Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 26 de junio de 2002
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Contra

Terrorismo editorial en EU contra caricaturistas

Amenazas y despidos a quienes realicen cartones ''no patrióticos''

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 25 de junio. La tira cómica empieza con un joven negro que llama al número establecido por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) para que ciudadanos patriotas informen telefónicamente sobre sospechosos de ser terroristas o cómplices.

"Conozco a varios estadunidenses que han ayudado a capacitar y financiar a Osama Bin Laden", afirma al teléfono el personaje conocido como Huey Freeman. "ƑCómo los conoces?", pregunta un agente de la FBI. "A través de un poco de investigación", explica Freeman en la caricatura publicada en octubre de 2001. Cuando la oficina solicita los nombres, responde: "El primero es Reagan, se escribe R-E-A-G-A...", y se corta la llamada.

Es un ejemplo de la tira cómica Boondocks, que se publica en el Washington Post y otros 250 periódicos en el extranjero, pero esta entrega fue censurada por algunas de las publicaciones y, después de ser impresa, otras la trasladaron de la página de humor a la de artículos de opinión. Aparentemente había cierta renuencia de algunos editores y lectores a que se les recordara que en los años 80 el entonces presidente Ronald Reagan otorgó cientos de millones de dólares para financiar y armar a las fuerzas antisoviéticas de Afganistán, entre ellas Bin Laden.

"Hubo cientos de cartas al editor en periódicos locales por todo el país por ese cartón", explicó el caricaturista Gary Huck a La Jornada. Pero Boondocks y su autor, Aaron McGruder, eran lo suficientemente conocidos para aguantar la crítica y la ira que provocaron. Varios caricaturistas no corrieron la misma suerte con sus expresiones críticas después de los atentados del 11 de septiembre y fueron suspendidos o despedidos por publicar cartones "no patrióticos"; a otros les han rechazado su trabajo o han sido presionados hasta la autocensura para poder publicar, informa un grupo numeroso de caricaturistas, entre ellos varios galardonados con el Premio Pulitzer (el más importante del mundo periodístico estadunidense), que inauguraron una exposición en Washington sobre la caricatura y la libertad de expresión en tiempos de guerra.

La exposición Arte Patriótico EU (juego de palabras con el nombre de la ley impulsada después del 11 de septiembre, conocida como Acta Patriótica) incluye caricaturas políticas de cinco ganadores del Pulitzer y otros 33 moneros, y tiene el objetivo de responder a las nuevas leyes y ataques a la libre expresión que se han promovido desde los atentados de septiembre.

También se incluyeron algunos moneros extranjeros, entre ellos El Fisgón, Helguera y Hernández, como muestra de solidaridad con sus compañeros estadunidenses.

Mike Konapacki, uno de los moneros que ayudaron a organizar la exposición, explicó que varios caricaturistas que trabajaban para periódicos más pequeños fueron despedidos por dibujar imágenes consideradas antipatrióticas, y otros perdieron clientes de largo plazo. Pero tal vez el impacto más grande de este nuevo clima, añadió, es la presión que ejerce y que resulta en la autocensura. Konapacki fue criticado por dibujar un cartón titulado El próximo ataque, con la imagen de un avión que se dirigía a estrellarse contra un ejemplar de la Carta de Derechos de la Constitución de Estados Unidos. Para los caricaturistas independientes (free lances) la presión económica es tremenda, destacó.konopacki

Esto es particularmente obvio cuando aun los cartonistas más conocidos en los principales periódicos del país están sujetos a estas presiones políticas. Cuando Clay Bennett, caricaturista del periódico nacional Christian Science Monitor, acudió en octubre a un programa de cablevisión de C-SPAN y se expresó críticamente contra la "guerra contra el terrorismo", su jefe le habló desde las oficinas del periódico en Boston para advertirle que podría ser despedido si repetía ese tipo de comentarios sin permiso previo de sus jefes.

Este año, Bennett ganó el Premio Pulitzer por su trabajo y como resultado su permanencia en su empleo actual ha mejorado, pero advirtió que "un Estado policiaco está por imponerse.

"Hay una inmensa presión por parte de los lectores y los anunciantes para respetar una línea patriótica", explicó otro caricaturista ganador del Pulitzer, Steven Benson, quien trabaja para el Arizona Republic. Benson declaró al Independent de Londres: "He tenido a editores que han sacado mis cartones sindicados porque lectores han demandado retracciones. He enfrentado amenazas de muerte, esfuerzos para silenciarme, gente que me ha comparado con los traidores".

La exposición de caricatura, instalada en la sede del Institute for Policy Studies en el centro de Washington hasta septiembre, también incluye una caricatura de Mike Marland que critica la política del presidente George W. Bush contra el programa nacional del seguro social. En la imagen aparece Bush piloteando un avión que se dirige a estrellarse contra las Torres Gemelas, una que dice Seguro y la otra Social.

Este cartón provocó el enojo del propio vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, que lo calificó como "lo más erróneo posible". Resultado, tres periódicos le informaron a Marland que ya no publicarían su trabajo, lo cual llevó al cartonista a escribir una columna disculpándose por la caricatura y destruyó el original. Pero poco después, comentó Marland, creció su ira por esta presión y dibujó de nuevo el mismo cartón.

De hecho, la Casa Blanca ha criticado a varios artistas que se han expresado contra la "guerra contra el terrorismo". El mes pasado, el famoso locutor del noticiero nacional de CBS, Dan Rather, comentó que muchos periodistas habían ablandado su cuestionamiento a los funcionarios estadunidenses para no parecer antipatrióticos, y se incluyó en ese número. Es ese el clima que motivó la exposición inaugurada este fin de semana.

El propósito de la exposición, explicaron Marland y sus colegas en una declaración, es que la disidencia es acto patriótico. "Las caricaturas en esta exposición no son 'lo más erróneo posible', son lo más americano posible. Es arte patriótico", escribieron.

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