Señora directora: Quiero por este medio, aunque después me gustaría hacerlo personalmente, enviarle un saludo y un abrazo llenos de afecto y de reconocimiento a su labor, a la conducción periodística que ha hecho de La Jornada y la cobertura informativa sobre estos días de horror en que la muerte desciende sobre Irak. Me parece un acierto haber obtenido los derechos de reproducción de la crónica de Robert Fisk. ¿Qué seríamos, Carmen, sin ese corresponsal de guerra que parece moverse solo, como en su casa? La felicito.

También he leído por estos días algunas cosas que tratan de manchar su imagen y su trayectoria. Espero que ni siquiera la distraigan, porque sería conceder demasiado; usted tiene el reconocimiento de muchos, y por favor inclúyame.

Por último le envío el documento con el que estamos convocando a la marcha del 12 de abril para exigir alto a la guerra. Véalo, y si siente ganas y su posición se lo permite, sería la suya una adhesión que prestigia aún más la convocatoria.

Un abrazo.

Javier Corral, lector y suscriptor de La Jornada

Señora directora: Es difícil expresar en un texto la imagen que se ve, la imagen que nos hace pensar que todo esto no puede ser cierto; sin embargo lo es, y Robert Fisk, creo yo, ha sabido darle el verdadero valor interpretativo; la guerra no puede ser la solución. Los felicito por su periódico, el cual seguirá siendo de mi preferencia. (No sé en qué medida sea posible que mi comentario pueda llegarle al señor Robert Fisk; de ser así, lo agradecería.)

Gracias.

Carlos A. Monroy Juárez

Señora directora: A la querida Jornada y los estimados jornaleros. En estos días especialmente aciagos y perturbadores quiero manifestarles con una sencilla palabra mi más sincero y profundo reconocimiento por la defensa irrestricta de la verdad. Por razones obvias, especialmente al ser humano llamado Robert Fisk, quien expone hoy su vida y engrandece la dignidad de su profesión.

Gracias de todo corazón.

Marco Antonio Osorio Hernández

Señora directora: Agradezco el artículo de Jaime Avilés del 5 de abril ya que aclara la postura religiosa de George W. Bush, que está muy ajena a la postura oficial de la Iglesia Metodista Unida, a la cual pertenece.

Soy estadunidense y miembro de dicha Iglesia y la postura oficial es totalmente contraria a la de Bush. La IMU en su Disciplina declara: "Creemos que la guerra es incompatible con las enseñanzas y el ejemplo de Cristo. Por lo tanto, rechazamos la guerra como instrumento de la política exterior e insistimos en que la primera obligación moral de todas las naciones es resolver por medios pacíficos toda disputa que surja entre ellas, que los valores humanos deben pesar más que las exigencias militares cuando los gobiernos determinan sus prioridades." El concilio de obispos, desde octubre, se ha manifestado en contra de la guerra y cuando intentaron entregar su declaración personalmente al presidente Bush, éste se negó a recibirlos. La semana pasada (La Jornada, 27 de marzo), Joseph Sprague, obispo metodista de Chicago, fue arrestado enfrente de la Casa Blanca y declaró: "La voz de la propia Iglesia del presidente no ha sido escuchada".

El fundador del metodismo, Juan Wesley, en el siglo XVIII consideró la guerra como "la peor maldición sobre la faz de la humanidad" y dijo: "la guerra es un reproche horrendo al nombre cristiano... a toda razón y humanidad".

También me declaro ajena a la postura belicista del gobierno estadunidense y considero que en ningún momento las armas sean la forma de "arreglar" asuntos y que más bien somos llamados a ser pacificadores (Mateo 5:9) y a convertir las lanzas y espadas en hoces y arados (Isaías 2:4, texto que acompaña la estatua que lo escenifica enfrente de la ONU).

Cherie White

Señora directora: Por error, en el reportaje "Diálogo entre una técnica ancestral y la visión contemporánea del diseño", publicado ayer en las páginas 2a y 3a de la sección de Cultura, cambié el primer apellido de la diseñadora Rosa Ortega Crönlund por el de Orozco. Ofrezco una disculpa a la artista y a los lectores.

Angel Vargas, reportero

Señora directora: Le agradecería publicar el siguiente aviso en El Correo Ilustrado.

En el desplegado publicado el viernes 4 de abril, en memoria de Manuel Ortega González Pariente, existe un error en la fecha del homenaje. Debe decir lunes 7 de abril a las 18 horas, en el auditorio de la Escuela Superior de Economía, Plan de Agua Prieta 60, colonia Casco de Santo Tomás.
 

Marina Miranda García, responsable del desplegado

Señora directora: Al dejar de prestar mis servicios en el sector público, me presenté en Aseguradora Hidalgo a tramitar el pago del llamado seguro de separación, es decir, el plan de ahorro hasta de 10 por ciento del salario con una aportación igual por parte del patrón. El día 11 de marzo de 2003 me fue entregado el cheque correspondiente, pero con un faltante de seis catorcenas de mil 483.93 pesos cada una (tres descontadas de mi salario y tres hechas por el patrón), esto es, un total de 8 mil 903.58 pesos.

El 17 de marzo entregué en las oficinas de la aseguradora una carta de reclamación por dicho faltante y la documentación que prueba la retención indebida. Días después me indicaron que había dirigido la carta a la persona errónea, por lo que debía esperar a que les fuera turnada internamente. De cualquier forma, el 25 de marzo me apersoné directamente en la oficina del responsable, actuario Héctor Mendizábal, y le entregué otra carta de reclamación dirigida a él, junto con la misma documentación ya entregada anteriormente e información adicional que prueba mi dicho. La secretaria del actuario Mendizábal, señorita Ruiz Romero, sólo le dio largas al asunto, nunca me comunicó con aquél y se deslindó del problema. El jueves 27 de marzo intenté comunicarme con el director de la aseguradora, actuario Federico Icaza, pero su secretaria me transfirió a la unidad especializada para atención a clientes con Angélica Arroyo, una auténtica punching bag (en términos boxísticos), figura decorativa únicamente y puesta ahí sólo para pararle broncas a la mañosa compañía de seguros.

De poco valió mi alegato de que sigo siendo su cliente, pues apenas el 6 de marzo anterior había revalidado con ellos el seguro de gastos médicos mayores del que también disfruté, hasta mi salida, en el sector público. Si éste es el trato que prodigan a clientes leales, ya me imagino cómo han de tratar al resto.

Raúl Gutiérrez y Montero

Las firmas para la declaración Trabajamos por la paz y la justicia, publicada en La Jornada el pasado domingo 30 de marzo, pueden enviarse a la dirección electrónica: www.zmag.org/wspj/index.cfm. También ahí se pueden obtener la lista y el número de firmas, que ya superan 30 mil, de 180 países.