Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 25 de octubre de 2002
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Sociedad y Justicia

Expertos de EU piden a la revista lugar para difusión

Demandan a Nature difundir estudio que confirma tesis de Chapela y Quist

ANGELICA ENCISO L.

Frente al rechazo de la revista Nature de publicar los estudios del gobierno mexicano que confirman la tesis de Ignacio Chapela, de que existen transgénicos en los cultivos tradicionales de maíz de Oaxaca, científicos estadunidenses enviaron cartas de protesta a esa publicación y demandaron que se divulgue la investigación.

En la revista se ha desatado este debate, ya que primero difundió el estudio del mexicano Ignacio Chapela y de David Quist, en el que se revelaba la contaminación de maíz criollo por semillas modificadas genéticamente, lo cual ahora fue confirmado por las autoridades y con ello México sería el primer país que es origen de un producto, maíz, que está "contaminado".

Luego se divulgaron estudios que refutaban la afirmación del mexicano y la revista presentó un editorial retractándose por haber publicado la investigación.

Ahora que el gobierno mexicano confirmó los resultados con estudios del Centro de Ecología de la UNAM y del Centro de Investigaciones Avanzadas del IPN (Cinvestav) de Irapuato, rechazó la publicación con argumentaciones técnicas y explicaciones contradictorias de los especialistas que los revisaron. Uno decía que era un descubrimiento tan "obvio" que no merecía ser publicado, y el otro, que se tenía que investigar más, según explicó hace unos días el presidente del Instituto Nacional de Ecología, Exequiel Ezcurra.

En cartas enviadas a Nature, especialistas como Robert Anderson, miembro de Físicos y Científicos por la Responsabilidad Genética, pidieron que para que la revista mantenga su buen nombre debe considerar la publicación del reporte.

Mozhgan Savabieasfahani, de la Universidad de Michigan, dijo que Nature tiene la obligación de abrir sus páginas para un estudio tan controversial.

John Vandermeer y Margaret Davis, profesores de Ecología y Biología de la misma universidad, dijeron estar confundidos por la respuesta de Nature, sobre todo porque allí se divulgó el estudio de Chapela y las críticas que generó. Indican que "la verdad es que hay elementos modificados genéticamente en las razas de maíz mexicano y ese es el punto que todo mundo sabe. El que Nature continúe poniendo barreras a este asunto por razones que, en el mejor de los casos, se prestan a suspicacia, no está en la línea de las tradiciones que han inspirado a la revista. Esperamos una explicación".

El investigador Peter Rosset sostuvo que después de que Nature generó la controversia en este asunto, tiene la obligación con la comunidad científica internacional de abrir sus páginas a los estudios de las autoridades y de no hacerlo parecería estar encubriendo, quizá motivada por la industria biotecnológica que se anuncia en la revista.

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