Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 28 de junio de 2002
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Economía
Se han perdido 180 mil 505 millones de dólares

El escándalo de WorldCom, amenaza política para Bush

Reaviva debate sobre supervisión a grandes corporativos

VICTOR CARDOSO, ROBERTO GONZALEZ JUAN ANTONIO ZUÑIGA Y AGENCIAS

La manipulación de estados contables en WorldCom, que colocó a la segunda empresa de telecomunicaciones de Estados Unidos al borde de la bancarrota, comenzó a convertirse en un terremoto político que amenaza con afectar al presidente George W. Bush y a otros destacados miembros del Partido Republicano, en momentos en que la Casa Blanca comenzaba a distanciarse de responsabilidades en la quiebra de Enron.

Entre tanto, el derrumbe de WorldCom ha representado la pérdida de 180 mil 505 millones de dólares a los inversionistas que confiaron en esa empresa de telecomunicaciones, una vez que sus títulos valen actualmente 0.27 por ciento del precio que alcanzaron en junio de 1999, cuando se encontraba en la cumbre de su expansión.

Las acciones de la empresa, que hace tres años cotizaban en 64.50 dólares, el miércoles pasado se negociaban en 83 centavos de dólar antes de iniciar las operaciones bursátiles, a las que finalmente ya no ingresaron al quedar suspendidas por la Comisión de Valores (SEC, por sus siglas en inglés).

Así, el precio de mercado de todos los títulos de la segunda compañía telefónica de Estados Unidos con 24 millones de usuarios, que llegó a alcanzar 181 mil millones de dólares en junio de 1999 (alrededor de tres veces el que tuvo Enron en su mejor momento), ahora es de 495 millones de dólares: un desplome de 99.93 por ciento en su cotización.

Además del costo económico del desplome en el valor de las acciones de WorldCom, la manipulación contable resucitó el debate sobre la supervisión a los grandes corporativos y la falta de decisión del gobierno para proteger los derechos de los accionistas, entre los que se encuentran los fondos de pensiones de millones de trabajadores.

El presidente Bush, y sus aliados republicanos en el Congreso, fueron acusados de debilidad a la hora de denunciar las manipulaciones contables, y de exigir a los ejecutivos de las compañías que cumplan sus obligaciones con los accionistas.

El líder de la mayoría en el Senado, Thomas Daschle, demócrata, dijo que ese cuerpo legislativo pretende presentar un proyecto de ley para reforzar la supervisión a los grandes corporativos. En este contexto, Tom Davis, presidente del Comité de Campaña en la Cámara de Representantes, buscó distanciar a Bush y a los republicanos del escándalo. "No hay nada por lo cual atar a la administración o al Partido Republicano con esto", declaró.

Por su parte, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, hizo ver la necesidad de "enjuiciar a esta gente con todo el peso de la ley", y en algunos casos reforzar la legislación, para evitar que se repitan casos como el de WorldCom.

En declaraciones a la cadena de televisión ABC dijo: "Queremos que la ley y la regulación del sector sea lo suficientemente fuerte como para que, en casos como este, la Comisión del Mercado de Valores pudiera congelar cuentas y bienes".

Y mientras la SEC presentó una acusación formal por fraude contra el consorcio ante un tribunal federal de Nueva York, un comité de la Cámara de Representantes citó ayer a declarar a tres ejecutivos y un analista de Wall Street.

En tanto, en ese centro financiero se afirmaba que las negociaciones de WorldCom con sus bancos para renegociar un crédito por 5 mil millones de dólares -que sacarían a la compañía de su aprieto- habrían llegado a un punto muerto.

Utilidad política

Cuando faltan cuatro meses para las elecciones legislativas en Estados Unidos, los demócratas han visto la oportunidad de denunciar la connivencia de los republicanos con los círculos de negocios y la política de desregulación que alentaron en el Congreso, lo que creó, afirman, un clima propicio para el surgimiento de estos escándalos en serie.

"Los hechos son los hechos. Les mostraremos lo que dijeron, les mostraremos lo que hicieron y les mostraremos el resultado. Así, la gente podrá sacar sus propias conclusiones", declaró Richard Gephardt, representante demócrata.

Al igual que con el escándalo del gigante energético Enron, en el que varios altos ejecutivos de la compañía forman ahora parte del gabinete de Bush, la debacle de WorldCom ha irrumpido en los círculos políticos al trascender que la telefónica es una importante donante de fondos para los partidos políticos.

Así como Enron donó 1.75 millones de dólares a la campaña presidencial de Bush, el Center Ford Responsive Politics divulgó que, desde 1997, WorldCom aportó 4 millones de dólares a políticos, de los que 60 por ciento fueron entregados a miembros del Partido Republicano.

Se inicia el recuento de los daños

Citigroup, que sostiene una sociedad en la telefónica mexicana Avantel con WorldCom, estimó un impacto de unos 500 millones de dólares "relativamente modesto" en sus finanzas, distribuidos entre sus filiales de compañías de seguros y banca corporativa.

El director general de finanzas de Citigroup, Todd Thomson, explicó que aun se está evaluando el grado de afectación provocado por el derrumbe de WorldCom.

En México, mientras tanto, el futuro de su principal inversión, el 49 por ciento de Avantel, se mantiene incierto, toda vez que esta debe liquidar un adeudo de 225 millones de dólares de un préstamo sindicado de bancos encabezados por ABN-AMRO Bank, Deutsche Bank y el Export Development Corporation de Canadá. Además, Avantel tiene un endeudamiento por 265 millones de dólares de un crédito facilitado por sus dos principales accionistas, WorldCom y Citigroup.

Antes del escándalo, los analistas ya consideraban que tanto WorldCom como Citigroup, los dos socios de Avantel, parecían estar poco dispuestos a seguir capitalizando a la telefónica mexicana para atender los adeudos contraídos.

Pero además, la situación para Avantel, la segunda empresa más importante en el mercado de telecomunicaciones en México, puede complicarse aún más: si el futuro de la participación de WorldCom se encuentra en entredicho, también en el aire se mantiene la propiedad de Citigroup, la cual sería violatoria de la Ley Federal de Telecomunicaciones, que limita la participación de inversiones extranjeras en empresas de telefonía a no más del 49 por ciento.

Tal como están las cosas, en la práctica Avantel es una empresa ciento por ciento de capital extranjero, en tanto los socios y la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras no definan si la participación será en la modalidad de inversión neutra, directa o se busca una nueva estructura de capital.

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