Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 23 de octubre de 2002
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Cultura

Cada vez más personas en el mundo rechazan la visión al estilo Bush, señala

El teatro verdadero es el que despierta a las masas, plantea Roberto Ciulli

Actores y directores tienen la obligación de quitar el miedo a los espectadores, dice

La compañía alemana Theater an der Ruhr comienza presentaciones en el DF

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

El teatro que separa al individuo de las masas, plantea Roberto Ciulli, es la trinchera que puede frenar y reducir al capitalismo salvaje, porque posibilita disyuntivas como ésta: Ƒqueremos un mundo con una visión al estilo Bush o uno con una visión diferente? ''Estoy convencido de que cada vez hay más personas con la firme convicción de que queremos un mundo más humanista", completa en entrevista el director de la compañía alemana Theater an der Ruhr, que a partir de hoy se presenta en la ciudad de México.

Roberto Ciulli (Milán, 1934) es uno de los personajes más influyentes del arte teatral, y sus puestas en escena reflejan los temas que le preocupan: la violencia, la mundialización o la lucha entre la tradición y la modernidad. ''El teatro es político. La cuestión está en qué es lo que entendemos con esa palabra: político viene de polis, ciudad, y con político uno se refiere a la creación de una sociedad".

Ese concepto era más fácil de entender en la antigua Grecia, porque sólo se refería a la ciudad, subraya, pero ahora ''es más complicado, porque por político también nos referimos a todo el globo terráqueo. Con ese concepto también nos planteamos el tema de qué tipo de mundo queremos tener, o crear, para el futuro".

Es aquí donde el teatro se convierte en ''el arte que puede ser el más importante para alcanzar esa meta. Por eso hago teatro". Es cierto, admite, que en este momento se pierde un poco el sentido de lo humanista y lo político, pero es consecuencia de la globalización ''que se encuentra en la parte de arriba de la estructura del mundo que manipula a la base".

En este punto, subraya, ''las personas tienen cada vez menos la posibilidad de una libre elección porque están determinadas por esa política que, incluso, les dice qué es lo que deben comprar, cómo deben actuar, vivir, qué es lo que deben ver -pensemos en la gran industria cinematográfica- o cómo deben pensar".

El arte del teatro es un medio para que las personas volteen hacia sí mismas y sean cada vez más individuos, remarca, y aclara que no se refiere a todo el teatro ''sino al verdadero, al correcto, que es el que despierta a las masas: el público entra a ver una obra y es una masa uniforme, una familia o una sociedad, y al salir son individuos".

Vendrán épocas mejores

La política, como poder, apoya más el teatro que se dedica a seducir a las masas, a homogeneizarlas; eso es, por ejemplo, el éxito del deporte, que es un tipo de teatro para homogeneizar, mientras que el teatro que forma individuos ''puede ser peligroso para la política. Claro, no para la política que quiere en verdad formar una democracia, porque la calidad de la democracia que hay en una sociedad se relaciona con la calidad de las personas que conforman esa sociedad y no de la masa", agrega Ciulli, quien actúa en la puesta en escena de El principito, de Antoine de Saint-Exupéry.

Como espectador es fácil diferenciar un ''teatro vivo" del "teatro muerto". El primero, explica, ''llama mi creatividad, la fomenta, me vuelve creativo; empiezo a descubrir nuevos sentimientos y pensamientos. Advierto que empiezo a tener muchas asociaciones hasta llegar al punto de que por algo que experimento durante la obra decido cambiar algo en mi vida", y quien lo ha cambiado en su vida y en el teatro es el escritor español Federico García Lorca.

Como hombre de teatro ''no tengo miedo. Los actores y directores no deben tener miedo, porque tienen la obligación de quitarles el miedo a los espectadores. Mi temor respecto del teatro es el miedo político, es decir, qué tanto podemos hacer en contra de este capitalismo salvaje que se expande día con día, trayendo consecuencias terribles para muchos países. Entonces, Ƒexiste nada más el camino a la violencia o hay otra forma de presentar una oposición? Pero relativizo un pocociulli_roberto_rg2 mi miedo, porque a largo plazo soy un optimista con lo que respecta al futuro, y aunque estoy seguro de que el mundo no cambiará de aquí a que muera, sé que vendrán épocas mejores".

El arte de hacer teatro, en este momento y en el futuro, ''debe lograr la internacionalización de los buenos sentimientos, de lo bueno que esté en la base de la sociedad. El teatro justamente debe apelar a las personas a un nivel internacional, no sólo a su intelecto, sino a su corazón".

La entrevista es en alemán, mezclado a veces con algunas frases en italiano; la despedida la dice en inglés: ''Me siento más seguro cuando no hablo. El idioma en el que me siento más en casa es sobre el escenario, cuando no necesito ninguna palabra y estoy en comunicación con el público. El silencio. Porque también el lenguaje, la palabra, está corrompida".

(Theater an der Ruhr presenta La ópera de los tres centavos, de Bertolt Brecht, este miércoles, jueves y viernes a las 20:30 horas en el teatro Julio Castillo. Del viernes al lunes estará en el teatro El Galeón, con las obras El principito, de Antoine de Saint-Exupéry, a las 13 horas; y Antígona, de Sófocles, el sábado a las 19 horas, domingo a las 18 horas y lunes a las 20:30 horas.)

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