.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo Electrónico
Búsquedas
C U L T U R A
..

México D.F. Martes 9 de septiembre de 2003

Teresa del Conde /I

Hidalgo en el Munal

Ahora que recibimos las actualizadas e inteligentes lecciones de historia patria que nos brindan los compañeros moneros de este periódico sábado con sábado, conviene cotejar sus imágenes con la sección dedicada al Padre de la Patria en el capítulo III de Los pinceles de la historia, exposición episódica concebida y llevada a cabo académicamente en el Museo Nacional de Arte (Munal), gracias a los apoyos de su patronato con la concurrencia no sólo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Bellas Artes, sino también de la UNAM. Más de tres años el equipo del museo, bajo la dirección curatorial de Fausto Ramírez (Instituto de Investigaciones Estéticas) y Esther Acevedo (Estudios históricos, INAH) asistidos por otros especialistas, trabajó para conseguir que la muestra La fabricación del Estado 1864-1910 reuniera un acervo iconográfico integrado por pinturas, algunas de enormes dimensiones, esculturas, caricaturas, estampas, etcétera, que concurren en los generosos espacios de la planta baja. Todos los trabajos corresponden a las fechas mencionadas y sus temas van de El descubrimiento del pulque a Justo Sierra.

Aclaro a los posibles lectores de esta nota (siempre y cuando no hayan visitado aún la exposición) lo siguiente: no es una muestra que pueda asimilarse en una sola visita, por lo que mi recomendación inicial sería primero recorrerla en su totalidad, sin reparar demasiado en los rubros, para ir comparando la manera en que fueron abordados los mismos temas por diferentes artistas, fijando la atención en los detalles secundarios, las coincidencias y los contrastes. Un buen ejemplo al respecto es centrarse en las efigies de don Miguel Hidalgo y analizarlas.

En el cuadro de Tiburcio Sánchez (1875, Ƒcopia de otro?) Hidalgo está representado como un anciano de porte distinguido. Con la mano derecha llama la atención de la invisible asamblea, instándola a reconocer la importancia del documento que está sobre la mesa, cubierta con paño verde. La sección más luminosa de la escena es ésa: sólo la pechera y el alzacuello del personaje le disputan claridad. Lo que resulta llamativo en esta representación es que quizá el pintor ignoraba que el Padre de la Patria tenía 57 años cuando se inició la revuelta independentista y era un hombre aguerrido, de constitución muy fuerte, como hacen constar los hechos. No se trataba de un anciano, aunque peinara canas a partir de los parietales y la nuca, porque, eso sí, era calvo.

La imagen que ofrece Felipe Castro en 1868 deriva de la misma fuente, pero resulta más verosímil, aunque la figura parezca menos distinguida. En ambos casos el sujeto simula haberse incorporado, dejando la posición sedente que guardaba minutos antes; la mano izquierda se apoya en el brazo de la silla. El diseño de ésta ofrece diferencias. Así, en el cuadro de Sánchez ostenta respaldo y asiento de piel tachonada; es un asiento más lujoso que el propuesto por Castro, en el que tales elementos corresponden a un tapiz rojo, pero el remate de las patas en forma de garra es igual. En los dos cuadros Hidalgo señala la imagen de la Guadalupana. En el primero está vestido con una levita cruzada de solapa ancha ceñida con un lazo verde y en el segundo endosa una especie de toga académica, pues no en balde obtuvo cuatro grados de bachiller, además de dominar cinco lenguas, aparte del castellano y el latín. Dos de éstas eran lenguas indígenas. En ambas escenas hay un reloj; Sánchez propuso un reloj de pie (Paddock clock, cerrado y de péndulo) y Castro optó por uno de pesas instalado en la pared, que marca las 11 de la noche exactamente, mientras que el tiempo del anterior ha avanzado casi media hora. Dicho sea de paso, los estudiosos, como mi extinto maestro Eduardo Blanquel, basándose en fuentes fidedignas, han hecho ver que el Grito de Dolores no ocurrió a esa hora, sino al alba del día 16. Fue entonces cuando sonaron las campanas.

En otra pintura, no tan oficial como las anteriores, Hidalgo ocupa el centro de la composición apaisada y lo acompañan cuatro asistentes, seguidores o ex reos posiblemente recién liberados de la cárcel. Se titula El cura Hidalgo con la ronda, de modo que desde el ángulo temático la escena obedece a un momento anterior al captado por Sánchez y Castro, aunque hay elementos que se repiten: la imagen de la Guadalupana, el paño verde que cubre la mesa, el color negro del vestuario, el embaldosado de terracota que aquí guarda un diseño ajedrezado, mientras que en los anteriores es al estilo pompeyano. Este cuadro de dimensiones discretas es de Atanasio Vega y fue pintado en 1900. El rostro de Hidalgo es totalmente atípico y no ofrece parecido alguno con la consabida iconografía fisonómica del cura de Dolores. Tomada la cabeza por sí sola -como lo estuvo en la Alhóndiga de Granaditas después del tratamiento salino que le aplicaron los expertos de entonces-, esa fisonomía podría corresponder a cualquier otro personaje, inclusive a la del virrey Calleja.

En esta pintura Hidalgo ocupa el centro de la composición, razón por la cual el pintor adicionó una tarima de madera para que el espacio que resta entre su cabeza y el extremo superior fuera casi el mismo en dimensiones del que media entre su pie derecho y el extremo inferior. Hay dos detalles de género muy agradables: el sombrero de petate apoyado en el esquinero de la tarima y la lamparita de petróleo en primer plano. Visualmente es más grata que las dos anteriores.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email