TIEMPO DE BLUES

Raúl De la Rosa

"We shall overcome"

Primera llamada

SILENCIO ƑO SERA ausencia?... el pasado agosto se conmemoró el 40 aniversario de la marcha de los negros en Washington encabezada por Martin Luther King. En casi todos los medios se habló sobre ese parteaguas en el movimiento por los derechos civiles de la minoría negra de Estados Unidos. En todo movimiento social la música y el canto están presentes y algunos de éstos con el tiempo se convierten en himnos.

SIENDO UNA LUCHA protagonizada por los afroestadunidenses, fue revelador que los cantos de libertad se nutrieran de la tradición del gospel y del folclor. El blues y sus autores e intérpretes estaban prácticamente ausentes, quedaron en una especie de limbo, en medio de dos situaciones extremas para los bluesmen: las posiciones extremistas de los Panteras Negras y un movimiento encabezado por líderes religiosos.

AL HACER EL recuento de la de los años 60, nos encontramos con un caldero en el que hervían movimientos sociales de lo más diverso, pero con antecedentes; en el caso de los negros estadunidenses, su lucha venía desde los mismos principios de la esclavitud y durante siglos no dejaron de darse las revueltas contra las condiciones de vida a que eran sometidos.

EN DICIEMBRE DE 1955 un hecho cotidiano dio inicio al boicot al transporte público de Montgomery, Alabama: la costurera Rosa Parks, al regresar de su trabajo, se negó a ceder su asiento a un blanco en un autobús segregado; los negros deberían ocupar los asientos posteriores. Rosa fue arrestada y se desató el boicot, que duró exactamente 381 días.

Segunda llamada

ESTE BOICOT LLEVO a otra acción: se creó la Asociación por el Desarrollo de Montgomery, que eligió como uno de sus porta-voces a un desconocido y joven pastor de la Iglesia bautista: Martin Luther King. La lista de los activistas políticos e intelectuales era impresionante: Angela Davis, Stokely Carmichael, Eldrige Cleaver, Charles V. Hamilton, Malcom X, Le Roi Jones, James Baldwin, etcétera.

AUNQUE EL MAS notorio fue Luther King, había varios pastores que encabezaron otros movimientos similares como León Sullivan y Ralph Abernathy, que junto con Luther King lidereó varios boicots; lo encarcelaron en 19 ocasiones y caminó, al igual que miles de negros, durante más de un año cumpliendo el boicot al transporte público de Montgomery.

EL NACIONALISMO NEGRO de esos años tuvo sus antecedentes en el movimiento que Marcus Garvey comenzó por los años 20, en el que se propugnaba por el retorno a Africa (años después influyó en los rastafari y músicos como Bob Marley). Este movimiento, al igual que el de los musulmanes negros, se formó en el norte de Estados Unidos; son un fenómeno social urbano (Chicago, Nueva York, Boston, Detroit, Filadelfia y en la sureña ciudad de Atlanta).

LOS MUSULMANES NEGROS atrajeron a los segmentos más marginales, lograron darle sentido a la vida de estos nuevos miembros que se nutrían de una filosofía sencilla y directa: se predicaba la supremacía de lo negro y la inherente degradación de los blancos. Su activismo -a veces violento- asustaba a la sociedad estadunidense e incluso a los negros de clases mejor acomodadas. El líder más controvertido y brillante de los Muslims fue Malcom X, a quien se presentó como el opuesto a Luther King.

Tercera llamada

Y ASI ERAN, en realidad, dos caras de la misma moneda. La prédica del amor y la resistencia no violenta, inspirada en Gandhi, tuvo un efecto en la población negra del sur de Estados Unidos. Así Luther King, el pastor bautista, les da una un sentido de pertenencia que sólo tenían dentro de sus iglesias, casi el único territorio donde la autonomía era real y no dependía de la sociedad blanca para existir.

EL 28 DE agosto de 1963, ante más de 250 mil personas en Washington (la mayoría negros, aunque también hubo miles de blancos), Martin Luther King pronunció sus históricas palabras: "Tuve un sueño", que no dejó de ser eso, pues aunque las condiciones para la población negra han mejorado en muchos aspectos, el racismo latente o patente permanece y se extiende a otras minorías, principalmente a los llamados hispanos.

CONCLUYO CON LAS palabras del título de esta columna: We shall overcome (Venceremos), gospel contemporáneo interpretado por los asistentes a esa histórica marcha y que se convirtió en himno.

ƑY EL BLUES? Diría que tan solo resguardó su crónica de ironía y denuncia de la vida cotidiana, no se politizó, salvo algunas composiciones de Willie Dixon. Recuerdo aquí la anécdota que Jordi Soler publicó en La Jornada (30/11/96), cuando entrevistó a B.B. King y le preguntó si era cierto que "cuándo mataron a Luther King, Buddy Guy, Jimi Hendrix y usted se pusieron a tocar blues toda la noche en un bar de Nueva York", y la respuesta que pone en duda esa historia, o B.B. King tiene pésima memoria, fue: "la persona que estuvo conmigo aquella vez era... šJanis Joplin!"

HOY, LOS PUÑOS en alto de las Panteras Negras y las Angelas Davis siguen vigentes. Venceremos, repiten todos aquellos que luchan contra la injusticia, la explotación y el dominio de los más poderosos, que se alzan tan insolentes, en el mismo lugar donde se reunieron las conciencias del arcoiris humano: blancos, negros, amarillos, cobrizos y cafés con leche, hace 40 años. Esta historia tendrá que rescribirse una y otra vez, hasta acercarnos de tal manera que ya no podamos distinguir las diferencias que nos han separado y enfrentado. Que el sueño no acabe.

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