Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 12 de noviembre de 2002
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Espectáculos
Mañana en concierto en el Auditorio Nacional

Un gusto, poner el clásico a disposición del pop: Caballé

ARTURO CRUZ BARCENAS

Para cantar ópera se necesita saber respirar; de ahí la importancia del aire para la soprano Montserrat Caballé, quien ayer ofreció una conferencia de prensa y, ante el tumulto de fotógrafos que buscaban su imagen, exigió a todos que se apartaran, pues "llegué apenas anoche y la altura de la ciudad, su aire, por favor, entiendan". Los periodistas se apartaron; se abrió el espacio y la mujer de voz de ensueño agradeció el gesto.

La catalana, orgullo de Barcelona, es considerada la voz operística más importante de la actualidad, y de la historia española, se presentará en el Auditorio Nacional, mañana. Nació el 12 de abril de 1933; su preparación abarcó 12 años en el Liceo Barcelona, donde recibió Medalla de Oro. Se unió a la Compañía de Basel en 1956, en la que forjó un repertorio de roles: Tosca, Aída, Arabella, Salomé.

Entre 1956 y 1965 cantó en Bremen, La Scala, Viena, Lisboa y México (1964), donde interpretó a Manon, de Massenet. Ha actuado en el Metropolitan de Nueva York y el Teatro Colón de Buenos Aires. El estrellato le llegó de la noche a la mañana, cuando, en Nueva York, en 1965, suplió de última hora a Marilyn Horne, para actuar en un concierto de Donizetti interpretando a Lucrecia Borgia.

En una de las pocas cantantes de ópera que ha tenido un tema pop en las listas de popularidad. Se recuerda la velada al lado del ya fallecido Freddy Mercury, cantante del grupo Queen, quien era su admirador y escribió para ella Exercising free love. La soprano cantó el tema, por primera vez y de manera sorpresiva, en un recital en Londres, ante Mercury. Se hicieron amigos y el disco Barcelona fue grabado con letras, entre otros, de Tim Rice. El sencillo del álbum ingresó dos veces en las listas de popularidad del Reino Unido.

En 1964, se casó con Bernabé Martí; ha apoyado la carrera de José Carreras. Promueve su nuevo disco, Roses from 2000 -grabado con la Radio-Philharmonie Hannover des NDR, bajo la batuta del director español Miquel Ortega-, con 14 piezas de Verdi, Mascagni, Barbieri, Donizetti y otros.

Mercury, músico, no un cantante de pop

Antes de la ronda de preguntas y respuestas, expuso algo de su biografía. Destacó que en México cantó por primera vez con Plácido Domingo, Placi, le llamó. Sobre su incursión en el pop señaló: "Cantar ese género es como el hecho de que Plácido Domingo cante rancheras; no por ello ha abandonado la ópera. En 86, cuando el disco Barcelona, me dijo el alcalde de esa ciudad que si ganamos yo tenía que cantar algo que no fuera ópera, que fuera para la juventud. Mi colaboración con Mercury fue importante; a él le gustaba mucho la ópera y estudió barítono. Se lo pedimos y llegó a Barcelona. Me di cuenta de que estaba hablando con un músico, no con un cantante pop; tocaba muy bonito los valses de Chopin.

"Le pregunté por qué no hacíamos algo de ópera. Me contestó que qué pensarían sus fans, 'me odiarían'. Fue un músico muy profesional. Le pedí que hiciéramos un disco completo, no sólo un tema. En la película que hicieron sobre mí -de próximo estreno- incluyo esto, de cómo me encantó trabajar con Mercury."

Sobre si debe conservarse "la pureza" de la ópera, señaló que "está todo hecho, pero no debemos traicionar al compositor, sino servirle al máximo. Los que cantamos ópera tenemos tres o cuatro horas para mostrarlo, para que el público lo entienda, pero en el mundo pop en tres o cinco minutos tienes que explicar una historia. Desde que empieza hasta que acaba.

"Aprendí a respetar a quienes trabajan tan concienzudamente. Para hacer Barcelona fueron unos dos meses (de trabajo)... Ahora me gustaría hacer algo con Elton John, a quien admiro; sabe música y compone obras muy bellas. Hacer alguna cosa con Vangelis... esto es, poner el mundo clásico a disposición del pop."

Emocionada, expuso que actualmente hay "una avalancha" de jóvenes que gustan de la ópera. Hay compositores de este tipo de obras en la actualidad que requieren la oportunidad de ser oídos, pero con dignidad, señaló quien enseña canto. Con tono irónico dijo no entender a quien señala que canta poniendo el dedo en la nariz, la garganta y otros puntos de la cabeza. "Es aquí y aquí", precisó llevando el índice al diafragma y al estómago.

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