.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo Electrónico
Búsquedas

E S P E C T A C U L O S
..

México D.F. Jueves 8 de mayo de 2003

Afirma que no se ha retirado, regresará en cuanto "pueda hacer llorar a la gente"

Estoy en proceso de perdonarme por el éxito que obtuve: Verónica Castro

Al comenzar la carrera asegura que fue ingenua, pero después comprendió que tenía que regresar el "vestido bello" Cuando le ofrecieron Los ricos también lloran se rió de la propuesta

LUCY OROZCO/ I ESPECIAL

Por su belleza, simpatía y desparpajo, Verónica Castro se convirtió durante muchos años en un icono de la televisión mexicana. Su fama traspasó fronteras gracias a la exportación de las telenovelas en las que intervino. Su papel protagónico en Los ricos también lloran la llevó a ser aclamada en Rusia, Italia, Argentina, entre otras naciones. Verónica, quien se tituló como licenciada en Relaciones Internacionales con el sueño de viajar y ser embajadora, rebasó su propia fantasía. Gracias a su trabajo en la televisión tuvo recepciones multitudinarias en los países donde ponía el pie, ágapes que seguramente nunca hubiera logrado como integrante del cuerpo diplomático.

Posteriormente, se reveló no sólo como actriz de melodramas sino que sus programas nocturnos de televisión la convirtieron en la conductora más popular. Su presencia en series como La movida o šMala noche no! imantaron al público que se desvelaba para verla. En esos programas tuvo éxitos importantes, como su entrevista a María Félix.

Estoy recuperándome

Vestida con un ajustado traje de ejercicio, Verónica nos recibió en su casa. Cordial, dinámica y alegre, con una cigarrera de plata en la mano, se dispuso a la entrevista.

-Hace tiempo que no te vemos en la televisión. ƑCómo has estado?

-Recuperándome de todo lo que trabajé, comenzando una nueva vida. Viviendo una etapa de paz, de tranquilidad. Con decirte que me extraño a mí misma. Estoy inmersa en un viaje hacia mi interior para oírme, sentirme, perdonarme.

-ƑPerdonarte?

-Sí, de muchas cosas que sin darme cuenta hice y me causaron daño.

-ƑA qué te refieres?

-A que fui una loca desquiciada, demasiado trabajadora, esquizofrénica (se ríe), al punto delVeronicaCastro manicomio, pero estoy sanando y me encuentro en un momento de mucha alegría, ubicándome en mi realidad, en una edad a la que jamás pensé llegar.

-Hablas como si fueras una anciana, Ƒcuántos años tienes?

-Cincuenta. Siempre decía, con todo lo que he vivido, švirgen santa, con que llegue a los 40 me doy por bien servida! Todo lo demás es ganancia, porque a pesar del desgaste no tengo nada de que arrepentirme, ni por qué sentirme mal. Ahora hago lo que me da la gana.

-Eso me hace suponer que no tienes pareja.

-No, no tengo pareja.

-ƑTienes problemas con tu salud?

-Sí, claro. Fueron más de 30 años de no comer bien ni a mis horas, de alimentarme con cosas que no me nutrían, porque tú sabes que en este tipo de trabajo lo primero que llegan a ofrecerte es una bolsa de papas, un cigarro o un café para engañar al hambre. De esa manera intoxiqué mi organismo y me quedé con el estómago deshecho, lleno de úlceras. Me operaron seis veces, pero ya estoy curada. Esa es otra de mis ganancias.

-La fama cuesta y hay que pagar un precio.

-Así es, la fama fue como un sueño muy lindo que tuve y šya desperté! Con un muy buen sabor de boca porque la gente tiene un bonito recuerdo de esa persona que aparecía en mis sueños y que se llamaba Verónica Castro.

-ƑTe llamabas?, Ƒya te retiraste?

-No me he retirado, si algún día me dan la oportunidad de participar en algo interesante, de divertir a la gente, de entretenerla, distraerla o hacerla llorar en una telenovela, voy a regresar.

-O sea que no escarmentaste.

-Si escarmenté, porque ahora mi visión del trabajo es otra, ya viví mis descalabros. Por eso cuando la gente se me acerca y me dice que cómo le hace para que su hija sea como yo, les respondo: "no le hagas". Mira, yo fui muy ingenua, siento que me dejé llevar por las apariencias; vi el ambiente de oropel, vestidos y a todo mundo feliz, pero una vez que enfrenté la realidad descubrí que no es cierto. Cuando trabajas te das cuenta que el vestido bello que usaste en tu personaje hay que entregarlo a la salida y que toda la gente que te aplaude no se va a ir a dormir contigo. Entonces llegas a tu casa sola, cansada, sin comer, nerviosa, poco a poco empiezas a pagar el precio de vivir en ese mundo encantado.

-Oye, pero estuviste en la universidad, Ƒme equivoco?

-No te equivocas, me recibí como licenciada en Relaciones Internacionales.

-ƑEstudiaste al mismo tiempo que tenías intervenciones en la televisión?

-Estudié hasta que nació Christian. El último mes de embarazo todavía fui a la facultad, y como no me cabía la panza tras el volante, mi mamá me llevaba. Yo insistía en seguir estudiando porque sabía que si no terminaba, después de que naciera mi bebé ya no iba a poder hacerlo. Así pasó, terminé la carrera pero no me titulé sino hasta 1979, que fue cuando estaba grabando Los ricos también lloran. Ese año participé en la telenovela, hice mi tesis y me recibí.

Escándalo en la familia

-ƑTe resultó fácil combinar tu creciente popularidad con los estudios?

-No fue nada fácil. Cuando entré a la universidad, por hambre, por tonta o por lo que tú quieras, hice unas fotografías de desnudos para la revista Caballero. Tenía 16 años. Se hizo un escándalo. Mi abuela, mis tíos, todos se juntaron en mi casa y decían que cómo era posible, que el apellido, que el nombre, que qué era eso šJesucristo bendito! Les dije que si querían dejaba de trabajar, pero que si lo hacía, todos dejaban de comer. Tuve que hablarles muy fuerte, mi mamá era la única que me apoyaba, ella siempre ha sido mi amiga y cuando le consulté qué hacer con respecto a esas fotos, me dijo: "šAy, hija, estás tan bonita! Tienes tu cuerpo tan lindo que si yo estuviera en tu lugar sí me atrevía". Y así fue: si mi mamá me apoyaba, no necesitaba más. Fue muy difícil, porque cuando entré a la universidad me pedían autógrafos y me daban la revista donde posé desnuda para que se las firmara. Se me caía la cara de vergüenza, me quería esconder.

-ƑAsí que la opción de tener un hijo fuera del matrimonio fue totalmente consciente?

-Sí, mis compañeras de la universidad soñaban con casarse. Si a los 18 o 19 años no tenías novio, es porque ya te habías quedado.

-Estás hablando de esa generación en la que a los 20 años eras...

-Sí, una ruca bien hecha. La verdad, nunca pensé en casarme; no me imaginaba casándome, ni el vestido blanco... šJamás! No me interesaba eso, pero sí la idea de tener un hijo. Me moría por tener un hijo y estaba muy enamorada también.

-De Manuel.

-Sí, de Manuel El Loco Valdés.

-ƑCómo comenzó tu éxito en los medios de comunicación?

-Estuve 15 años prácticamente sentada en el corredor de Televicentro, me decían El comodín, porque yo había estudiado de todo: animación, conducción de programas, era locutora "A", estudié baile, tomaba clases de canto con Teté Cuevas y con un montón de maestros, con todos los clásicos de aquella época, con Paco de Migueles, en fin.

-ƑY cuándo empezaste a cantar?

-Por casualidad, un día me llamaron para un palenque, me dijeron que había una lanototota por cantar en ese lugar y me preguntaron: "Ƒhas trabajado en palenque?" "šSí, claro!", mentí. "šAh, bueno, pues contratada!" Me asusté y le pregunté a mi mamá: "ƑY ahora qué hago? šNunca he cantado!" Sé que soy muy entonada, que tomo clases de canto, pero nunca había hecho un palenque. Mi madre me dijo que me tranquilizara, que todo iba a salir bien. Ensayamos esa tarde y, efectivamente, todo salió a pedir de boca. Me dije, šqué padre! Después de este palenque, voy a seguir en esto, pues pagan muy bien. Jamás pensé vivir de la cantada, sin embargo viví de ella casi siempre, eso es lo que realmente me dejó dinero.

-ƑQué siguió después de Operación ja ja, el programa que hacías con El Loco Valdés?

-Me llamó Chabelo para iniciar el programa En familia. Yo cantaba y daba los premios, y él hacía los concursos. Trabajábamos para los niños, lo cual me hacía muy feliz, pues en cierta forma, por increíble que te parezca, me sentía una niña también. El problema fue cuando los hotpants -mis pantaloncitos cortos- ya no me quedaban, porque estaba embarazada y no tuve más remedio que renunciar.

Respeto por la televisión

-ƑY cómo fue tu transición a actriz protagónica de telenovelas?

-Mis primeros estelares fueron en el teatro, principalmente. En todas las obras me fue muy bien. En ese tiempo menospreciaba mucho la televisión, sobre todo las telenovelas. O sea, siendo universitaria y actriz de teatro tenía el prejuicio típico de la gente del ambiente teatral. En aquella época sólo hice un pequeño papel en la novela El amor tiene cara de mujer, con el maestro Fernando Wagner. Luego hice un teleteatro con Maricruz Olivier, y ahí fue cuando me vieron como actriz, tuve que aprenderme los textos de memoria, porque entonces no se podía usar apuntador. Estoy hablando de los tiempos en que esos aparatos tenían cables, eran muy grandes y era difícil esconderlos entre el pelo.

-ƑCómo fue tu relación con Maricruz Olivier?

-Muy accidentada, con algunos golpes al inicio y mucho cariño después. La historia de ese teleteatro trataba de dos mujeres encarceladas, había una escena en que se peleaban muy duro y, en aras del realismo, los golpes fueron verdaderos; nos sacamos sangre y toda la cosa. Eso sí, muy profesionalmente (ríe). La verdad es que acabé adorándola, teniéndole mayor admiración de la que ya le tenía. Maricruz era una actriz inmejorable. Y después de trabajar con ella, en ese papel tan agresivo fue cuando reaccioné y me di cuentaVeronicaCastro2 que la televisión no era la tontería que yo imaginaba.

-ƑPor qué, cuál fue la diferencia?

-En el teatro puedes sentir a la gente, escuchas sus reacciones; bostezan, ríen, se salen, lloran, aplauden o abuchean. En la televisión, lo único que te mira es la lente, no sabes qué pasa del otro lado. Esa inseguridad me obligó a esforzarme más, a enamorarme de la lente, a tener colmillo y entregar otro pedacito de mi corazón.

-ƑEn qué momento te convertiste en una figura sólida en la televisión mexicana?

-Mi primer papel exitoso llegó cuando Valentín Pimstein me dio la oportunidad de participar en la telenovela Barata de primavera, donde hice a una villana interesante, pero no estelar. Yo era la amante del papá de šJacqueline Andere, imagínate tú! Esta jovencita que yo interpretaba se hacía amante de un viejo para sacarle dinero y se lo iba a reventar a las discotecas. Me divertí mucho haciéndola de mala y pachanguera.

-Encontraste a la actriz que llevas dentro y una veta que has sabido explotar muy bien: la de comediante.

-No sé. Lo que sucedió después fue muy extraño, porque justo al otro día de que me habló Marissa Garrido me entregaron una escena en la que Otto Sirgo en un Volkswagen sin placas debía atropellarme y me mataba. Tras leer el libreto casi me desmayo, dije: "šNo! ƑCómo va a ser, cómo me dan esta escena? Si yo hablé anoche con la escritora y me dijo que voy hasta el final de la historia". "šPues te mueres, y el caso es que te atropellen, para que estés bien muerta", me dijo Valentín. Me fui muy desconcertada y triste, me parecía una injusticia, pues yo sabía que estaba actuando bien y que mi personaje gustaba a la gente. Al poco tiempo me volvió a hablar Valentín y me ofreció un contrato, yo me estaba muriendo de hambre, con el niño chiquito, sin trabajo, sin nada. Por lo que fui dispuesta a firmar lo que fuera, llegué con Valentín y me entregó un contrato en blanco, me dijo que firmara, yo dudé y pregunté "ƑPara qué es?" "ƑNo tienes confianza en mí?", me respondió.

-Te acababa de "matar".

-šClaro, eso no es fácil de olvidar! Le contesté: "Ƒcómo voy a tenerle confianza si me acaba de 'matar' habiendo hecho mi obra máxima?" Me dijo: "bueno, Ƒqué quieres?" Le respondí: "quiero trabajar, págueme el mínimo, pero deme trabajo". Me respondió: "para eso te llamé, fírmame este contrato en blanco". Y en verdad el contrato estaba en blanco, se me hizo una agresión, pero la necesidad fue más fuerte que el orgullo. Firmé el contrato y Valentín me explicó que se trataba de un estelar, que hasta iba a cantar el tema de la telenovela, yo dije: "Ajá, šcómo no!" Me ataqué de la risa, šno le creí nada! Después, cuando me llegaron los libretos, vi que era Mariana y que aparecía en todos los capítulos; también me llamaron para preparar el tema musical... Empecé a ver un mundo nuevo y fue cuando despegó realmente mi carrera televisiva.

-ƑQué telenovela era?

-Pues Los ricos también lloran, y además me pagaban šmil pesos por capítulo! Con eso podía pagar el departamento, ya comíamos, que para mí era importantísimo, pero no tenía ropa, en ese tiempo no se les daba vestuario a las actrices, ni maquillaje ni nada de eso. Salías en pantalla con tus propios trapos y si salías mal, pues era tu problema.

-Por esa telenovela te premiaron en Moscú y causaste tumultos, Ƒno es cierto?

-Sí, ahí y en Italia, en China, Argentina, a esa telenovela le debo mucho; felicidad, progreso, reconocimientos y hasta uno que otro coscorrón. En los años 80, cuando vino Maradona a jugar a México en contra del América, me habló, me dijo que quería conocerme porque su mamá me admiraba por mi personaje en la esa telenovela y que deseaba llevarle una foto o algo mío. Así que me invitó de madrina al juego. Acepté y cuál sería mi sorpresa que cuando iba a salir anuncian que "fulanas de tales" son las madrinas del América, y Verónica Castro del equipo argentino. Entonces, šya sabrás como me fue! Fue tremendo. Don Emilio Azcárraga era un hombre muy apasionado y estaba furioso. Así que no la pasé muy bien, pero conocí a Maradona y me regaló su camiseta.

Seis años de castigo

-ƑQué castigo te impusieron?

-Pues no, no hubo castigo, porque yo tenía mucho rating.

-Nada más te tocó regaño.

-El castigo vino después, salí del país por bastante tiempo, pero fue por otra cosa.

-ƑPor qué te fuiste, Verónica?

-Después de El derecho de nacer le pedí permiso al señor Víctor Hugo O'Farril para irme un rato, porque la política era que después de un éxito no podías trabajar durante un año, y pensé: "de acuerdo, estoy totalmente de acuerdo, no debo saturar mi imagen, pero, Ƒqué voy a hacer durante tanto tiempo?" Casualmente me llamaron de Argentina para trabajar, y el pago era en dólares -cosa que nunca me había sucedido en la vida-, de repente los ojos se me pusieron más verdes, pedí permiso, me lo dieron y me fui. Cuando regresé, don Emilio me espetó: "Ƒy tú por qué regresas, si yo no te di permiso de irte?" Le contesté que me lo había dado O'Farrill. Me replicó: "sí, pero yo soy el dueño: šTe vas castigada otro año, estás fuera de Televisa!" Entonces me volvieron a hablar de Argentina, no me querían soltar. šPues me fui! Y al regresar a México don Emilio me volvió a enfrentar: "Ƒte fuiste otra vez, verdad? Pues te vas castigada otro año". Me fui, regresé, y así estuvimos.

-ƑCuánto tiempo duraron esos castigos?

-šSeis años, seis años fuera de mi país! Cuatro en Argentina, uno en Italia y otro dividido entre Brasil, Venezuela y otros trabajos. Castigada sin saber bien a bien por qué.

-ƑQué hiciste en Argentina?

-Grabé telenovelas, pero como no tenía a mis hijos cerca, me volvía loca, lloraba mucho; me propuse llorar menos y ocuparme en algo beneficioso, así que me metí a estudiar italiano, un idioma que siempre me ha encantado, y después vino la sorpresa, cuando vendieron Los ricos también lloran a Italia y ganó el galardón más importante como producción extranjera y a mí me dieron el premio como la mejor actriz extranjera. Me fui a recibir el premio y en las calles me saludaban con mucha familiaridad, me llamaban Mariana todo el tiempo. Tuve un pegue muy grande allá, me hice de muchos amigos que hasta ahora conservo. Entonces me ofrecieron hacer una telenovela, la hicimos como anteriormente las hacíamos en México, sin tanta tecnología, como hoy día. Eran producciones pobres pero no por ello menos buenas.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310
Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Teléfonos Directos: (55) 56884840, 56886167
Email