Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 1 de junio de 2002
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Cultura
El compositor Michel Gonneville estrena partitura en México

La irreverencia en el arte propicia más libertades

Intentar la obra maestra, obsesión errónea, dice el autor canadiense

''La música es la concreción de una búsqueda intelectual y emotiva''

ANGEL VARGAS

La obsesión por crear ''la obra maestra" es el gran mal que aqueja a muchos autores contemporáneos, sostiene Michel Gonneville, uno de los compositores más relevantes de Canadá.

De la mano de ''lo sencillo y lo básico", enfatiza, se alcanza más fácilmente la autenticidad que mediante propuestas complejas y solemnes, las que en no pocos casos son impostadas, pues el músico no las siente.

Triple motivo para una visita

''La irreverencia permite más libertades que la solemnidad, en términos de encontrar imágenes sonoras. Como compositor, pienso, uno debe procurar hacer siempre lo mejor, más que obsesionarse por crear la gran obra. Quien sigue este último camino nunca trabajará de manera honesta consigo mismo", agrega.

Nacido en Montreal en 1950, el músico se encuentra en México por un triple motivo: presenciar este domingo el estreno, en nuestro país, de su obra Alonetoguetherall como parte del programa de clausura del 24 Foro de Música Nueva Manuel Enríquez; dictar una conferencia magistral, también en el contexto del foro, una hora antes de ese último concierto, e impartir un seminario en la Escuela Superior de Música.

No obstante la declarada inclinación de Gonneville por la sencillez, su obra es considerada de alto contenido intelectual. Esto no significa una contradicción entre su decir y su quehacer, pues asume que ''la inteligencia y la razón, en el arte, no se contraponen ni se contrapondrán nunca con la emoción ni el sentimiento".

Entrevistado, Gonneville cuestiona y refuta ese ''prejuicio" que pesa sobre la música contemporánea en términos de una supuesta falta de emotividad y el predominio del aspecto intelectual, lo cual, se dice, ha impedido que cale en el gusto del público.

''Toda la música es, para mí, la concreción de una búsqueda intelectual y emotiva. Es necesario que acabemos con ese prejuicio que marca a las obras de nuestro tiempo. Es necesario que las personas se den la oportunidad de hacer el amor con esa música que en primera instancia parece tan fría. Si uno se lo permite, en gran parte de los casos encontrará algo maravilloso; algo así como, por ejemplo, que ese (John) Cage que en algunas obras parece tan aburrido, es totalmente sensacional, extraordinario. Sólo basta abrir el oído y la mente", señala.

''Dentro de la música no existe algo carente de emoción. Lo importante es encontrarlo. Incluso autores en apariencia tan difíciles como (Iannis) Xenakis tienen piezas que parecieran muy lejanas de ser intelectuales y estar sólo enfocadas a lo físico, y lo físico es siempre emocional.

''Si uno quiere escribir, entonces, estructuras muy intelectuales, es imprescindible planificar para que siempre el sonido mueva algo en el escucha y lo lleve a vivir el momento que existe en esa obra. Entre lo intelectual y lo emotivo no hay contradicción: uno puede apreciar la música por sus dinamismo corporal y emocional, pero de igual manera por lo interesante de sus estructuras; el análisis es un proceso intelectual que produce gran placer, también. Ambos aspectos, finalmente, conducen al mismo lugar, aunque por distintas rutas."

Brindar placer, propósito ulterior

Gonneville afirma que, no obstante que cada día mayor número de compositores están preocupados por involucrarse más en situaciones sociales y políticas, la música no está obligada a reflejar circunstancias específicas de su tiempo.

''El único deber de la música es ser real, auténtica, incluso cuando lo que recrea es ficticio", agrega. ''No se debe olvidar que, como cualquiera de las otras artes, su propósito último es brindar placer".

También guarda la convicción de que los compositores nacidos durante la segunda mitad del siglo XX se han asegurado, sin duda, un lugar trascendental en la historia, al margen de sus cualidades artísticas, por ser los primeros que han debido enfrentar y sortear un fenómeno nunca antes ocurrido en el arte sonoro: la globalización.

Al respecto considera que ese fenómeno, contrario a lo que sucede en la economía, en el mundo del arte, y específicamente del sonoro, representa más beneficios que obstáculos: ''La globalización ha disminuido las distancias entre los autores y ha permitido hacerse de mayor información y conocimiento, además de propiciar un cada vez mayor intercambio y la posibilidad de que un número ilimitado de personas tengan acceso a las obras".

Acerca de la obra que estrenará en el Foro de Música Nueva Manuel Enríquez, Alonetoguetherall, describe que se trata de una pieza de corte un tanto lúdico, dividida en tres secciones y una coda, mediante la cual relata diversas etapas de su vida, ''desde la adolescencia, cuando todo parece sonreír, hasta un día de campamento".

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