México D.F. Domingo 18 de mayo de 2003
Piden al gobierno la libertad de Gorriarán
Merlo, quien está en huelga de hambre
Declara juez argentino la prescripción de causas
contra ex jefe guerrillero
Hallan fosa común con restos de casi 100 personas;
serían desaparecidos en la dictadura
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 17 de mayo. Al tiempo que diversos
personajes pidieron al gobierno argentino la libertad de Enrique Gorriarán
Merlo, ex jefe guerrillero de los años 70, quien se encuentra en
huelga de hambre desde el pasado 6 de mayo, un juez federal declaró
la prescripción de las causas contra el prisionero por los sucesos
del intento de copamiento de un regimiento en Azul, provincia de Buenos
Aires, en 1974.
Por otra parte, este sábado fue hallada en la provincia
de Córdoba una fosa común con unos 94 cadáveres humanos,
que, se cree, son de desaparecidos durante la pasada dictadura militar.
En relación con Gorriarán, el fallo judicial
decide la prescripción de la acción penal respecto a los
hechos ocurridos en el intento de copamiento de un cuartel, conocido como
La Tablada, en esa localidad, y por la muerte de varias personas.
Gorriarán fue acusado además de "los daños"
y las lesiones graves sufridas por el personal militar en el intento de
copamiento; de robo en poblado y en banda de material del ejército.
Había otras causas complementarias por "privaciones
ilegales de libertad de personal militar y civil", así como por
"las lesiones graves del personal oficial, hecho ocurrido el 19 de noviembre
de 1974 en San Francisco Solano".
Se cita así el sobreseimiento parcial y definitivo
de Gorriarán Merlo, quien era uno de los jefes del Ejército
Revolucionario del Pueblo (ERP).
Esta decisión se conoce cuando el ex dirigente
cumple la huelga de hambre, detenido por el cruento intento de copar el
cuartel de La Tablada, en 1989.
Aunque hay exhortaciones de organismos internacionales
por varias irregularidades en la causa, los sucesivos gobiernos no han
tomado determinación alguna.
El pasado 15 de mayo las Madres Fundadoras de Plaza de
Mayo dirigieron una carta al presidente Eduardo Duhalde solicitando la
libertad del detenido, como también lo hizo el escritor José
Saramago, premio Nobel de Literatura.
Segundo ayuno
El
pasado día 6 comenzó Gorriarán su segunda huelga de
hambre, mientras cumple una condena por su participación en el asalto
al cuartel mencionado en 1989.
"Las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora entendemos
que el cumplimiento de la ley y el estado de derecho es el principal reaseguro
para la vigencia de las libertades fundamentales y el funcionamiento de
las instituciones democráticas. Nuestro firme e histórico
reclamo contra toda forma de impunidad nos obliga también en este
caso a sostener la necesidad de que Gorriarán Merlo asuma plenamente
la responsabilidad legal y política que le cabe por su liderazgo
y participación en aquel lamentable suceso, que puso en riesgo la
vigencia de los valores y principios democráticos por los que siempre
hemos luchado.
"Las Madres nos hemos pronunciado también repetidas
veces reclamando por las violaciones de derechos cometidas por el Estado
en la represión de aquel hecho y por la vulneración de las
garantías procesales elementales a las personas finalmente condenadas.
En ese sentido hemos acompañado las recomendaciones de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y hemos reclamado al Estado su estricto
cumplimiento.
"Por eso entendemos que el Estado argentino tiene la obligación
de proveer a Gorriarán Merlo de recursos judiciales efectivos para
hacer valer sus derechos, en un plano de estricta igualdad con los demás
condenados por el mismo hecho."
La organización pro derechos humanos también
hace alusión a la deteriorada salud del preso, su condición
de hombre mayor, lo que obliga al Estado a adoptar medidas de índole
humanitaria para garantizar su vida y su dignidad, así como su derecho
a peticionar a las autoridades en defensa de sus garantías.
Por otra parte, existe gran conmoción en la provincia
de Córdoba por el hallazgo de 94 cadáveres en una fosa común
en el cementerio de San Vicente. Se presume que buena parte de los restos
son de detenidos-desaparecidos víctimas del terrorismo de Estado
de la dictadura militar (1976-1983), que fueron asesinados y luego enterrados
allí durante la primera mitad de 1976.
"En algunos niveles encontramos casquillos de balas",
dijo Andrés Laguens, del Equipo Argentino de Antropología
Forense (EAAF), lo que evidenciaría la existencia de muertes violentas
en los casos que se están investigando.
Muchos cadáveres fueron arrojados boca abajo, otros
boca arriba, algunos aún están calzados, y en otros se observan
placas de identificación en las muñecas, lo que indicaría
que son casos de desaparecidos, señala un informe de derechos humanos.
Existe la hipótesis de que en el lugar podrían
encontrarse los cadáveres de otras 300 personas arrojadas en esa
misma fosa común.
Asimismo, mientras las Abuelas de Plaza de Mayo festejan
la recuperación del nieto número 75, en una larga y desesperada
búsqueda de unos 500 nacidos en centros clandestinos de detención
y plagiados por militares, más de 88 mil personas signaron una carta
dirigida al presidente de Uruguay, Jorge Batlle, por el caso de la nuera
desaparecida del poeta Juan Gelman.
Los firmantes exigen que se indague "lo que algunos militares
y policías de su país ocultan con tanto celo desde hace más
de un cuarto de siglo" y se comprometa en la búsqueda de los restos
de la nuera del poeta.
Poetas, escritores, intelectuales, artistas y ciudadanos
de 122 países rubrican la carta. "Reiteramos con urgencia nuestro
total apoyo al debido esclarecimiento de la suerte corrida por María
Claudia y también a la inaplazable búsqueda de sus restos
para enterrarlos digna y humanamente. Cada desaparecido vaga en el vacío
y busca su lugar para reposar en paz. Nadie puede negar a ningún
ser humano ese derecho inalienable", expresan.
María Claudia García Iruretagoyena de Gelman
fue secuestrada en Buenos Aires el 24 de agosto de 1976 junto a su esposo
Marcelo Ariel Gelman, hijo del poeta. Tenía 19 años, estaba
embarazada de ocho meses y fue llevada del centro clandestino Automotores
Orletti a Montevideo, donde dio a luz.
Una investigación de Juan Gelman y su esposa Mara
La Madrid, apoyada por otros datos e investigaciones de Abuelas y la solidaridad
permitió al poeta encontrar a la hija de ambos jóvenes en
Uruguay. Pero el cuerpo de la madre nunca fue hallado.
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