La decisión prácticamente revoca la sentencia del presunto narco, indica la defensa

Otorgan amparo a Félix Gallardo

JESUS ARANDA

El presunto narcotraficante Miguel Angel Félix Gallardo recibió un amparo ''para efectos'' en contra de la sentencia de 40 años de prisión que se le dictó por su participación en el asesinato del agente de la DEA Enrique Kiki Camarena Salazar y del piloto mexicano Alfredo Zavala, ocurrido en febrero de 1985. La sentencia obliga al primer tribunal unitario en materia penal a que reponga la audiencia de vista y, por tanto, reinicie el procedimiento, para que se establezca su responsabilidad.

Miguel Angel Félix -quien se encuentra preso en el penal de máxima seguridad de La Palma, estado de México- fue encontrado culpable de homicidio calificado con agravantes de Camarena y Zavala.

Según abogados del acusado, el amparo 55/2003 deja prácticamente sin efecto la sentencia en su contra y, aseguran, confirma su inocencia en los hechos que se le imputan.

Entrevistado en marzo pasado por La Jornada, en lo que ha sido su única declaración a un medio impreso desde su detención el 8 de abril de 1989, señaló que fue injustamente sentenciado ''a distancia'' como responsable del asesinato del agente estadunidense.

En esa entrevista realizada vía telefónica, Félix Gallardo reconoció haber conocido al ex comandante de la Policía Judicial Federal Guillermo González Calderoni -recientemente asesinado-, y reveló que éste fue quien lo detuvo.

''Durante estos años me han perseguido sin tener derecho a un juicio justo, me fabricaron delitos, engañaron al Presidente y a las autoridades de Estados Unidos", indicó.

Además de Félix Gallardo también fueron encontrados culpables de ese homicidio los capos Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto, quienes recibieron una sentencia de 40 años de prisión, que era la pena máxima aplicable en aquel entonces (1989).

Cuando Camarena y Zavala fueron secuestrados, a inicios de 1985, la DEA desplegó un gran operativo policiaco en Guadalajara con la finalidad de rescatarlos; sin embargo, días después aparecieron sus cuerpos en el rancho El Mareño, Michoacán, donde incluso se produjo una balacera en la que hubo varios muertos, lo que provocó protestas del entonces gobernador Cuauhtémoc Cárdenas, porque se violó la soberanía de la entidad.