grupo de demócratas en el Congreso pidió formalmente a Bush que destituya a Rumsfeld, por ser responsable de lo que calificaron como el "empantanamiento" estadunidense en Irak.

La resolución presentada el viernes en la Cámara baja acusa a Rumsfeld de "enorme mal manejo de sus responsabilidades", señalando que el funcionario rechazaba el consejo de altos funcionarios militares y había enviado a las tropas estadunidenses a la guerra sin planes adecuados ni suficientes equipos. La iniciativa no parece tener futuro en el Congreso, dado que está controlado por el gobernante Partido Republicano de Bush, indicaron analistas.

Rumsfeld, sin embargo, se ha vuelto un blanco favorito para los críticos del gobierno por su estrategia de guerra y los esfuerzos comandados por el Pentágono para estabilizar y reconstruir Irak.

Finalmente, el administrador civil de Estados Unidos en Irak, Paul Bremer, sostuvo reuniones este martes en la Casa Blanca en las que habló sobre el progreso de los esfuerzos para estabilizar el país árabe, según informes de prensa.

Bremer se entrevistó con los secretarios de Estado, Colin Powell; Defensa, Donald Rumsfeld; y con la asesora de Seguridad Nacional Condoleezza Rice, con quienes trató el tema de la restructuración del Consejo de Gobierno provisional iraquí y el cronograma para la transición hacia el autogobierno, informó el diario The Washington Post.

Un alto funcionario dijo a la cadena ABC que hubo una "seria discusión" sobre la transferencia de poder a un líder iraquí interino nombrado por Estados Unidos y la elaboración de una Constitución también provisional. Sin embargo, la Casa Blanca no confirmó si Bremer se reunirá con el presidente George W. Bush o sólo con sus subalternos.