Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 24 de abril de 2003
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Política

Políticos "deshonestos" violaron la Constitución en 1968, afirma el general

El PRI pudo mantenerse en el poder gracias al Ejército: Gutiérrez Oropeza

GUSTAVO CASTILLO GARCIA

Hombre clave en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, el general Luis Gutiérrez Oropeza -quien fungió como jefe del Estado Mayor Presidencial-, sostiene que en esos aciagos años el PRI pudo sostenerse en el poder gracias al Ejército.

Para el militar la tragedia del país en esa época giró en torno a que políticos deshonestos violaron la Constitución; se relegó a personas de brillante trayectoria; se pisotearon los principios; se segaron vidas y se realizaron actos criminales. Insiste en que todo ello fue "para lograr ser parte del grupo en el poder de manera permanente". Sin embargo, de todos esos pecados exculpa a quien fuera su jefe.

En sus libros La realidad de los acontecimientos de 1968 y Gustavo Díaz Ordaz: el hombre, el político, Gutiérrez Oropeza, quien sostiene las más disparatadas teorías sobre "las conspiraciones" que desencadenaron el movimiento estudiantil del 68, dice que esos sucesos hicieron patente que "la participación de la rama militar fue definitiva" para mantener el control social y político del país. El sistema -reitera en sus escritos- se ha sostenido gracias al Ejército.

Según el general, cada vez que los políticos creaban problemas que terminaban rebasándolos, tenían que intervenir las fuerzas armadas: "si los resultados son favorables -escribió hace casi una década-, los políticos se ufanan de que se debe a su acertado desempeño, pero si, por el contrario, los resultados son malos, todas las responsabilidades se le fincan al Ejército. Esta historia se ha repetido en los últimos gobiernos".

Dice que el "complot" para desprestigiar al gobierno de Díaz Ordaz se inició desde noviembre de 1963, fecha en que fue designado candidato a la Presidencia de la República.

"Estudiantes del Politécnico y de la Universidad estuvieron recibiendo un sueldo de aproximadamente 500 mil pesos mensuales a cambio de no hacer nada que no fuera formar grupo.

"El dinero salía de la secretaría privada de la Presidencia, de la Lotería Nacional (a cargo entonces de Chema González Ursuástegui); del ISSSTE, del IMSS y de la Oficina de Relaciones Públicas de Palacio que tenía Alvaro González Mariscal, quien actuaba por órdenes de Donato Miranda Fonseca (secretario de la Presidencia)".

También -siempre de acuerdo con su versión- estaban inmiscuidos en dicho complot los ex colaboradores del presidente Adolfo López Mateos. Los enumera: Ernesto P. Uruchurtu (ex regente), Humberto Romero Pérez (ex secretario privado), Benito Coquet (ex director del IMSS), Gilberto Flores Muñoz (ex gobernador de Nayarit y ex secretario de Agricultura ), José Gómez Huerta (general brigadier, jefe del Estado Mayor Presidencial), Roberto Barrios (ex jefe del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización), José Alvarez Amézquita (ex secretario de Salud).

Todos ellos "planearon agitar a los estudiantes para usarlos como ariete que derribara al gobierno y como puente para pasar encima rumbo al poder perdido"

Entre los estudiantes que supuestamente recibieron dinero para "derribar al gobierno", aunque de ello no aporta ninguna prueba, estuvieron Salvador Martínez della Roca, Renán Cárdenas y Gilberto Guevara Niebla, de la Facultad de Ciencias; Carlos Aquilino Pereyra, de la Facultad de Medicina; Gustavo Gordillo, de Economía; Cecilia Soto (ex candidata presidencial) , de la Facultad de Derecho; Miguel Eduardo Valle El Búho, de Economía, y Luis González de Alba, de Filosofía.

La prensa en el 68

Para el general Gutiérrez Oropeza, la cooperativa Excélsior, "que en cosa de medio siglo se había mantenido a la cabeza del periodismo e información nacional", fue sometida "al comunismo ruso" por Julio Scherer.

Los periodistas Scherer, Eduardo Deschamps, Hero Rodríguez Toro y otros constituyeron "la célula bolchevique de la cooperativa Excélsior".

El diario "se convirtió en un instrumento del comunismo ruso; la estrategia comenzó a atacar los problemas del país haciéndolos parecer en forma catastrófica, criticar a los funcionarios menores, luego a los de nivel más bajo y finalmente censurar, con razón o sin ella, al alto círculo gubernamental", todo como parte de una estrategia planeada por la embajada soviética en México para "perturbar la paz del país y desviar su rumbo para hacerlo caer en la órbita del izquierdismo".

Gutiérrez Oropeza afirma que la presencia de periodistas internacionales en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968, que tenían como característica haber cubierto temas políticos en diversas naciones, como fue el caso de Oriana Falacci, John Rodda y Claude Kiejman, entre otros, se debió a que por intereses de las embajadas soviética y estadunidense ellos "iban a aparecer como testigos de la operación militar represiva".

Para el militar, hoy indiciado por la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), "en los medios clásicos de información pública había un afán sensacionalista de los reportajes, de los mítines y manifestaciones, (y les dieron) una importancia que probablemente nunca tuvieron".

Afirma: "la prensa, en general, y la radio exageraban, formaban o armaban los hechos en sentido conveniente a los agitadores y los golpistas".

Según su versión, durante el sexenio diazordacista "ninguna publicación, diario o revista recibió consigna alguna, franca o velada, ni la más leve advertencia o indicación. A nadie se le pidió ni recomendó que adoptara un tono determinado al referirse a los hechos de los días 26, 29 y 30 de julio; los del primero y 27 de agosto o los del 2 de octubre". Sin embargo, la más superficial investigación hemerográfica evidencia que, salvo excepciones, el movimiento estudiantil fue prácticamente ignorado o criminalizado por los medios.

Esta es la conclusión de Gutiérrez Oropeza acerca de lo ocurrido en 1968: "Díaz Ordaz actuó como lo hizo pensando en el pueblo". Remata: "con un gobierno de mano dura sufren muchos -sobre todo aquellos que se colocan fuera de la ley-, pero si un gobierno es débil la población necesariamente sufrirá las consecuencias. Afortunadamente, por la indoblegable entereza de su gobernante México no cayó en esos años en las garras del comunismo".

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