La DGAC le ordenó suspender actividades desde el pasado primero de junio

Trabajadores de Aerolíneas Internacionales piden la reapertura de su fuente de trabajo

TRIUNFO ELIZALDE

Unos 150 pilotos aviadores, sobrecargos, mecánicos, personal administrativo y otros trabajadores de la empresa Aerolíneas Internacionales (AI) realizaron ayer una protesta en el andador principal del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para demandar al titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Pedro Cerisola, y al titular de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), Gilberto López Meyer, que flexibilicen su postura para que esta compañía pueda reanudar sus operaciones, mismas que fueron oficialmente suspendidas el pasado primero de junio.

"šCerisola, Cerisola, queremos trabajar! šLópez Meyer, López Meyer, queremos trabajar!", gritaron los manifestantes en el andador principal del aeropuerto.

Con pancartas hicieron saber a los empleados de otras aerolíneas, así como al público en general, que su movimiento tiene como propósito fundamental lograr que se permitan las actividades de Aerolíneas Internacionales.

La Dirección General de Aeronáutica Civil dispuso el pasado primero de junio cancelar los vuelos de los aviones de AI, ya que las naves no recibían el mantenimiento adecuado, con lo que se trató de evitar algún accidente de graves consecuencias, independientemente de que tenía un adeudo por 60 millones de pesos con la Secretaría de Hacienda, misma que intervino la parte administrativa, nombrando como interventor a Hugo Uribe Reina.

"Pedimos a Hacienda que nos libere del interventor que designó, porque ya tiene garantizado el pago de los adeudos", aseguraron portavoces de los trabajadores.

Por su parte, el capitán Pablo Pastrana León, representante de los 740 empleados -511 de planta y 229 eventuales- hizo saber que la nueva administración de AI, que encabezan los hermanos Luis, Alfredo y Héctor Javier Rodríguez Pastrana, lograron que la Secretaría de Hacienda aceptara como garantía de pago de los 60 millones que la empresa le debe al fisco, tres de los siete aviones con que cuenta la aerolínea, mismos que son del tipo 727-100 y 727-200, que se encuentran estacionados en el aeropuerto Mariano Altamirano, de Cuernavaca.

Interrogado sobre qué instancia oficial representa el escollo más difícil para que la aerolínea reanude sus actividades, Pastrana León no dudó en señalar a la Dirección General de Aeronáutica Civil, cuyo titular "nos exige que para poder volver a operar los aviones, éstos deben encontrarse en perfectas condiciones, mecánicas y de seguridad, pero no nos permiten acercarnos a los aparatos para poderles dar el mantenimiento que requieren".

Agregó también que la DGAC "no ha dado en concesión a ninguna otra compañía las rutas que nosotros veníamos cubriendo, aunque ha autorizado que Mexicana, Aerocaribe y Aeroméxico cubran hasta el 13 de diciembre próximo las rutas Cuernavaca-Monterrey y Cuernavaca-Tijuana".

La manifestación realizada en el corredor principal del aeropuerto capitalino se llevó a cabo sin el menor contratiempo. Tanto al inicio de la marcha como al final los trabajadores entonaron el Himno Nacional y expusieron las razones de su lucha. Inclusive pidieron la intervención del presidente Vicente Fox.

Por la tarde, en la sede de la DGAC, concretamente en la oficina del capitán López Meyer, los representantes de los trabajadores sostuvieron una charla con el funcionario.

El titular de la DGAC expresó que la autoridad no se opone a que la aerolínea vuelva a operar, pero tiene que hacerlo apegada a los requisitos que marcan las leyes aeronáuticas de nuestro país, sobre todo en materia de seguridad, mantenimiento y calidad del servicio. Hizo notar que el simple hecho de tener una nueva administración no es garantía de que exista todo un programa de empresa aeronáutica, lo que debe ser satisfecho para que se tome en cuenta como una línea aérea totalmente normal. Los trabajadores, por su parte, manifestaron a López Meyer que ellos inclusive están dispuestos a buscar algún crédito para poder iniciar el mantenimiento de las aeronaves, mientras los dueños de la empresa cumplen con su parte de presentar un programa de compañía formal.