Augusto Monterroso lanza Pájaros de
Hispanoamérica, homenaje a sus amigos escritores
''Por entusiasmo se publican textos malos; hay que
reposar las obras''
Borges, Rulfo, Cortázar, Donoso y Asturias,
en la jaula de letras del fabulista guatemalteco
Los poetas, aves cantoras; están mucho tiempo
en el aire, dice El libro, culto a la fraternidad
ANGEL VARGAS
Augusto Monterroso es, entre otras cualidades, un escritor
de suma paciencia y serenidad. A gran parte de sus escritos les aplica
un proceso similar al de la manufactura de un buen vino: dejar que repose
para que agarre cuerpo y excelente sabor. Es una práctica que debe
a los clásicos latinos, en especial al poeta Horacio, quien aconsejaba
guardar por lo menos nueve años un texto antes de difundirlo, con
el fin de tener una mirada menos efusiva y más apegada a lo racional
respecto de lo que se dijo y lo que en realidad se quería decir.
En la casa del escritor guatemalteco, avecindado en México
desde hace más de medio siglo, el trinar alegre de los pajarillos
explica de cierta forma el porqué del título de su más
reciente libro: Pájaros de Hispanoamérica, editado
por Alfaguara.
En él, el maestro Monterroso comparte de manera
indirecta un poco de ese prodigiosa sinfonía natural que lo acompaña
todos los días, pero, en particular, varias de sus vivencias y anécdotas
con varios autores hispanoamericanos, entre ellos Borges, Rulfo, Cortázar,
Donoso y Miguel Angel Asturias, a quienes compara con pájaros, a
manera de metáfora, porque son seres ante todo libres y que viven
para participar de su canto.
Homenajeados juntos
-¿A qué momento de su vida responde este
libro?
-Hay
varios momentos y con él quise rendir homenaje a muchos escritores
que han pasado por ella. La mayoría de quienes aparecen son, fueron
y han sido mis amigos; compañeros de la literatura. Los textos se
han publicado antes en revistas o periódicos, de manera que quise
tenerlos juntos, a estos amigos, en un solo volumen, repito, como homenaje
y recuerdo afectuoso.
"No son retratos, sino momentos de encuentros e incluso
referencias a libros que ellos publicaron en un momento dado. Como no soy
crítico literario, lo que escribía sobre ellos era la relación
personal, su carácter. A veces los textos son breves, otros muy
largos, otros tienen aspecto de crítica, otros de ensayo, pero es
así como me ha gustado siempre armar los libros, con diferentes
estilos y formas de abordar los temas. Esto no tiene otra finalidad que
la de cuidar que mis lectores no se aburran, lo cual me ha dado siempre
mucho miedo que suceda. No me gusta ser muy uniforme en lo que publico
y por eso paso de un texto equis a otro que no tiene nada que ver.
"La unidad de este libro está en que se trata de
escritores hispanoamericanos que han sido mis amigos, con la excepción
de dos o tres (como Horacio Quiroga y César Vallejo) que no conocí.
-¿Por qué compararlos con pájaros?
-Es muy sencillo: los poetas son aves cantoras. Hay que
recordar que a Shakespeare se le llamaba el Cisne de Avon; claro
que el cisne no es un pajarito, pero Shakespeare tampoco era un poetita.
Los escritores son como los pájaros: viajan mucho, vuelan mucho;
hoy viven aquí, mañana allá; otro día están
en tierra y, otro, de nuevo volando. Son gente que está mucho tiempo
en el aire, por su actividad, y así fue que los concebí como
pájaros cantores.
-¿Qué tanto revela su mundo íntimo
mediante este libro?
-Creo que revelo cierto culto que tengo por la amistad,
por la fraternidad, incluso con colegas, lo cual ya es muy raro. Aclaro
que cualquier dato o historia que aparece son auténticos; no hay
nada que haya inventado para hacer mis escritos más interesantes.
Digamos que en algunos momentos es hasta una especie de diario. Esta es
una de mis manías como escritor, ya lo ha señalado la crítica:
mi gusto por la mezcla de géneros; es decir, que puedo pasar del
género diario al género ensayo y al género retrato,
para, como ya dije, dar variedad y que el lector no se me aburra. Respeto
mucho al lector.
-¿Qué texto disfrutó más en
su elaboración?
-Más bien cambiaría la pregunta y diría
cuál es el que más he sufrido. Me cuesta mucho escribir y
generalmente el hecho de hacerlo me resulta una experiencia de dificultad
y no de disfrute. No quiero decir con esto que no goce yo de mis trabajos,
pero esto sucede cuando ya están hechos. En este caso, como se trata
de amigos, he disfrutado de todos cuando he terminado el trabajo, sobre
todo por tantos recuerdos.
-Toda selección representa siempre dejar a alguien
o algo fuera, ¿se siente en deuda con algún autor que no
aparezca en su libro?
-Sí, pero quería hacer el libro y no iba
a ponerme a escribir especialmente sobre amigos de los cuales no me he
ocupado. Todo es producto del azar y de la oportunidad; no fue algo deliberado.
Muchos de mis amigos, es claro, no aparecen aquí. Más adelante
quizá haga otro libro con escritos sobre ellos. Todos lo textos
fueron escritos de manera paralela a mis otros trabajos, abarcan parte
importante de mi vida.
-¿Entonces es una especie de autobiografía?
-Digamos que sí. En esa mezcla de géneros,
sea crítica o ensayo, siempre quien lo hace habla de sí,
aunque no es propiamente una forma de abordar aquel género. Por
otra parte, ya escribí un libro autobiográfico, Los buscadores
de oro, que consiste en recuerdos de infancia; ésa es mi escritura
autobiográfica, desde que nací hasta los 15 años.
"Tengo proyectos e incluso partes ya escritas de lo que
sucedió en mi adolescencia y juventud, y supongo que también,
si tengo tiempo, seguiré por ese camino. Pero como siempre soy muy
lento para publicar, no para escribir. Esto que le estoy diciendo lo tengo
escrito desde hace 14 años, pero no lo he publicado".
La quema de textos
-¿Y por qué da tanto margen entre ambos
procesos: escribir y publicar?
?Ese es un viejo consejo latino. El poeta Horacio aconsejaba
guardar lo que se escribe por lo menos nueve años, a fin de que,
con el paso de ese tiempo, sean otras las circunstancias del escritor para
valorar su trabajo. Por eso mucha gente publica muchas cosas malas, porque
lo hacen todavía con el entusiasmo de lo que acaban de pensar y
de escribir. Y ese entusiasmo es mal consejero. Hay que ver las cosas que
se dicen ya bien fríos, serenos. Efectivamente, con el paso del
tiempo puede uno ser buen crítico de sí mismo y decidir si
corrige o de plano rehace lo escrito.
"El de Horacio es un consejo, desde luego no una orden
ni una prohibición de hacer lo contrario; el que quiera tomarlo
que lo tome. Cuando dirigía talleres literarios, les aconsejaba
a mis alumnos algo todavía más drástico que guardar
sus textos nueve años. Les aconsejaba quemarlos y, ante el asombro
de ellos, decía: sí, quémalo, pero antes sácale
una copia".
-¿Considera conveniente guardar un texto tanto
tiempo, no obstante que el mundo tecnologizado de hoy y las leyes del mercado
dictan otra cosa: vivir de prisa y producir de prisa?
-Depende de cada quien el uso de lo que le aconsejan.
No siempre hay que hacer las cosas. Hay otro planteamiento que dice si
se debe escribir en el momento en que se vive la emoción o esperar
y hacerlo en una forma fría y distanciada. ¿Qué será
mejor? Eso sólo lo puede demostrar el producto final. Afortunadamente,
no existen en la literatura, aparte de las gramaticales, otras reglas fijas,
si no la literatura sería la misma. Según se vaya viviendo
el tema, van apareciendo este tipo de planteamientos. Personalmente sí
he creído en que hay que esperar, que uno no debe dejarse agobiar
por la prisa y la producción; hacer un libro y luego otro y otro.
Es necesario poner un alto a la producción rápida, para evitar
publicar basura; se debe tener capacidad de autocrítica y autorrespeto.
¿Debemos dejarnos entregar a la facilidad y a la prisa nada más
porque determinados intereses económicos necesitan tener ocupadas
sus máquinas?
-Finalmente, ¿qué tiene preparado y en qué
trabaja?
-Estoy preparando un texto sobre mi primer libro; cómo
fue, en qué circunstancias lo escribí, allí hay mucho
de autobiográfico. Eso estoy haciendo ahora y espero pronto publicarlo,
eso sí, porque ya pasaron los nueve años, ya sólo
tengo que corregir. Ese es mi próximo libro. Además, tengo
otro libro de ensayos que, desde luego, está en sus primeros momentos
y que durante este año trabajaré en él.