México D.F. Viernes 3 de octubre de 2003
Denota grave deformación profesional
quien elaboró el proyecto, afirma el magistrado local
Califica Rivas Monroy de "muy ligera" la resolución
del TEPJF
Quienes aprobaron el fallo convalidaron la ilegalidad,
pese a que la investigación al PRD no está concluida, dice
Asunto de sicólogos, demostrar la manipulación de conciencias
que aducen, señala
GABRIELA ROMERO SANCHEZ
La decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial
de la Federación (TEPJF) de validar el triunfo del panista Fernando
Aboitiz como jefe delegacional en Miguel Hidalgo no sólo es "muy
ligera", sino además denota "grave deficiencia en la formación
profesional de quien elaboró el proyecto" (la magistrada Alfonsina
Berta Navarro), asegura el magistrado supernumerario del Tribunal Electoral
del Distrito Federal (TEDF) Pedro Rivas Monroy.
En
entrevista, el autor de la resolución mediante la cual el TEDF declaró
la nulidad de la elección en Miguel Hidalgo, al acreditar que el
panista Aboitiz Saro excedió el tope de campaña, advierte
que el mensaje que el tribunal federal dio a los electores es muy claro:
"las reglas no se cumplen y puede ganar alguien, pese a estar en duda su
legitimidad".
-Los magistrados que votaron en favor (Alfonsina Berta
Navarro, José Luis de la Peza, Eloy Fuentes y José de Jesús
Orozco) ¿convalidaron una ilegalidad?
-De hecho sí, porque la misma ponencia reconoce
que hubo violación de los topes de campaña y la gravedad
del hecho, pero dice que no es suficiente. Ya no sé si hay cosas
graves que son suficientes y cosas graves que son insuficientes.
-¿No resulta contradictorio?
-Por supuesto, todo mundo reconoce el exceso. Lo que es
increíble y terrible es que la ponente tome como prueba superveniente
la investigación sobre los gastos de campaña en contra del
candidato del PRD, Agustín Barrios Gómez, la cual todavía
no está terminada, y con eso establece que el principio de equidad
no se rompió, dado que el primero y el segundo lugares rebasaron
los topes de campaña; es decir, reduce un problema de 11 partidos
a un asunto de dos.
Rivas Monroy va más allá y compara el criterio
de la magistrada ponente con el de un agente de tránsito en un choque:
"cada quien se va con su golpe y no tocamos la delegación".
-La resolución del tribunal federal ¿marca
una diferencia con el Tribunal Electoral del DF?
-Afortunadamente sí, nosotros estuvimos de acuerdo
en situaciones jurídicas, se dio un debate de altura. Por ejemplo,
el magistrado Rodolfo Terrazas insistía en el dolo, por ahí
hay una jurisprudencia que habla de ello; la magistrada María del
Pilar Hernández rebatió el punto, y el magistrado Mario Estuardo
Bermúdez prácticamente habló de un estudio constitucional
para determinar si el dictamen cumplía con los elementos esenciales
o no, y por tanto era nulo.
"Mientras que lo que vimos en el federal, y ahí
está la diferencia, es una digresión de alguien que no necesariamente
tuvo que estudiar derecho".
-Esto ¿es lamentable?
-Sí, me hubiera gustado ver una sentencia con argumentos
sólidos, que aclararan muchas cosas. Desde mi punto de vista la
sanción que establece el Código Electoral del DF es excesiva,
quizá los magistrados federales podrían haber debatido sobre
una violación a los derechos constitucionales. Sin embargo, nada
de esto hay en la resolución, es un simple cálculo aritmético:
sí se rebasó, pero no es suficiente para anular la elección.
Esto no nos dice nada, o peor aún, violenta el marco normativo local.
Rivas Monroy detalla que los magistrados que apoyaron
el proyecto aseguran que la causal del exceso en los topes de campaña
es prácticamente nula, porque el argumento de la Corte, que mete
mucho ruido, es que se demuestre la manipulación de las conciencias.
"Eso es un asunto de sicólogos, de siquiatras, no de abogados, porque
tendríamos que meter al diván a todos los electores."
Por ello concluye que, como los abogados no son peritos
en determinar conciencias, nunca podrán operar este tipo de causales,
"nos quedaremos siempre a la mitad".
El magistrado señala que esto es una invitación
a los candidatos y a los partidos a hacer uso indebido y desigual de los
recursos. En suma: "estamos regresando, no diría que a los viejos
tiempos del PRI, porque no estaba regulado esto, pero sí a los años
70, en los que precisamente el partido en el gobierno arrasaba a los demás.
Esto no ayuda en nada al proceso democrático y nadie se tiene que
alegrar con este tipo de decisiones".
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