Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 13 de mayo de 2002
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Cultura
ENTREVISTA

Enrique Semo

Para el GDF, cultura y educación son prioridad, ''aun en tiempos de crisis''

Sólo en el Teatro de la Ciudad y en el Departamento Jurídico se registrará aumento de personal, señala el funcionario

PABLO ESPINOSA

Habrá un aumento de personal y estructura en el Teatro de la Ciudad, como una excepción junto con la ampliación del área jurídica, anuncia el flamante secretario de Cultura del gobierno de la ciudad de México, Enrique Semo, y plantea que uno de los graves problemas culturales que padece la urbe más grande de planeta es el de la equidad y la confusión entre lo cultural propiamente dicho y el mero entretenimiento ligado al lucro.

En su primera entrevista oficial como secretario de Cultura, el doctor Semo delinea, define, responde y aclara los temas torales de la agenda cultural:

-Al entrar en funciones, este 2 de mayo, en la nueva instancia de gobierno persistía una preocupación doble: la de un presupuesto insuficiente y la del riesgo de burocratización. ¿Cuál es el panorama real?

-El presupuesto está apretado indudablemente, pero no hay una carencia catastrófica. En general son tiempos de austeridad para el gobierno de la ciudad de México; la colaboración federal no será de la misma magnitud de la esperada, pero yo creo que utilizando este presupuesto muy eficientemente y aumentando los recursos autogenerados podemos salir adelante este año. El primer preocupado por el peso de la burocracia es el jefe de gobierno Andrés Manuel López Obrador y en todos los proyectos prioritarios de este gobierno hay un gran énfasis en no permitir el crecimiento de una burocracia innecesaria. El segundo preocupado soy yo, porque ya de por sí heredamos una estructura del instituto en la cual el peso del personal es demasiado fuerte para las cantidades que tenemos para operación. Pero te puedo decir una cosa importante: el único aumento importante que yo preveo de personal y estructura será la estructura necesaria para el Teatro de la Ciudad y será básicamente técnica. El resto del aparato, con la excepción del crecimiento también que estamos proponiendo de la dirección jurídica, no hay aumento de personal de estructura. El principio que nos guía es que nosotros funcionamos en un ámbito, el de la cultura, en donde hay una gran cantidad de gente de alto nivel que no necesitamos formar, que está formada en su profesión y que podemos contratar por proyecto y en muchas ocasiones es la mejor gente. Contratar, entonces, por seis meses, un año, y terminar las relaciones laborales. En este sentido creo que la gente puede estar tranquila: no se trata de crear un coloso burocrático.

-¿A cuánto asciende el presupuesto de la Secretaría de Cultura?

-Nuestro presupuesto del gobierno es de 286 millones de pesos y ahora lo que hay que preguntar es cuánto son los autogenerados. Los previstos en función de años pasados son solamente de seis millones, lo que elevaría a 292 millones pero tienen que crecer y pueden crecer considerablemente, con patrocinios, fundaciones e ingreso por boletaje.

-¿Cuál es la política cultural del gobierno de la ciudad de México?

-En primer lugar ¿por qué crear una secretaría de cultura en época de crisis económica? Hay quien lo niega, pero hace dos años que estamos en una seria crisis económica: crecimiento cero y aunque los índices macroeconómicos estén bien, la verdad es que la población está mal. Crear una secretaría de cultura en una época de crisis económica quiere decir que la política de este gobierno considera que la educación, la cultura, son actividades que deben mantenerse al mismo nivel e incluso ampliarse en épocas de crisis económicas y que hay que buscar la manera de sacrificar otras cosas, pero no sacrificar la cultura. Segundo, consideramos que el principal problema de la cultura en el Distrito Federal es la equidad, porque la oferta cultural que existe en esta ciudad es maravillosa, pero el 85 por ciento de la población tiene acceso solamente a lo que podríamos llamar el entretenimiento, no a la cultura propiamente dicha. La cultura es aquello que perdura, son aquellas cosas de valor cuya calidad las hace perdurables. Lo que la gente ve es un entretenimiento comercial donde precisamente la no durabilidad es el gran elemento del negocio. Nuestra tarea fundamental es permitir el acceso del mayor número de gente a la cultura. Que la cultura sea accesible a la gente y esto debe expresarse en los precios, en la política de proyectos directamente dirigidos a los sectores más desprotegidos de la ciudad. Por lo pronto puedo mencionar los libroclubs y ahora los círculos culturales que se están creando a petición de la gente de los libroclubs, que son 750 hasta el momento.

Otro proyecto: Artes por todas partes. Y un tercero: Arte al aire libre, en el que hemos ganado el zócalo para la cultura. Son programas donde llevamos lo mejor, lo experimental, lo de vanguardia, a los grandes públicos. Estamos comprometidos en una transición de una cultura autoritaria que es la que privó en México durante 70 años y no son solamente instituciones políticas, es cultura y se expresa en el trato a la mujer, en la vida en la familia, en el trato a las minorías, en las elecciones. Nosotros sí estamos comprometidos a aportar a la transición de una cultura autoritaria a una cultura de tipo democrático. Yo no creo en una muralla china entre cultura e ideología. Y tampoco creo que sean lo mismo.

-En esta ciudad conviven el gobierno federal y el de la ciudad, con orientaciones ideológicas encontradas; ¿cuál es el punto de encuentro?

-No solamente conviven dos gobiernos sino muchas ideologías y eso es más importante que las diferencias que existen entre los gobiernos. Por ejemplo hay un sector muy religioso dentro de la ciudad de México que realiza su contacto con la cultura en buena parte a través de la religión. Hay sectores de jóvenes roqueros. Hay en suma una pluralidad absoluta y yo creo que el respeto a la diversidad se fusiona con el principio de calidad: lo mejor de lo que produce la sociedad.

-¿Qué beneficios tangibles implica este cambio de instituto a secretaría?

-Cuando nosotros nos vayamos, dentro de cuatro años y medio, la gente que ocupe nuestro lugar tendrá en el gobierno un status, una posición. Como instituto, éramos dependientes de una secretaría. Tuvimos la suerte de que Raquel Sosa, universitaria, nos prestó todo el apoyo y toda la libertad. Ahora somos parte del gabinete: la actividad cultural es parte del gabinete, es una ventaja que es mucho más que simbólica. Segundo, como secretaría podemos ejercer una serie de funciones que no puede ejercer un instituto descentralizado. Podemos, por ejemplo, legislar sobre patrimonio cultural, crear relaciones horizontales entre todas las instituciones culturales ligadas al gobierno del Distrito Federal. Vamos a reunir ahora en la Secretaría de Cultura al Archivo de la Ciudad de México, al Consejo de la Crónica, a la Filarmónica, al Teatro de la Ciudad. Comienza a haber una estructura cultural que permite planeación general. Estamos creando la institución, es decir: que esté más allá de la gente. Eso va a tomar tiempo pero va a llegar un momento en que va a haber relaciones horizontales entre todos. Tenemos en la ciudad de México problemas culturales extremadamente serios. No creo que podamos abordarlos exclusivamente como gobierno del Distrito Federal, por la magnitud de los problemas. La cultura no debe ser promovida exclusivamente por el gobierno. En primer lugar están las comunidades y el ejemplo más importante son las comunidades rurales. En Xochimilco hay más de cien fiestas anuales, que son fiestas costosas y exigen largos periodos de preparación y se expresan en resultados artísticos sumamente sofisticados. Esas fiestas comunales son totalmente financiadas por la comunidad. Segundo, está la empresa privada y no me refiero a la parte de lucro que está relacionada con el entretenimiento. Me refiero a que dan fondos para propósitos no lucrativos, para ser utilizados en la cultura. Están los órganos federales, que son de gran importancia. Yo digo: por qué no empezamos a debatir entre todos los actores que promovemos y apoyamos la cultura, para llegar a algunas prioridades y así muchas cosas pasarían, de ser experimentales, a ser positivas. Pongo como ejemplo El Faro de Oriente como un proyecto probado y que sería eficiente en todas las zonas desprotegidas de la ciudad de México. Si se lograra un consenso entre todos los actores, sería un proyecto viable en conjunto. Juntar esfuerzos.

-¿Cuáles son los grandes pendientes de la Secretaría de Cultura?

-Me preocupa que la gente crea que la transformación del instituto en secretaría es un acto de prestidigitación. Es un proceso de institucionalización y los resultados se van a sentir, pero gradualmente.

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