El líder ferrocarrilero le ofrece "apoyo
incondicional"
Dice Fox que no impone ni exige lealtades partidarias
a sindicatos
FABIOLA MARTINEZ Y GEORGINA SALDIERNA
Frente a las elecciones de julio próximo, el presidente
Vicente Fox aseguró ayer que su gobierno no exige ni impone lealtades
partidarias a ningún sindicato. "En la democracia mexicana caben
todos; el gobierno del cambio es incluyente, y todos los sindicatos legítimos
cuentan con el respeto y el apoyo del Presidente", subrayó.
Los señalamientos del mandatario se dieron en la
ceremonia conmemorativa del 70 aniversario del sindicato de trabajadores
ferrocarrileros, cuyos integrantes parecieron olvidarse de su filiación
priísta y, a cambio, ofrecieron "lealtad institucional" al jefe
del Ejecutivo.
Obsequiosos, los ferrocarrileros llevados al acto no pararon
en porras para Fox, para Guanajuato y para el dirigente gremial, Víctor
Flores. Cálidos, arroparon al Presidente, quien tras su accidentada
gira por Europa no dudó en agradecer la bienvenida. "Es grato, es
muy grato regresar a casa, regresar a nuestro querido país y ser
recibido de esta manera. ¡Se los agradezco de todo corazón!",
soltó.
Atrás,
muy atrás quedaron los tiempos del enfrentamiento entre el movimiento
obrero y el presidente Fox. Atrás quedó también aquel
memorable abucheo del primero de mayo de 2001 por la intentona gubernamental
de gravar con el impuesto al valor agregado (IVA) alimentos y fármacos,
o al menos, así pareció ayer con el sindicato de los ferrocarrileros,
cuyo secretario general ofreció "apoyo incondicional a los tiempos
de cambio", aun cuando ocupa uno de los primeros lugares en la lista de
candidatos a diputados plurinominales que habrá de proponer el sector
obrero del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En el viejo Teatro Ferrocarrilero y ante decenas de sindicalistas
-la mayoría de Guanajuato- Vicente Fox Quesada hizo un llamado a
los trabajadores a vivir en plenitud el ejercicio de su libertad y su autonomía.
A las organizaciones gremiales pidió presentarse ante la ciudadanía
de manera renovada y reinventar sus bases de unidad, autonomía,
legitimidad y representación, para influir en los cambios que aún
quedan pendientes en el país.
"Estoy seguro que la fortaleza y la autonomía sindicales
habrán de redundar en el fortalecimiento de las instituciones del
mundo laboral y en las democráticas", subrayó.
Previamente, el mandatario se comprometió a fortalecer
la alianza entre los trabajadores y el Estado en favor del gasto social
y el mejoramiento del nivel de vida. Agregó que impulsará
una política económicamente responsable que favorezca la
generación de empleos y cuide y acreciente el poder adquisitivo
de los salarios.
De nueva cuenta, el jefe del Ejecutivo reafirmó
que en materia de legítimas conquistas laborales no se dará
"ni un paso atrás" , y convocó una vez más a los trabajadores
a que "hagan su parte para que el país consolide su transición".
Fox Quesada aprovechó el foro para hacer un recuento
de su gira por Europa, y sostuvo que logró comprometer inversiones
por más de mil 800 millones de dólares, que "redundarán
en más empleos".
Por su lado, el secretario del Trabajo, Carlos Abascal,
dijo que la devaluación del peso y otros indicadores de la macroeconomía
no alteran las previsiones de generación de empleo ni de recuperación
del poder de compra del salario. También confío en la aprobación
de la reforma laboral en el Congreso, este mismo año. No obstante,
reconoció que en la economía informal sobreviven entre 12
y 15 millones de personas, esto es, entre 30 y 35 por ciento de la población
económicamente activa.
El acto de los ferrocarrileros se inició con la
participación del José Serrano Segovia, presidente de Transportación
Ferroviaria Mexicana, y luego vino la del dirigente Víctor Flores
Morales, quien casi olvidó dar la bienvenida a su "jefe de jefes",
Leonardo Rodríguez Alcaine.
Ante los trabajadores que portaban un distintivo azul
con la leyenda "Ferrocarrileros con Fox", el sindicalista aseguró
que están garantizadas las pensiones vitalicias de los ferrocarrileros
en retiro, mediante un fideicomiso administrado por Nacional Financiera.
Criticó a la disidencia, a la que, dijo, ya "se le pasó el
tren", y por último se comprometió a gestionar los pagos
de los jubilados antes de 1982.