Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 12 de diciembre de 2002
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Política
Opuestos a la construcción del centro turístico, 80% de los habitantes

Divide a comuneros caribes proyecto hotelero en Lacanjá Chanyasab

La inmobiliaria Sanmo paga $4,500 mensuales a varias familias para "ganárselas"

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

San Cristobal de las Casas, Chis. 11 de diciembre. Mientras el "misterio" de los 38 jeeps Izuzu cargados de extranjeros que recorre Montes Azules y sus alrededores parece aclararse (en cierto modo), el hotel "cinco estrellas" que se construirá en Lacanjá Chansayab está logrando dividir a la comunidad Hach T'an (como se nombran a sí mismos los Hach Winik, caribes o lacandones), "por un puñado de dólares", pero sin Clint Eastwood.

Resulta curioso que uno de los recursos de la selva profunda más sistemáticamente saqueados sea la palma de camedor, cuya fibra parece ser el ingrediente verde, secreto e insustituible, de todos los billetes de dólar. Al menos eso dicen los lacandones. Que lo oyeron decir a los que trafican esa codiciada hoja. Carmelo Chambor, quien es un lacandón muy principal, no sabe si es verdad, pero quisiera creerlo.

El proyecto hotelero en Lacanjá Chansayab está creando una división grave y explosiva entre los 108 comuneros caribes. Uno de ellos, Gilberto Kin Faisán, aceptó asociarse con el empresario Gerardo Turrent Riquelme. Aunque la comunidad se opone, el inversionista ya "asalarió" a un grupo de familias lacandonas, para "ganárselas".

Desde marzo hay una brecha para las obras en la laguna, y ha empezado a llegar el material de construcción. Varias familias reciben 4 mil 500 pesos mensuales de la inmobiliaria Sanmo, propiedad de Turrent (perteneciente al grupo empresarial San Martín Obispo). El comisariado de bienes comunales de Lacanjá Chansayab, Alfonso Chan Kin, se ha mostrado evasivo a la hora de proclamar la decisión comunal de rechazar el hotel. Se teme que los inversionistas lo estén "convenciendo" también, mientras 80 por ciento de los comuneros no está de acuerdo.

Gerardo Turrent ofrece el 5 por ciento de las ganancias para Gilberto Kin Faisán (dueño del terreno elegido, quien ya aceptó), y otro tanto para la comunidad.

Un grupo de lacandones inconformes ha dicho que aceptaría el trato por el 50 por ciento de las ganancias. Otro grupo, más contundente, se opone por completo a la edificación del hotel.

En tanto, ni siquiera el gobierno estatal ha logrado identificar los convoyes de vehículos extranjeros que iniciaron su periplo por la selva Lacandona el 28 de noviembre. Germán de la Rosa, delegado de Gobierno en Ocosingo, ayer reconoció que desconoce aún de quiénes se trata. No obstante, dijo que un grupo de estos presuntos turistas permanecía en la laguna de Miramar, y otro en Nahá.

Rogelio Gómez Núñez, comisariado ejidal de El Jardín, refiere por su parte que los 22 jeeps amarillos que visitaron su comunidad llevaban escrito "Ruta Maya 2002", y que algunos de sus tripulantes dijeron ser ciudadanos israelíes. Una de las banderas que describe Gómez Núñez en los vehículos corresponde a la de Israel.

"Hablaban en inglés. Algunos entendían español, pero se negaron a dialogar con las autoridades de El Jardín". Relata que "se metieron en el pueblo sin autorización", tomaron fotos, ofrecieron comprar tierras a los indígenas y revelaron que su destino final era Reforma Agraria (ustedes perdonarán el sic), en el extremo opuesto, al sur de Montes Azules, cerca de Chajul.

Reforma Agraria, sitio mejor conocido como Las Guacamayas, es un santuario de estas espectaculares aves que pasean en parvadas, como en un cuento fantástico, teniendo como fondo el gran río Lacantún. Esto, en la selva de Ixcán, cerca de Guatemala.

Previamente, los visitantes pernoctaron en algunos de los once camping que administran los lacandones en Lacanjá Chansayab, y visitaron las zonas arqueológicas de Bonampak y Yaxchilán, en su camino a Chajul y Las Guacamayas (que no son destinos turísticos, sino una estación científica y un área natural protegida).

El respaldo logístico para la espectacular caravana de 38 jeeps con escape en alto para vadear ríos selváticos y toda las cosa, lo proporcionó, al parecer, el empresario chiapaneco Herbert Castellanos, quien se dedica, entre otros negocios, a los servicios turísticos.

Verde como el dólar

Quienes han analizado cifras de la exportación legal de la palma de camedor a Europa, donde se comercializa con fines ornamentales, encuentran que las cuentas no "cuadran". De la selva sale mucha más palma de la que se envía a Europa, pero nadie conoce a dónde va a parar el resto. Sólo se sabe de una bodega para refrigerar y enviar la palma, en Arena Hidalgo, Tabasco, no lejos de Tenosique. (La misma ruta, al fin, de las madereras que hace un siglo empezaron a vaciar la selva.)

¿Directamente a la fibra del dólar? Ya ni la burla perdonan. Por mucho que sean los "consentidos" del régimen y las agencias globalizantes, los modernos lacandones no dejan de ser indígenas mexicanos que viven en la pobreza. A ellos también los han engañado y manipulado durante décadas.

Un ejemplo: la clínica de Lacanjá Chansayab, rimbombante obra gubernamental, no siempre cuenta con un médico. Allí también se muere de diarrea y catarro, de abandono y pobreza. El propio Carmelo Chambor lleva meses padeciendo una extraña enfermedad, sin lograr curarse. Estuvo a punto de morir por falta de atención. Aun ahora que convalece, sus extremidades hinchadas muestran llagas, le cuesta trabajo caminar y se nota que no se siente bien. Pero es firme al decir: "No queremos un hotel de lujo en nuestra comunidad".

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