Los hinchas, preocupados más por la liguilla que por despedir a los seleccionados

Escasa pero fiel afición en el estadio Azteca con el Tri

ANA MONICA RODRIGUEZ Y ©MARLENE SANTOS A.

Una solitar ia manta colgada de uno de los palcos del estadio Azteca, en la que se leía "México eres el más grande" podría resumir la actitud de la escasa, pero fiel afición que despidió a la selección nacional en el coloso de Santa Ursula.

Fue un adiós gris en un partido que despertó poca atracción entre los seguidores interesados más en la liguilla que en despedir a sus seleccionados.

Antes del encuentro amistoso entre México y Colombia las autoridades de la Federación Mexicana de Futbol, encabezadas por su titular Alberto de la Torre, además de Rafael Lebrija y Alejandro Burillo, hicieron un desangelado homenaje al veterano jugador Claudio Suárez, quien permaneció impávido cuando le dieron la placa en la que reconocían su fructífera trayectoria.

El marco no estuvo a la altura del homenajeado defensa central que totalizó 170 partidos disputados con el representativo nacional.

Vestido con playera blanca y pants azul marino Suárez alineó entre sus compañeros para escuchar los himnos nacionales de México y Colombia. "Hay muchos compañeros que también se lo merecen", dijo con humildad.

El jugador número 12 esperaba impaciente el inicio del partido que durante el primer tiempo fue aburrido y vitoreado sólo en algunos sectores donde la gente, a pesar de todo, intentaba divertirse. Muy lejanos y esporádicos se escuchaban los gritos de "México, México".

La dinámica fue la misma durante los primeros 45 minutos en los que sobresalieron los ruidos de las trompetas, y de vez en cuando un "ole" cuando algún jugador colombiano le arrebataba la pelota a los nacionales.

Una televisora japonesa hizo lo suyo al enfocar al público y conminarlos para que apoyaran a la escuadra que dirige Javier Aguirre. Posteriormente, ya familiarizados, la misma afición llamaba a los orientales para que grabaran su entonces auténtica alegría, con la ventaja en el tablero.

No pasó desapercibido un personaje robusto, ataviado como luchador de sumo que representaba a la refresquera no oficial, a la que Alejandro Burillo no quieren ver cerca del Tri.

En el segundo tiempo el singular luchador no se vio más.

Luego del tortuoso primer tiempo los únicos que ganaban eran lo vendedores de cerveza y bebidas refrescantes que tuvieron gran demanda debido al intenso calor.

Para el complemento se encendieron los ánimos con la entrada al terreno de Cuauhtémoc Blanco, quien se llevó el día, mientras Jorge Campos, Gerardo Torrado y Rafael Márquez dieron dinámica y refrendaron su preferencia entre el público, que los animó con las tradicionales olas y fuertes pisoteos en tribunas que hacían vibrar la vieja estructura del Coloso de Santa Ursula.

Ayer los aficionados de los equipos capitalinos involucrados en la liguilla -América, Necaxa y Pumas- sabotearon la despedida del Tricolor.

Los americanistas estuvieron pendientes del televisor o cargaron sus entusiasmo y sus ilusiones de una década hasta La Piedad, mientras los universitarios se citaron en el México 68 y, los menos, los necaxistas, se dedicaron a festejar.

La selección nacional partirá rumbo al Mundial con una victoria que dejó satisfechos a los pocos, pero muy fieles aficionados que fueron a decir adiós.