México D.F. Viernes 8 de agosto de 2003
MEXICO, LA NACION DEL MAIZ
Sorprendente recorrido en el Museo Nacional de Culturas
Populares
El maíz, historia, posibilidades y amenazas,
en una exposición
El recinto coyoacanense ofrece una vasta monografía
del grano, desde los mitos que explican su origen hasta el riesgo de los
transgénicos
ARTURO JIMENEZ
La exposición Sin maíz no hay país
comienza desde afuera, en la fachada, con un mural realizado por Mauricio
Gómez Morín con 600 kilos de granos de mazorca multicolores.
Es
una obra que una ardilla huésped del Museo Nacional de Culturas
Populares se ha ido comiendo, con todo y barniz y pegamento, desde marzo
pasado, cuando se inauguró la muestra (La Jornada, 3 de marzo,
2003).
La ardilla Chema, como le dicen, goza de impunidad,
pues alguna vez un vigilante le lanzó un objeto para ahuyentarla
y los visitantes lo reprendieron. Ante los daños, el mural pronto
recibirá su primera restauración.
El inicio formal de la exposición son varias interrogantes
que, en sí, conllevan la primera información:
"¿Puedes recordar algún mito relacionado
con el maíz? ¿Cuáles son las plantas que forman una
milpa? ¿Cuántos granos puede llegar a tener una mazorca?"
O una más sorprendente:
"¿Cuántos alimentos o bebidas de maíz
que hayas comido o bebido puedes recordar?: ¿Diez, 20, 50, 100,
mil?" Pero también: "¿Por qué hay tanto debate en
torno a los transgénicos?"
A las preguntas las rodean imágenes. Al frente,
una cascada de semillas en video cae sobre un grupo de personas,
cuya imagen se disuelve y reaparece intercalada con la de un dios prehispánico
del maíz.
A los lados, dos milpas en fotos de gran formato montadas
en acrílico iluminado.Un mapa planetario, instalado en el techo,
da cuenta de las rutas de migración del maíz: desde Mesoamérica,
su lugar de nacimiento, al resto del mundo.
La
información que sigue es abrumadora y sorprendente, pero amena y
avalada por la antropología, la sociología, la agronomía,
la economía y la historia.
Otro aval básico es la museografía con decenas
de dibujos, ilustraciones, fotos, gráficas, grabados, pinturas,
reproducciones de murales, objetos, recreaciones de lugares o situaciones
y más videos y mapas.
"Yo soy la Mata Tierna del maíz"
Destaca un Tláloc teotihuacano como dios del maíz,
que aparece en un fragmento de mural original. La diosa mexica del maíz,
Chicomecóatl, es representada en piedra. Ambos pertenecen al Museo
Nacional de Antropología.
Una sorpresa lleva a otra. A una tabla de la evolución
del maíz -desde más de 6 mil años aC hasta 900 dC,
cuando ya la mazorca logra la forma que ahora se le conoce- le sigue una
cartografía nacional que incluye 30 "razas" básicas del cereal.
De esas razas -bolita, tuxpeño, palomero de Chihuahua,
chalqueño, cacahuacintle o comiteco- derivan miles de variedades
con distintos colores, tamaños y formas y adaptadas al trópico
o la montaña, a la selva o al desierto.
"¡No sabía que hubiera tantos maíces!",
exclama una jovencita clasemediera, y enseguida reprime a una compañera
que anota datos, pues "el maestro dijo que el trabajo se hiciera sin apuntes".
Los visitantes de la exposición aumentan los sábados
y domingos, pero entre semana también pueden verse familias, grupos
de niños y de jóvenes, parejas o adultos solitarios. Un médico
se detiene interesado ante Chicomecóatl.
Una ilustración muestra las partes de la planta
del maíz. Por ejemplo, la espiga o panoja, que es el órgano
masculino, se ubica arriba y desde ahí fertiliza el jilote u órgano
femenino, más abajo en el tallo.
Enseguida pueden verse grabados de Joel Rendón
o leerse fragmentos de Ramón López Velarde: "Patria, tu superficie
es de maíz". O de poesía en náhuatl:
"Yo soy la Mata Tierna del maíz/ ¡Una esmeralda
es mi corazón, veré el oro del agua!"
En una equina, en madera, aparece una casa-ofrenda purépecha
con el techo coronado por mazorcas, paja, flores y vasijas de barro.
En
el corredor, de columnas labradas, cuelgan machetes, plantadores, ganchos,
balanzas, una angaria tarahumara, una red totonaca, un recipiente otomí.
Fotos de gran formato muestran momentos como la preparación
del terreno, la siembra, la cosecha.
Se recrean varios lugares, como el molino de nixtamal
Con las Manos en la Masa, la tortillería Mi Lucha o un puesto de
semillas en un mercado, incluido el maíz.
Ixim, jatxol, ji'il, nuni, kuxi'
Otra pantalla da entrada a la parte que aborda la historia
económica del maíz. Hay entrevis- tas, marchas en demanda
de apoyos, protestas contra el maíz transgénico. Lo político
también es consustancial.
Los objetos son muchísimos: prensas de madera,
de hierro, molinos para nixtamal pequeños y grandes, tortilladoras
chicas y enormes, antiguas y modernas, un tractor, una carreta.
Luego de unas pintas contra el maíz transgénico
se encuentra información sobre ONG científicas que apoyan
a los campesinos pobres del mundo.
Frente al restaurante Enchílame Otra Gorda se cuenta
el mito del origen del maíz, el cual se recrea mediante un hormiguero-olla
y decenas de hormigas hechas con alambre y granos del cereal.
A espaldas del restaurante puede saberse cómo se
dice maíz en los 62 idiomas originarios de México: ixim
en tzotzil, jatxol en seri, ji'il en paipai, nuni
en mixteco, kuxi' en totonaca.
En una salita oscura, ante una pantalla de video que muestra
danzas y rituales indígenas en torno al maíz, se encuentra
una ofrenda circular con flores, aguardiente, mazorcas, semillas, copal.
Utopía, ciudad y milpa
Una pequeña esquina da espacio al lugar en el que
se recrea la elaboración milenaria del nixtamal, técnica
que ha retomado la industria moderna. Con la harina que así se extrae
se elaboran las tortillas y otros alimentos.
En México hay 45 mil tortillerías, 10 mil
molinos de nixtamal y cuatro empresas productoras de harina de maíz
nixtamalizado.
En la maizería El Grano de Oro se muestran decenas
de productos modernos que en alguna de sus partes o empaques llevan al
menos un derivado del maíz.
La tienda de artesanías Totomoxtle ofrece flores,
juguetes y diversas figuras humanas y animales hechas sobre todo con hojas
de mazorca.
Una reproducción del mural La sangre de los
mártires agrarios: Emiliano Zapata y Otilio Montaño,
pintado por Diego Rivera en la Universidad Autónoma de Chapingo,
muestra los dos cuerpos bajo tierra alimentando las raíces de una
milpa.
Otra sorpresa. En dos paredes, un mural sobre una utopía
posible: el etanol, derivado del maíz, ha sustituido a los combustibles
fósiles como el diesel y la gasolina.
Una urbe moderna, con cuerpos de agua limpia y milpas
en áreas verdes, es rodeada por pueblos con los que interactúa
en armonía. Es una "ciudad sustentable" en la que por fin coexisten
el hombre y la naturaleza.
|