Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 5 de mayo de 2002
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Sociedad y Justicia

La acusan de comprar conciencias de directores de escuelas

Cooperativistas de la industria refresquera señalan competencia desleal de trasnacional

FABIOLA MARTINEZ

La Cooperativa de Trabajadores Pascual denunció "competencia desleal y abuso en el mercado" por parte de Coca-Cola, empresa que desplaza a diario a las refresqueras mexicanas y les impide participar en puntos de venta tradicionales, como escuelas públicas y ferias comerciales.

Los cooperativistas que denuncian lo anterior cumplen este mes 20 años de haber comenzado un movimiento laboral histórico que, luego de una prolongada huelga (tres años), decenas de marchas, 18 heridos y dos trabajadores muertos, permitió la integración de una empresa colectiva, "sobreviviente" de un esquema de nulo apoyo fiscal.

También en los próximos días se cumplirán 17 años de que ese grupo de 170 trabajadores decidiera participar, aun sin capital ni experiencia, como socios en la planta de producción ganada, en lugar de tomar su cheque de liquidación y retirarse cada uno por su lado.

Dos décadas después, la preocupación central de quienes dirigen el consejo de administración no es la lucha obrera, la represión o el sindicato charro, sino la forma de conservar sus puntos de venta que garantizan el empleo de 4 mil trabajadores directos y de miles más de jornaleros, en cuyos ingenios -también integrados en cooperativa- compran más de 24 mil toneladas de azúcar al año.

No existen cifras oficiales o precisas respecto del número de cooperativas que existen en el país. Los de Pascual calculan que de las 7 mil que había hace 20 años, sólo quedan 3 mil 500 activas, la mayoría de éstas micro, pequeñas y medianas.

En el sector en cuestión, la única cooperativa es Pascual, integrante de una industria refresquera nacional que participa apenas con 10 por ciento del mercado total en el país en lo que a venta de bebidas embotelladas se refiere.

De manera alterna colocaron esquemas de calidad que les permiten "corregir vicios de servicio y administración" para superar las ventas anuales de 34 millones de cajas (apenas 4 por ciento más que el año anterior), cantidad mínima respecto de las ventas de grandes embotelladoras de refresco de cola.

Salvador Torres, presidente del consejo corporativo de Pascual, señala en entrevista que los distribuidores referidos, en especial la Coca-Cola, utilizan la estrategia de "compra de conciencias" al donar equipo y recursos económicos a planteles escolares públicos para asegurar de esta forma la venta exclusiva.

La más reciente experiencia de este tipo sucedió en la feria de Cuernavaca, patrocinada por Coca-Cola, donde no se permitió la entrada a ninguna otra marca. "Lo más preocupante para nosotros es que no hay competencia libre; lo mismo compran la conciencia de directores de escuelas primarias, que de empresarios y gobernadores", aseguró el dirigente.

Las cooperativas no han terminado de salir de una crisis cuando ya están en otra. Su declive se agudizó en 1994, cuando el gobierno federal modificó la ley en la materia y les impuso gravámenes como cualquier otra empresa; después, se inició una cadena de quiebras en diversos sectores.

El debate sobre este tema es amplio, pero lo cierto, agrega Torres, es que las cooperativas tenemos obligaciones legales como todo empresario, pero también compromisos particulares que impone la ley para integrar fondos de previsión social. Sin embargo, hace un llamado a los trabajadores para que participen en ese modelo de producción.

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