Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 2 de febrero de 2003
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Cultura

Carlos Bonfil

Una buena chica

Detrás de un título anodino, propio de alguna comedia romántica intrascendente, se esconde en realidad un trabajo más de Miguel Arteta, un talentoso realizador puertorriqueño muy poco conocido en México. Una buena chica (The good girl) es una cinta independiente, alejada del cine comercial hollywoodense tanto en su factura como en su manera de abordar sus temas: la frustración amorosa, la mediocridad y el adulterio. La cinta tiene un acierto indiscutible, la elección de una actriz estupenda, Jennifer Aniston para el papel de Justine Last, una joven texana de treinta años harta de su rutina conyugal y de su empleo como cajera en un almacén donde jamás sucede nada interesante. Su encuentro sentimental con Holden (Jake Gyllenhaal), un compañero de trabajo de veintidós años, taciturno, idealista y un tanto esquizofrénico, sacude perdurablemente todas sus certidumbres. El muchacho vive fuera de la realidad, devora una novela de iniciación, El guardián en el centeno (The catcher in the rye), de J.D. Salinger, se identifica con el destino trágico del protagonista e incluso adopta un nombre literario en abierto rechazo de su identidad de "esclavo", de su familia, y del mundo que le rodea. ƑCómo transfiere Holden todas sus obsesiones a su delirante pasión por Justine, cómo sucumbe ella al encanto del amante menor y casi desequilibrado? Miguel Arteta, y su guionista predilecto, Mike White, logran conferir un espesor y un atractivo especial a una trama que, en manos inexpertas, habría sido en todo momento melodramática y previsible.

El realizador de Una buena chica sorprendió en 1997 con su primer largometraje, Star maps, ambientado en Los Angeles, en los barrios de prostitución masculina, donde un joven de origen mexicano es iniciado al oficio por su propio padre, en obediencia a una vieja tradición familiar. Tres años después, Arteta ofrece una comedia fuera de serie, Chuck and Buck, historia de una fijación sentimental, la de un hombre de treinta años por su compañero de escuela, a quien había dejado de ver durante dos décadas. Buck se niega a crecer, vive obsesionado con su mundo de juguetes, paletas, y fantasías lúdicas de infancia, siempre homoeróticas, y decide tener el derecho de exigir a Chuck, hombre a punto de casarse, vivir de nuevo las experiencias infantiles de iniciación sexual compartida.

Una buena chica retoma, sorprendentemente, varios de los temas de Chuck and Buck, en particular el hostigamiento sentimental, la frustración y el chantaje, y logra así una comedia divertida y a la vez desencantada, con humor negro y un señalamiento implacable del conformismo clase media estadunidense. En la materia existen obras mucho más provocadoras, como la de Todd Solondz, por ejemplo, con Felicidad o Storytelling. Lo que es distintivo sin embargo en el cine de Arteta es un lirismo capaz de combinar candor y malicia, y una complejidad dramática alejada del escarnio sistemático y de la caricatura.

Un personaje se pregunta en tono de perplejidad: ƑSi el hombre está hecho a semejanza de Dios, qué habremos de pensar entonces de Dios? Todo mundo en la cinta tiene preocupaciones existenciales, algún dilema moral, o perspectivas desoladoras en su mundo de rutinas. Los padres de Holden son tal vez la excepción: inexpresivos en grado superlativo, asisten pasivos a la degradación de su hijo alcohólico, idealista y suicida. El marido de Justine vive en la enajenación absoluta que le procura su doble afición al fútbol y a la marihuana, al punto de ignorar por completo las insatisfacciones de la joven. Si se descarta el simplismo de una máxima de la cinta ("Envejecer es abandonar sus sueños") y en lugar de ello concentra uno la atención en la estupenda construcción del personaje de Justine, esposa insatisfecha, según el modelo de la literatura europea del diecinueve, tendremos entonces una comedia original y llena de sorpresas. Y con algo de suerte, alguien más tendrá la atinada idea de hacer descubrir en México las demás cintas de Miguel Arteta.

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