Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 8 de junio de 2002
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Política
Miguel Concha

Imputaciones falsas e inoportunas

No es justo ni socialmente constructivo que ahora algunas autoridades y medios del estado de Oaxaca señalen como encubridores de presuntos responsables y faltos de conmiseración hacia las viudas y los huérfanos, a quienes desde hace meses advirtieron con acciones urgentes la posibilidad inminente de nuevos hechos sangrientos entre miembros de la comunidad mestiza de Santo Domingo Teojomulco y la comunidad zapoteca de San Lorenzo Texmelucan, pidieron con oportunidad medidas cautelares, documentaron hasta donde se les permitió los orígenes y la historia de los conflictos, promovieron el diálogo, participaron con desinterés en parte de las negociaciones y han propuesto soluciones inteligentes para desactivar y resolver esos añejos problemas. Con ello lo que se logra es enturbiar una vez más las investigaciones judiciales, enconar más los ánimos, ocultar las faltas graves de responsabilidad en el pasado, generar la desconfianza y descalificar a quienes tienen que ser parte de la solución en un verdadero Estado democrático. Nos referimos a las organizaciones no gubernamentales agrupadas en la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todos, y en particular a las que forman parte de la Red Oaxaqueña de Derechos Humanos, especialmente al Centro Regional de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco Briseño, que desde hace años, y en contacto directo y continuo con las comunidades, en Oaxaca y en todo el país, han demostrado su voluntad de paz y su compromiso autónomo con las vías del diálogo.

En efecto, como reportó La Jornada, desde el 19 de marzo la última organización civil alertó sobre nuevos brotes de violencia entre ambos municipios, y pidió enviar cartas urgentes a las autoridades locales y federales, exigiendo atención y solución de fondo al conflicto agrario. "Los pueblos por venganza -expresan con preocupación- se abastecen de armas y parque, y hasta se olvidan de sembrar o trabajar, pues ahora lo que les interesa es 'defenderse' de sus enemigos, quedando incluso como rehenes de su propio pueblo. En las asambleas hasta las mujeres (madres solteras, viudas) son obligadas a dar su cooperación para la compra de armas y parque. Los hombres ni se diga, tienen que cumplir en su comisión de vigilancia y roso a veces días completos, para que no se acerquen sus 'enemigos' a atacar." Y denuncian: "El gobierno del estado sólo ha mandado a un grupo de policías ministeriales en cada pueblo, pero éstos no suben a hacer rondines en los lugares peligrosos (colindancias), sólo permanecen en el centro del pueblo, y esto no garantiza nada, pues a pesar de que estén ellos, los pueblos se siguen enfrentando y teniendo muertos de un lado y otro".

Es cierto entonces que en el fondo de estos problemas se encuentran la miseria, el racismo y la exclusión de políticas económicas injustas, que es urgente corregir, y probablemente hasta algunos intereses estratégicos escondidos, que es preciso, si los hay, sacar inmediatamente a la luz, pero también la corrupción, la impunidad y la responsabilidad de autoridades, algunos partidos políticos, organizaciones supuestamente defensoras de indígenas y campesinos, y pretendidos "asesores y licenciados". En un documento que no hace mucho suscribieron las organizaciones civiles de derechos humanos, y en el que con argumentos sólidos proponen soluciones nuevas y creativas para resolver los conflictos, se denuncia puntualmente a quienes a lo largo del tiempo se han beneficiado de ellos, en lugar de contribuir a su solución, y se concluye: "Estamos seguros de que la publicación de este documento incrementará las hostilidades en contra de algunos de nuestros compañeros; ahora quizá de parte de ambos pueblos y hasta del gobierno. Quizá hace falta información, pero dependió absoluta y únicamente de ellos, pues siempre se les ha solicitado el acceso a sus archivos, para conocer todo lo que tienen, y casi siempre se niegan. Eso hace pensar que no todo es transparente o que hay cosas que esconder. Sin embargo, creemos que es totalmente necesario dar a conocer lo que tenemos, para contribuir a que haya una solución eficaz y eficiente al conflicto de límite de tierras que afrontan los dos pueblos". En lugar, pues, de deslegitimarlas y descalificarlas ante los pueblos y la sociedad, hay que sumarlas a la búsqueda e implementación de verdaderas soluciones. Lo contrario es lo sospechoso. 

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