Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 22 de septiembre de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas
  >

Editorial
LOS BUITRES Y QUIENES LOS ALIMENTAN

sol-2Como es sabido, el dólar cae frente al euro y al yen debido a la debilidad de la economía estadunidense. Según la lógica, el peso, que está ligado a esa moneda, debería mantener con ella cierto equilibrio, por lo menos a corto plazo, porque existen diferencias en la inflación y en la productividad que tienden a erosionar el valor de nuestra divisa. ¿Por qué, entonces, lo estrepitoso de su caída? ¿Basta para eso el temor a una huelga petrolera que las negociaciones en lo oscurito entre el gobierno, el Partido Revolucionario Institucional y los líderes del sindicato para burlar lisa y llanamente la ley, hacen sumamente improbable? ¿Se explica por el temor a la inflación y el mal desempeño crónico de nuestra economía, resultante, por otra parte, de la aplicación de la política neoliberal que tanto pregonan los medios empresariales que compran dólares?

Aunque nos contamos desde hace tiempo entre los que denuncian los desastrosos efectos económicos y sociales de esa política, pensamos que la caída del peso en poco tiempo en cerca de 10 por ciento tiene otras causas.

En primer lugar, la misma gente que posee casi 50 mil millones de dólares fugados e invertidos en Estados Unidos tiene el máximo interés en especular contra el valor de nuestra moneda para tener muchos más pesos por sus dólares y, eventualmente, comprar empresas nacionales por un bocado de pan: la alianza entre los sacadólares y los devaluadores de la moneda ya se reveló en toda su obscenidad y su alcance trágico en el caso argentino, que algunos están haciendo de todo para imitar. El mismo control, casi total, del sistema bancario y financiero por el capital financiero extranjero, de modo paralelo al control por la misma gente de la mayor parte de la industria y del gran comercio, facilitan grandemente, a la vez, la fijación monopolista de los precios (empujando la inflación) y la utilización del juego con divisas importación-exportación, así como la especulación bursátil y cambiaria.

La economía no es una fuerza natural: es una relación entre sectores sociales y está influenciada por la acción de los grandes intereses, que prescinden de lo que puede convenir o afectar a las mayorías.

Los buitres de la especulación que alzan vuelo con el menor pretexto son alimentados por la concentración de la riqueza y del poder en las mismas personas que, pregonando el libre mercado, practican el monopolio, vociferando un supuesto amor al país favorecen intereses extranjeros y aumentan la debilidad y la dependencia de la economía nacional, y que jurando defender la Constitución negocian la ley y los principios y presentan públicamente la jugosa perspectiva para el capital privado, sobre todo extranjero, de una posible venta de los recursos energéticos a quienes aporten dólares (cada vez más débiles en el mundo, pero más fuertes en México). Las autoridades, que no se cansan de decir que no pasa nada y que la situación económica es maravillosa, ¿no sienten la necesidad de dar al país alguna explicación sobre lo que está sucediendo, de un modo tan parecido a lo que se vio en Argentina hace apenas un año?
 

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año