Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 2 de febrero de 2003
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Deportes
En el interior, la vigilancia fue masiva, aunque la revisión no resultó eficaz

Pese a escasas medidas de seguridad, en el estadio Azul se reportó saldo blanco

En más de 20 puertas decenas de personas libraron el paso con paquetes

ABRIL DEL RIO

Lo fundamental es que el saldo fue blanco en las tribunas del estadio Azul, que las familias con miembros de todas edades dieron muestra de lo que es vestir distintas camisetas y compartir la misma tribuna, no obstante que las medidas que tomó el Cruz Azul para mejorar la seguridad lucieron escasas.

En efecto, las unidades de protección civil se multiplicaron en la colonia Noche Buena, de acuerdo con el riesgo de la visita de Chivas, diría uno de sus miembros, y un cuerpo de seguridad hizo presencia masiva dentro del estadio, donde se pretendió realizar una revisión exhaustiva, pero no resultó equitativa.

En las puertas 7 y 19 por las que tendrían acceso los integrantes de las porras de ambos equipos, grupos de guardias iniciaban la inspección con detectores manuales de metales, y los asistentes también serían sometidos al visto bueno de perros que rastrearían pólvora, uno en cada puesto, mientras que en las 28 puertas restantes, la revisión no fue suficiente, pues decenas de personas libraron el paso con paquetes.

La labor se cargó en la puerta de la afición chiva, donde en principio se retenían todas las mochilas a cambio de una ficha (papel engomado) para recuperarlas al final. A diferencia del pastor alemán que hurgaba en cada bolsa de la porra cementera, donde las mochilas sí tenían acceso, el can de la puerta de Chivas lucía agotado.

Al margen del detector y los perros, para los cuerpos de seguridad era complicado ponerse de acuerdo en los criterios. De pronto ya ninguno decidía si debían rechazarse cámaras fotográficas, radios o binoculares, porque quién los cuidaría, si nadie podía salir y volver a entrar. "Aquí no es paquetería; si no trae coche, puede atravesarlas al súper, ahí sí se las cuidan", recomendaba una de las encargadas de la puerta, aunque con boleto cortado no había retorno.

Estaba claro que alimentos no pasarían, y en un gran bote de basura terminaron bolsas cerradas de frituras y refrescos, de los mismos que se expenden adentro; comida preparada en casa -recurso de algunos ante los altos costos-, así como infinidad de envases de agua, producto que no se vende en el estadio. Ahí, los únicos líquidos son refrescos y cerveza.

¿Petardos?, se decomisaron "algunos, lo común", reveló un miembro de la Dirección General de Seguridad Integral de CIE, quien aseguró que se trataba de cohetes, de los que no estallaron durante el partido, excepto algunas nubes de humo gris, del lado de la porra azul.

Tras el juego de gran ritmo y el empate, los aficionados abandonaron el lugar tranquilamente.

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