Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 1 de junio de 2002
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Espectáculos
MELON

Luis Angel Silva

De son y danzón

INTERPRETAR MUSICA CUBANA con propiedad no es cosa de enchílame otra, en particular el son, que tiene varias facetas, cada una de ellas con características propias que algunas veces confunden al que no está familiarizado con esta música y le hacen creer que todo es lo mismo. Pero no es así. No todas las facetas se interpretan igual.

ESTA EXPRESION MUSICAL tan bella fue creada por personas que no sabían música y fue evolucionando progresivamente en cuanto a dotación, formato, así como armonía, sólo que sus raíces no han cambiado. La forma de tocar las percusiones sigue igual. Sigue vigente el martillo y, aunque en este tiempo se utilizan dos tambores y se agregó la paila, el mazacote está presente. Lo mismo se puede decir de la clave, que sigue dominando el panorama si se quiere tocar con propiedad.

EL NENGON, CHANGÜI, quirivá, maracaibo y rumbanvá, todos son antecedentes del son, al cual le han querido cambiar el nombre, como es bien sabido. Los jóvenes lo conocen con la etiqueta salsa y se han entusiasmado con la palabra, pero si usted es observador se dará cuenta que es la misma gata y no revolcada.

YA EXPRESE QUE para tocar montuno no hace falta papel. O, en palabras llanas, no hace falta saber música para interpretar son. Hay que conocerlo a fondo aunque no está de más aprender solfeo y si se puede también armonía, canon, fuga, contrapunto y composición, lo cual lo convertirá, mi asere, en músico, pero no en sonero. Para ser esto último hay que aprender los puntos finos del son y llevarlos a la práctica con algo más que no se enseña en ninguna escuela, academia o profesor particular, ya que eso lo da mamá. Como diría Ricardo Rocha: es de nacencia, y se llama sabor. Sin ese atributo el destino es el montón. Para decirlo más claro, la mediocridad.

EL MAZACOTE -LO que los doctos llaman polirrítmia- es cuando la sección de percusiones toca únicamente lo básico, dándole a los solistas apoyo, utilizando la técnica de cinco sonidos y tres apoyos. No de ocho golpes, como están refiriéndose los soneros de hoy a esa manera de tocar.

LO DEL DANZON. Aquí en nuestro país es más difícil hacerle entender a la elite de la música cubana, los danzoneros, que han vivido en el error a través de los años, preocupándose más por el atuendo que por investigar lo verdaderamente importante de este ritmo. Aunque no lo quieran reconocer, lo que han interpretado desde Acerina hasta las danzoneras actuales no puede ser danzón. Sin cinquillo no hay danzón. Tampoco existe el danzón mexicano. Podría ser "a la mexicana", aunque éste, su enkobio, lo califica de gallego (término sonero que significa mal ejecutado o carente de sabor). No importa que la elite me odie.

TERMINO CON LO siguiente. Para cocinar sabroso, no es necesario ser chef. Así de sencillo. En cuanto al cinquillo, esto no es un instrumento. Es una figura que deben ejecutar la paila y el güiro al unísono, es decir, los mismos golpes. Por lo demás, por mi parte pueden seguir haciéndose como el tío Lolo.

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