Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 25 de octubre de 2002
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Deportes
La fondista desea clasificar para Atenas 2004

Este es el siglo de las mujeres, afirma Patricia Jardón

La atleta espera continuar dos o tres años más en maratones

ROSALIA A. VILLANUEVA

Ganadora de las tres últimas ediciones del maratón capitalino, Patricia Jardón considera que si no ha trascendido entre la elite mundial femenil no es porque no tenga confianza en ella misma, sino porque las lesiones estuvieron a punto de truncar su carrera.

Confiesa que una semana antes de correr la edición 20, que ganó el pasado domingo, tuvo una contractura en las pantorrillas que puso en peligro su participación.

"Pasé horas muy tensionada y con la presión de que si no salía de esa, quién sabe qué habría pasado. Me tomé tiempo suficiente y me fui a un spa a que me dieran masajes.

"Me arreglé el cabello, me hice transparencias, manicure, pedicure, todo, y eso me motivó; creo que como deportistas exageramos y nos entregamos al entrenamiento y a veces nos olvidamos que somos seres humanos y mujeres'', señala la fondista de 35 años, quien se manifiesta orgullosa de ser una triunfadora del deporte mexicano.

Sin titubeos, afirma que este es el siglo de las mujeres, porque a los hombres "como que les hizo daño el cambio'' y hace años que no dan resultados.

Se refiere a los maratonistas, compañeros suyos, que por más que les da ánimos cuando coinciden en los largos entrenamientos, prefieren correr en competencias moleras para hacerse de dinero y se desgastan, además de que "les faltan aspiraciones'' para trascender.

La atleta de Gabriel Zamora, Michoacán, apunta que si el maratón de la Ciudad de México se le ha dado es porque se identifica con esa competencia, pues fue allí donde debutó en 1993, finalizando en el lugar 34. Al año siguiente llegó en el 20, posteriormente el 15 y en 1995 alcanzó el segundo sitio.

De sus inicios recuerda: "Tenía muy poco en el atletismo; se me antojó correr maratones y dije que algún día tenía que ganarlo; se dieron las cosas y ya llevo tres y los que me faltan'', expresa con entusiasmo Patricia, quien hace ocho años obtuvo tercer lugar en Rotterdam con 2:33 horas, su marca personal, que todavía no ha mejorado.

-Dicen que eres la sucesora de María del Carmen Díaz, ganadora de cuatro ediciones.

-No me gustan las comparaciones, porque cada quien tiene sus diferencias. A Díaz la respeto y en su época fue buena.

"Correr el maratón de México me hace sentir especial, aunque en esta ocasión sufrí mucho, me lesioné de las pantorrillas y la planta del pie una semana antes; en plena carrera me dio un dolor de caballo y todavía no me recupero, pero vamos a salir adelante."

-¿Ganar maratones te ha dejado mucho dinero?

-Ha sido relativo, porque en mi caso he invertido mucho en el deporte. Le pago a mi entrenador Rodolfo Gómez, al doctor, al fisiatra, a la nutrióloga y doy mi porcentaje a la Federación Mexicana de Atletismo.

"No soy rica, pero lo poco que me queda lo invierto en mis locales de zapatos. Empecé vendiendo en tianguis y no me da pena decirlo, atiendo a mis clientas, me hinco para que se prueben zapatillas o botas. Quiero poner un restaurante, una estética, un spa y seguir sobreviviendo."

-Hablas como si pensaras retirarte.

-Espero seguir corriendo dos o tres años y dar la marca a los Juegos Olímpicos de Atenas, esa es mi meta. Como atleta te llega un hastío sicológico, te presionas mucho y sacrificas muchas cosas. Además ya no me siento tan chavita, uno tiene sus límites y el cuerpo no resiste. Hasta podría ser entrenadora.

Paty es la séptima de 11 hermanos y desde que empezó a correr contribuyó al sostén de la familia Jardón García, ahora dueña de locales en la venta de zapatos. Cursó hasta tercer año de Relaciones Internacionales y radica en San Mateo Atenco, estado de México.

Sin embargo, su rostro se entristece y sus ojos se ponen llorosos cuando evoca a su madre, María Hortensia, quien en silla de ruedas despidió a su hija que partía a los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999, con la promesa de que ganaría medalla en el maratón.

"Fue una experiencia triste, mi madre convalecía en el hospital y yo abandonaba la prueba. No pude cumplirle.''

Por eso se siente en deuda con su progenitora, quien siempre le inculcó que las mujeres deben ser libres y nunca estar sometidas a nadie.

"Quiero trascender por ella para que se sienta orgullosa de mí. Ahora vienen los Juegos Centroamericanos de El Salvador y voy a correr con el corazón; luego el Panamericano (2003) y espero estar en Atenas 2004.''

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