CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

El alto costo de vigilar la democracia

EL COSTO de la "democratización" de México es muy alto por el pago en desigualdades que tienen que sufragar con pobreza sus habitantes, y hace ver cada vez más injustos los dineros invertidos en los instrumentos que esta "democracia" destina en desequilibrios creados por ese sistema impuesto, desde luego, por los intereses del capitalismo feroz.

EL RESPETO al voto, burlado por los gobiernos priístas siempre que les fue menester, creó la necesidad de buscar herramientas legales para impedir, y en su momento juzgar, desde la perspectiva "ciudadana", las elecciones en el país. Lo que sólo debería conducirnos a la felicidad democrática tan anunciada y vendida por los gobiernos estadunidenses y sus animadores.

FUE TAL la propaganda y tantas las voces que llamaron a la "democracia" desde la óptica del consenso de Washington, es decir, desde los intereses que promovieron el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, y la primera ministra de Gran Bretaña, Margaret Thatcher, que el supuesto de justicia se confundió con el mero respeto a la emisión del voto.

HOY EN día a la "democracia" se le pueden poner números: más desempleados, menos seguridad social, educación pública limitada y pobre, pero además partidos políticos ricos y funcionarios vigilantes de la "democracia" del voto muy costosos para un país en el que las desigualdades producen grados de injusticia insostenibles.

Y NO es para menos. El gobierno actual, empleado de los capitales extranjeros, supone que la población del país deberá conformarse con la limpieza electoral, lo cual supone la responsabilidad de la gente al elegir al conductor del rumbo de México. Quien se equivoca es el que vota.

ESTO, AUNQUE su decisión dependa de la manipulación publicitaria exagerada a la que es sometido desde los medios de comunicación masivos, como quedó claro en la elección que llevó a Fox a presidir el engaño. Sobre todo si se atiende a la máxima de que cualquier producto, por malo que sea, puede ser vendido si se convence a la gente con una buena campaña de publicidad.

PERO TODO es justificable si se invierte en la "democracia"; por eso, por mucho que se debata, los salarios de los vigilantes del voto, los funcionarios, por ejemplo, del Instituto Electoral del DF, deberán ser tan altos como el anhelo de los defeños por sentir correr en su cuerpo el virus de esa "democracia".

COSA DE echar un ojo a la nómina de los consejeros del IEDF. Javier Santiago Castillo, el presidente del organismo, tiene un salario bruto mensual de 141 mil 200 pesos, más del doble del que percibe el jefe de Gobierno de la capital, pero además cuenta con un secretario particular de 64 mil 609 pesos al mes, siete asesores que le cuestan al erario 49 mil 568 pesos cada uno, y dos secretarias ejecutivas de casi 24 mil pesos, entre otros.

ESO SIN contar a los seis consejeros electorales, que perciben un salario de 134 mil 300 pesos cada uno, y de los tres asesores que están designados para brindar su trabajo a esos funcionarios.

PERO ADEMAS la secretaría ejecutiva del IEDF cuesta más de 131 mil pesos mensuales y tiene nada más ni menos que ocho asesores, cuyo salario, como el de todos los asesores, llega casi a 50 mil pesos.

ES MUY importante no confundir. El trabajo de cada uno de estos funcionarios es parte de vital importancia en la búsqueda de la justicia en todos los ámbitos del país, pero no debería ser tasado como "el instrumento de la democracia" que nos han tratado de vender quienes pretenden acotarla a la limpieza en las elecciones.

SI BIEN es cierto que los dineros ministrados a los partidos políticos deben ser revisados para evitar más "democracia manipulada", también lo es que las herramientas que deben dar seguridad al voto tienen que ajustarse a la realidad de una ciudad donde las carencias, de todo tipo, no permiten gastos inadecuados, por darles algún calificativo.

ciudadperdida

[email protected] [email protected]