.. | México D.F. Martes 9 de septiembre de 2003
ANDANZAS
Colombia Moya
Folclor en buena sociedad
SI A SIMPLE vista pareciera que el folclor es el escaparate
de la sociedad, mucho habría que reflexionar al respecto, además
de comprender o señalar de qué sociedad se trata. Los intrincados
vínculos de las sociedades modernas con las grandes urbes, sin lugar
a dudas, de acuerdo con sus propias exigencias, gustos, tiempo y espacio,
prácticamente han obligado -demandado, más bien- un tipo
de folclor hechizado y comercial que, exacerbado en el mes patrio, cunde
en cuanto espacio, foro o comedero existe, donde el fervor hacia la patria
cumple la obligación de exteriorizarse ya sea con aplausos, gritos
-¡ajúa! ¡yihaaa!, etcétera-, tequilazo, mariachis,
bailazo, o simplemente el placer de vivir aún la apariencia de una
sociedad libre y democrática que todavía no salta trancas
que vivieran repúblicas hermanas del cono sur en aquellas terribles
y vergonzosas historias de tiranía, tortura, terror y muerte de
miles de ciudadanos y familias atrapados en tan triste página de
la historia latinoamericana.
POR
ESO, DE alguna forma es bueno recrearse con los espectáculos folclóricos
que invaden el Teatro de la Danza, amén de clases, conferencias,
encuentros y talleres, cuyo mérito, por más que se ignore,
pertenece a la UNAM desde 1980 cuando floreciera -como bien lo saben quienes
lo vivieron- toda esta serie de actividades que hoy, restrenadas en séptima
versión, aún logran estremecer aquellas profundas fibras
de un golpeado orgullo nacional, una vez más organizadas por el
Instituto Nacional de Bellas Artes y una serie de grupos avocados a mantener
a flote una herencia un tanto ajena, deformada y repetida, pero al fin
y al cabo en muchas formas, aún bella y valedera.
ACTUALMENTE, EL FOLCLOR es una profesión que desgraciadamente
no ha impulsado a sus herederos hacia la investigación y, sobre
todo, a la creatividad. El saber y poder extraer el zumo, la sabia portentosa
de lo auténtico y esencial, su forma y contenido original, para
realmente mantener vivas nuestras costumbres y folclor, nuestra parte de
identidad, antes que ser devorados por la avaricia y el rosario de pecados
en los que reina la ingratitud y la traición hacia nuestros hermanos
indígenas, verdaderos creadores y custodios de una personalidad,
color, que en la ciudad más grande del mundo nuestras televisoras
estrellas cada día se encargan de hacernos olvidar más y
más, y que, sin embargo, su propia fuerza arrolladora las mantiene
vivas, finalmente, como único valor genuino que bien presumimos
todos en el extranjero.
ES PUES EL Festival Patria Grande, que proclama a México
como el continente de la danza desde el pasado 4 y hasta el 30 de septiembre,
como abrevadero de múltiples versiones de tradiciones, ritmos y
costumbres que en el Palacio de Bellas Artes, Teatro de la Danza, Plaza
Angel, salas del Centro Cultural del Bosque, teatro Jiménez Rueda,
Teatro de la Ciudad y otros espacios, elevarán un grito nacional
mexicano en cada ritmo, canto y danza. A éstos se suman en esta
ocasión compañías de danza tradicional de China, Japón
e Indonesia, con la presencia, siempre seria y respetable, de grupos como
las universidades de Puebla y de Colima, con el ya legendario Zamarripa
al frente, de generosidad por mi parte siempre reconocida tanto como al
maestro Vélez Arceo y otros, así como al maestro Cruz Hernández,
cuya participación en la formación de la compañía
de danza folclórica de la UNAM, en 1983, fue muy importante en el
siempre romántico sueño de acercar, heredar a nuestros estudiantes,
amor y pasión por nuestras tradicionales danzas, en un afán
por alejarlos de la enajenación y la violencia, por medio de obras
como El señor de Chalma y algunas otras que nos han dejado
un buen sabor de boca, pues algo se hizo también para que participaran
grupos de folclor infantil, lo cual es formidable por lo que representa.
Sólo faltaría acercar más a todos esos contingentes
a la "realidad" social y política de los verdaderos creadores de
los bailes y danzas recreados en estos espectáculos, que como veta
inagotable han dado tanto a miles de personas a través de los años,
desde que nuestra sociedad aceptara y comprendiera el inestable valor social,
diplomático y cultural del folclor escénico.
ASI PUES, vea usted la cartelera: hay tantos grupos y
actividades que se sorprenderá y, sin duda alguna, vivirá
momentos gratos y emocionantes. ¡Arriba todos! Vivamos todos los
mexicanos y repitamos la gastada cantaleta... unidos venceremos... y si
no me cree, revise la historia y recordará que la división,
la falta de unidad, es lo que siempre ha abierto las puertas a las criaturas
oscuras, que saben aprovechar para sí lo que con malas artes saben
sustraer de otros. ¡Yihaaaaa!
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