Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 2 de febrero de 2003
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Política
BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

EU: la guerra contra Irak, ¿para encubrir la recesión que viene?

La tragedia del Columbia, en el peor momento coyuntural

El país pierde y las petroleras ganan

COSAS EXTRAÑAS SUCEDEN en los cielos de Estados Unidos. Después de las explosiones aún sin explicación persuasiva de los vuelos de Egypt Air, Swiss Air y TWA/800, no se diga los atentados terroristas del 11 de septiembre, que arrojan más interrogantes que respuestas creíbles, ahora acontece en el peor momento coyuntural una tragedia al reingreso terrestre del transbordador Columbia, que no faltarán quienes la atribuyan a Saddam Hussein. Pese a que los "expertos" afirman que se trató de un accidente aerodinámico, existen ingredientes fortuitos para la formulación de una "teoría de la conspiración", a la que son tan adictos los estadunidenses: estallido sobre Waco, Texas, y presencia de un astronauta israelí a bordo.

EN EL CONTEXTO de nuestra hipótesis operativa de la "guerra multidimensional" que libra Estados Unidos, primordialmente en la zona euroasiática, quizá el reciente dato sobre su anemia económica, que creció un raquítico 0.7 por ciento el último trimestre del año pasado, haya acelerado los preparativos bélicos para invadir Irak.

NO HAY NECESIDAD de perder el tiempo en buscar lazos inexistentes entre Saddam Hussein y Al Qaeda. Cualquier pretexto es más que suficiente para emprender una guerra que fue preparada desde hace 13 años por PNAC (por sus siglas en inglés: Proyecto para el Nuevo Siglo Estadunidense), que jefaturan los ultrahalconazos William Kristol y Robert Kagan, a demanda expresa del entonces secretario de Defensa y hoy vicepresidente, Dick Cheney, el verdadero controlador de Baby Bush.

EL FINANCIAL TIMES (31 de enero) exhibió que Microsoft de Bill Gates otorgó filantrópicos donativos a las organizaciones caritativas que financiaron a Al Qaeda por intermedio de la fundación Benevolence International, que además transfirió fuertes sumas a cuentas bancarias de Azerbayán, Georgia y Rusia que acabaron en manos del crimen trasnacional superorganizado del Cáucaso (Pravda, 31 de enero). ¿A poco, por ello, el equipo Bush llegará hasta bombardear con armas nucleares la nueva sede de Microsoft en Redmon, en el estado de Washington? Para los archivos indelebles: la sede de la islámica fundación "caritativa" Benevolence International es Chicago, y su director es el sirio Enaam Arnaout, con doble pasaporte, de Bosnia y Estados Unidos.

MEJOR QUE PERDERSE en conjeturas, más vale abordar datos estructurales incontrovertibles sobre la economía de Estados Unidos, que se encuentra al borde de una recaída recesiva, como aprecia el muy solvente economista Stephen Roach, de la correduría Morgan Stanley, en su más reciente evaluación (31 de enero), quien considera que el descenso de 4 por ciento del PIB al tercer trimestre, a 0.7 por ciento en el trimestre posterior, representa un "señal de aviso importante". Lo más preocupante se centra en la disminución de la confianza del consumidor, como en su gasto, que sostiene las tres cuartas partes de la economía de Estados Unidos, y que al último trimestre fue de 1 por ciento, es decir, el más bajo nivel de los últimos 10 años: "los riesgos de una recaída recesiva son altos y en aumento", en lo que concuerda a regañadientes la revista neoliberal fundamentalista The Economist (30 de enero).

CON UNA VISION más estratégica, Stratfor (31 de enero), un centro de inteligencia con sede en Austin, Texas, formula, en el mismo sentido de los hallazgos del economista Roach, que "la economía de Estados Unidos se encuentra al borde de la guerra" como consecuencia de las "amenazas de una nueva recesión", por lo que clama y reclama la "claridad" de una "rápida victoria decisiva".

ESTADOS UNIDOS ES un país desequilibrado, dicho en términos de la aceleración entrópica de su economía (allá quien, a su cuenta y riesgo, desee hacerla extensiva al área siquiátrica) con tres récords a cuestas: "su déficit de cuenta corriente, los más bajos niveles de ahorro y los niveles más elevados de deuda empresarial", como aprecia puntualmente Roach. Lo peor consiste en que los "desequilibrios" económicos de Estados Unidos han arrastrado al mundo bajo el mecanismo de la globalización financiera.

ANTES DEL ANUNCIO de la guerra, el panorama del "post-Irak" empieza a perfilarse con diafanidad en varios segmentos empresariales de Estados Unidos (auge de las petroleras, debacle del sector tecnológico y fraudes de la empresa contable KPMG), al unísono de los nuevos realineamientos geopolíticos.

CUANDO LOS INFORMES de resultados de las empresas de Estados Unidos son más que patéticos, la petrolera Exxon-Mobil (con sede en Irving, Texas; perdonen la insistencia genética), la segunda trasnacional de las primeras 500 en la clasificación de la revista Fortune, arrojó una impresionante ganancia de 53 por ciento en sus ingresos netos por 4 mil 100 millones de dólares en el último trimestre (Financial Times, 30 de enero). ¿Qué magnitud alcanzarán las ganancias de la petrolera Exxon-Mobil cuando Estados Unidos invada Irak y capture sus 300 mil millones de barriles de reservas de petróleo, las mayores del mundo, según los últimos datos del Departamento de Energía de Estados Unidos (reporte de octubre de 2002), que superarían a las de Arabia Saudita?

EN LAS ANTIPODAS y en el entorno de lo que Stephen Roach califica mordazmente como la "revolución fallida" del sector tecnológico de la información, AOL/Time Warner develó una pérdida anual por 98 mil 700 millones de dólares, la mayor en la historia de Estados Unidos, lo que obligó a que su vicepresidente, Ted Turner, presentara su renuncia.

LAS EMPRESAS DE Estados Unidos, contagiadas por el putrefacto "síndrome Enron", como epítome del capitalismo mafioso imperante en Wall Street, han empezado finalmente la limpieza de sus detritos contables. Después de la extinción de la fradulenta empresa contable Arthur Andersen, que fuera la quinta global, ahora le toca el turno, muy a destiempo, a la cuarta empresa global de la "contabilidad invisible", KPMG, que es objeto de la furia selectiva de la muy permisiva "reguladora" (sic) bursátil, la SEC (Security Exchange Commission), por una presunta colusión fraudulenta con Xerox. ¿Se quedará Wall Street solamente con tres empresas contables globales, PriceWaterhouse, Ernst & Young y Deloitte & Touche, tan mancilladas como su competidora en apuros?

UNO DE LOS FACTORES que han contribuido en el aceleramiento de la guerra se percibe en los recientes movimientos de divisas de los bancos centrales de dos potencias nucleares: Rusia y China, que comienzan a desprenderse de sus reservas en dólares, que han perdido parte de su valor frente al euro y el oro. El 25 de enero, el banco central ruso anunció que planeaba cambiar la composición de su cartera (hasta ahora con 50 por ciento en dólares, de sus 48 mil 100 millones de dólares de reservas) para favorecer al euro (International Herald Tribune, 30 de enero).

EN PARALELO, DURANTE el deprimente Foro Económico Mundial de Davos, el gerente general del Banco de China, Zhu Min, tras advertir sobre una "gran volatilidad" en el mercado de divisas en todo el año enfatizó que la compra de dólares por su país y las naciones asiáticas estaba llegando a su fin, debido al colosal déficit de cuenta corriente de Estados Unidos, que calificó como "insostenible" e "insano". China acaba de alcanzar reservas por 285 mil millones de dólares, que la colocan en segundo lugar a escala mundial (sin contar las reservas de Hong Kong, con las que desplazaría a Japón del primer lugar). La guerra es también financiera y la postura monetaria de China, que ha estado atesorando oro en forma silenciosa, es muy significativa en medio del retumbar de los tambores bélicos.

ANTES DEL ARRANQUE de la guerra, se han generado fracturas y desgarramientos por doquier, pero con mayor ahínco en el seno de la Unión Europea, que ha conseguido dividir la legendaria perfidia británica que caracteriza al premier Tony Blair para complacer a Baby Bush antes del cónclave de ambos en Campo David.

EL EJE INCIPIENTE Francia-Alemania ha sido puesto contra la pared y ha quedado relativamente aislado después de la carta pública de ocho países europeos encabezados por Gran Bretaña (a la que luego se sumaron los países bálticos), que hasta parecía redactada por el belicoso Donald Rumsfeld. La apuesta de los europeos asustados por el eje franco-alemán y azuzados por Tony Blair es sumamente riesgosa y, dependiendo del epílogo del "post-Irak", Aznar y Berlusconi (dos fanáticos del "ofertismo fiscal"), para citar a los más conspicuos, pueden encumbrarse o desfondarse. Pero tampoco hay que aterrarse tanto de la perfidia, que tiene sus propios límites, como enuncia el analista británico Will Hutton (The Guardian, 26 de enero): para financiar su déficit de cuenta corriente, Estados Unidos depende en gran medida de los flujos de capitales de la "vieja Europa" que, en caso de un retiro de sus haberes, provocaría el colapso del dólar, el que, paradójicamente, necesitaría de un rescate europeo.

SE PERCIBEN DESDE ahora los trueques y los realineamientos geopolíticos. A raíz de la desintegración de la URSS y Yugoslavia desde 1991, Estados Unidos se ha ido acercando al mar Caspio, que ha cercado por medio de dos guerras: en los Balcanes y en Afganistán. La ocupación de Irak reposicionaría a Estados Unidos a unos cuantos kilómetros del mar Caspio, la tercera reserva mundial de petróleo. La creación de un estado kurdo arriba del paralelo 36 en Irak, a nuestro humilde entender desencadenaría un "efecto dominó" de neobalcanizaciones. Existe el proyecto de conectar la pletórica región petrolera kurda de Kirkuk (donde se encuentran ya soldados de Estados Unidos, en forma clandestina y en violación a la ley internacional) con oleoductos que desemboquen en los puertos israelíes de Haifa y Eilat, después de atravesar Jordania, que se anexaría la zona central de Irak, de acuerdo con el "plan Wolfowitz". En caso de concretarse, el desprendimiento de la zona kurda en Turquía, que controla además los afluentes de los ríos estratégicos Tigris y Eufrates, podría ser compensado por otros trueques territoriales aledaños.

TOMANDO EN CONSIDERACION el eje existente de Turquía/Azerbayán /Israel, una de las consecuencias sería, quizá, la creación del "Gran Azerbayán", que le carcomería la zona noroeste a Irán, lo cual le daría a Estados Unidos acceso directo al mar Caspio: ya sea a través de la nueva república kurda, ya sea por medio del "Gran Azerbayán", y esto parece que en Teherán, obnubilado por su abominación a Saddam Hussein, no ha sido sopesado en su justa dimensión. ¿Hasta dónde podrá llegar el nivel de tolerancia de Rusia, que junto con Irán, Azerbayán, Turkmenistán y Kazajstán controla gran parte del mar Caspio?

LA "RAPIDA VICTORIA decisiva" que imploran los empresarios de Estados Unidos para evitar la recesión, y que seguramente Baby Bush se encuentra dispuesto a concederles, ¿significa que alientan el lanzamiento de bombas nucleares?

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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