Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 5 de abril de 2003
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Política
DESFILADERO

Jaime Avilés

Las ideas religiosas de Bush

El fundamentalismo de los cristianos renacidos

LOS ANTIGUOS PRESIDENTES de Estados Unidos cometían las atrocidades más salvajes en nombre de la democracia y con la supuesta bendición de Dios. El actual ha lanzado esta guerra contra el mundo "en nombre de Dios". Cuando el Papa exhortó a Bush a que por ningún motivo agrediera al pueblo de Irak, Eduardo Galeano observó que Juan Pablo II, a fin de cuentas, era el máximo representante de Dios. Y se preguntó: "¿Por qué Dios dará órdenes tan contradictorias?" Hay una respuesta probable.

Cuando Monica Lewinsky inauguró el teledrama de su relación oral con Clinton, la Iglesia católica de Estados Unidos ardía en la hoguera del escándalo bajo el diluvio de quejas que acusaban a sacerdotes por abusar sexualmente de niños. Como todos sabemos, el Vaticano guardó silencio. Fue un error muy grave, cuyas consecuencias ahora están a la vista.

La Iglesia de Juan Pablo II no es predominante en Estados Unidos: sus adeptos son latinoamericanos, italianos e irlandeses. Estos forman una clara mayoría en las franjas costeras del Atlántico y del Pacífico, así como en el travesaño del norte, pero en el centro y en el sur son menos que los fieles de todas las ramas en que se ha dividido y subdividido la Iglesia de Lutero, de las que surgieron innumerables sectas. De éstas, hace 30 años viene nutriéndose el movimiento religioso de los Born Again Christians (cristianos renacidos). Ante el caso Lewisnky y los atropellos carnales de curas y obispos, en fechas recientes millones de católicos optaron por esa nueva corriente espiritual, a la que también se han sumado no pocos judíos. En enero de 2000, la agencia Gallup dijo que 41 por ciento del pueblo estadunidense había hecho suyos los ideales de esa creencia. Meses después, el más notable y devoto de sus fieles, George Walker Bush, ganó las elecciones presidenciales con 47 por ciento de los votos (fraudulentamente) computados. ¿Una mera casualidad?

El texto sagrado que inspira a los cristianos renacidos es el último libro del Antiguo Testamento, el Apocalipsis. Este predice que el fin de la humanidad llegará cuando el Anticristo se adueñe de Babilonia, "la gran ramera", que será devastada por plagas de "muerte, duelo, hambre", y será "quemada por fuego". Entonces Cristo bajará por segunda vez a la tierra y destruirá a su adversario en un sitio descrito como Armagedón, en lo alto del cerro de Megiddo, al norte de Israel. La profecía bíblica, tal como la acepta Roma, asegura que habrá una batalla de "relámpagos, voces y truenos" y un "gran terremoto jamás visto", pero agrega que Cristo salvará las almas de sus leales. Para los cristianos renacidos esta interpretación es errónea: sólo ellos serán llevados al paraíso, y los seguidores del Papa, al igual que los budistas y los musulmanes, serán condenados al infierno. En las notas que presento a continuación -tomadas de un reporte elaborado por el colectivo independiente Incision Research-, el lector hallará abundantes indicios de que el jefe de la Casa Blanca está provocando en forma deliberada el caos universal para acelerar el retorno del Mesías.

Apocalypsis rigth now

En las carreteras del Bible Belt (o Cinturón Bíblico) de Estados Unidos, los anuncios de las Iglesias invocan escenas terribles del Apocalipsis. Con letras amenazantes proclaman: "¡Arrepiéntanse! ¡Ya viene Jesucristo Otra Vez! ¡Se acerca del Día del Juicio Final! ¡Sólo los Nacidos Otra Vez se salvarán!". Este es el paisaje común de los pueblos evangelistas, donde cada familia posee únicamente dos libros: la Biblia y uno de los 50 millones de ejemplares de la obra de Tim LaHaye y Jerri Jenkins, titulada Left Behind, que puede traducirse como "Los que se quedan atrás" o "Los abandonados".

Ahi, los autores cuentan una historia del fin del mundo en la que el Anticristo se apodera de la Organización de las Naciones Unidas y la traslada a una Babilonia reconstruida. De unos años para acá, los fans de este volumen tomaron muy en serio un hecho histórico: en 1979, cuando Saddam Hussein asumió el poder en Irak, una de sus primeras tareas fue ordenar precisamente la reconstrucción de Babilonia. Para Jerry Falwell, ex jefe de la Confederación Sureña de Iglesias Bautistas y asesor del ex presidente Ronald Reagan -quien se se afilió a los cristianos renacidos en 1971-, el Anticristo ya se encuentra entre nosotros y se trata de un musulmán que se pondrá al frente de los pueblos árabes para invadir Israel.

Hace algunos meses, en un discurso difundido por la televisión nacional de EU, Falwell aseveró que Mahoma fue "terrorista", y consideró "una blasfemia decir que nuestro presidente está interesado en el petróleo de Irak". Defensor a ultranza de la política racista y genocida de Ariel Sharon, Falwell ha dicho no pocas veces que "las tierras de Israel deberán ser reunificadas para que se cumpla la profecía del Apocalipsis y se dé la última batalla entre el bien y el mal".

Katherine Austin Fitts, ex subsecretaria de Vivienda en el gobierno de Bush padre, narra que el domingo 9 de septiembre de 2001 asistió a misa en Chesnut Valley, un pueblo rural de Tennessee, cuyo templo pertenece a la Confederación Sureña de Iglesias Bautistas y, dada la conexión entre el reverendo Falwell y la Casa Blanca, los fieles suelen decir que los sermones "brotan directamente del fax de la Oficina Oval". Esa mañana, recuerda Katy, el predicador habló con vehemencia sobre la necesidad moral de hacer la guerra "contra todos los musulmanes", en particular contra Afganistán. Al volver a su casa, por demás perturbada, llamó a un amigo y le dijo: "No sé que está pasando, pero creo que vamos a ir a la guerra contra Afganistán". Dos días después, cuando vio caer las torres gemelas del World Trade Center, comprendió el mensaje.

Ante el mismo altar

En 1987, el evangelista Billy Graham, amigo de Bush padre y famoso por sus prédicas en televisión, convenció a Bush hijo de que debía dejar el alcohol y la cocaína, y lo convirtió en un cristiano nacido otra vez. Al dar testimonio del milagro que Cristo operó en él, WC escribió en su libro titulado A charge to keep (Una misión que cumplir): "En 1999, al escuchar un sermón del reverendo Mark Craig, comprendÍ que Dios me llamaba para que aceptara ser presidente de Estados Unidos". Dos años después, cuando se derrumbaron las torres gemelas, declaró a Time Magazine: "Por la gracia de Dios yo estoy gobernando en estos momentos". Entonces, el subdirector de Relaciones Públicas de la Casa Blanca, Tim Goeglein, afirmó que "el presidente Bush es el elegido de Dios en este tiempo, y lo digo con mucha humildad" (véase la cita en World Magazine).

En otro pasaje de su autobiografía espiritual, WC relató su peregrinación a Tierra Santa. Recuerda que un día de 1998, después de cenar, él y su esposa Laura, en compañía de un grupo de mormones, metodistas, bautistas y judíos, se metieron en el mar de Galilea, cerca del cerro de Megiddo y, tomados de la mano, se hincaron a rezar dentro del agua. De pronto, añade, una voz interior le dictó las siguientes palabras: "Ahora el tiempo se acerca/ Nombrado por los profetas desde hace tanto/ Cuando todos conviviremos juntos/ Un pastor y un rebaño/ Ahora judío y gentil se encuentran/ De muchas tierras lejanas/ Arrodillados ante el mismo altar/ Adorando al mismo Señor" (The Guardian, 26/01/03).

Cada mañana, al saltar de la cama, lo primero que WC hace es leer la Biblia, a la que llama "un buen manual político". Después, así como lo acostumbraba Reagan, llega a la Oficina Oval y preside una sesión de oraciones conducida por un predicador. En ella participan católicos, judíos y evangelistas, como cristianos Nacidos OtraVez. David Frum, el judío que inventó el término "eje del mal", en su libro The rigth man (El hombre correcto), describe el ambiente que impera en esas "juntas espirituales", y al evocar el día en que faltó a una de ellas su colega Michael Gerson, apunta que Bush lo reprimió recordándole que su asistencia al ritual, como miembro del gabinete, era "voluntariamente a fuerza".

Los consejeros religiosos de WC son los predicadores Billy Graham, Jim Robinson y Tony Evans. Michel Gerson, también pastor evangelista y desde luego renacido, es quien escribe los mensajes del presidente. Para una población convencida de que ir a la guerra es la mejor manera de convocar al Mesías, Gerson emplea el lenguaje codificado de los textos fundamentalistas para animar la retórica bélica de Bush. Paul Boyer, profesor emérito de la Universidad de Wisconsin, anotó en el Chronicle of Higher Education que cuando Bush dijo en un discurso a la nación que Hussein "podría desatar un día de horror como nunca lo hemos conocido", invoca "un antiguo y poderoso vocabulario que para millones de cristianos comunica un específico y emocionante mensaje de que el fin se acerca, no sólo el de Saddam, sino el de la especie humana en su conjunto".

Tony Evans, por su parte, preparó a Bush para "el tiempo en que el pueblo de Dios tome el poder terrenal", tarea que WC ha descrito como "esa gran misión" en documentos oficiales de seguridad nacional. Al respecto, en su libro Bush at war (Bush en guerra), el veterano periodista Bob Woodward concluye que "el presidente supone que su misión y la del país responden al Plan maestro de Dios, y así lo proyecta".

Ante la asombrosa cantidad de tratados internacionales, pactos regionales, alianzas estratégicas y convenios contra el desarme nuclear y muchos otros que WC ha despedazado en todos los frentes políticos y diplomáticos, destruyendo el aparato jurídico del mundo, Michael Ortiz Hill advirtió en el sitio web de CounterPunch: "Que Bush atacara tantos sistemas vitales en tantos frentes desde la política externa hasta el medio ambiente, podría confundir desde la óptica de la realpolitik, pero resulta transparente en términos de la visión apocalíptica que suscribe: todos los sistemas habrán de caer para que el Mesías regrese. Y parece que Bush hace todo lo posible para traerlo".

Si usted duda de la veracidad de estos datos, escriba en su buscador de Internet los nombres de las personas y las fuentes aquí mencionadas y compruebe por sí mismo cuánto hay de cierto en esta espeluznante alucinación. Pero si ve en su televisor las gigantescas manifestaciones de musulmanes que ayer desfilaron por las calles con la foto de Hussein, convertido por WC en el nuevo lider moral del mundo árabe, comprenderá que para los fundamentalistas de la Casa Blanca la "obra de Dios" se está cumpliendo al pie de la letra. ¿Qué sigue? ¿El camino de Damasco?

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