Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 5 de mayo de 2002
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Política

Conflictos disfrazados hacen tambalear intentos de reconciliación del gobierno chiapaneco

Aumentan agresiones de paramilitares priístas

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

San Cristobal de Las Casas, Chis., 4 de mayo. La expulsión violenta de 196 indígenas perredistas de El Triunfo, municipio de Altamirano, revela que algunos conflictos presuntamente comunitarios más bien parecen parte de una escalada paramilitar priísta en la región. De idénticos episodios se empedró en Chenalhó hace cinco años el camino a la tragedia de Acteal. La diferencia es que entonces la contrainsurgencia era aplicada directamente o solapada por el gobernador Julio César Ruiz y su secretario de Gobierno, Eraclio Zepeda.

Las intenciones reconciliadoras del actual gobierno estatal (que ya no es priísta) toparon pared este primero de mayo con los airados priístas, quienes no permitieron llegar a El Triunfo a Germán de la Rosa, delegado de Gobierno en Ocosingo, ni a sus acompañantes, también enviados por el gobernador para, según se boletinó en la víspera, "pactar el regreso en condiciones de seguridad para los perredistas que salieron de su comunidad, debido al incidente registrado la semana pasada entre ambos grupos".

Los priístas se oponen, sencillamente, al regreso de las familias desplazadas que se refugiaron en la cabecera municipal de Altamirano. El desafío al gobierno estatal es directo: Ƒotra vez impunidad para agresores, saqueadores y violadores? ƑOtra vez campamentos de exilados? ƑOtra vez civiles armados y uniformados en guerra encubierta contra perredistas y zapatistas?

No es el primer episodio. El municipio autónomo 17 de Noviembre, que agrupa a la mayoría de las comunidades en la zona donde se localiza El Triunfo, ha denunciado este año diversas acciones violentas de priístas de Altamirano, el ejido Morelia y El Triunfo. Todas, bajo el aspecto de diferendos agrarios.

En El Triunfo viven priístas, miembros de la ARIC oficial y del PRD. Los perredistas son ahora los primeros a quienes los paramilitares cumplen la amenaza de expulsión. Las bases de apoyo zapatistas habían señalado ya, antes del "incidente" del 21 de abril, que en El Triunfo operan hombres armados que visten uniformes azules y verdes.

"Vamos a jugar un rato con ellos"

Las mujeres perredistas de El Triunfo salieron huyendo del ataque priísta, pasaron la noche en el monte y la mañana siguiente se refugiaron en comunidades del municipio autónomo. Ahí contaron, en crudo, qué había pasado.

De este modo, los miembros del municipio autónomo tienen una versión completa de los hechos. Bases de apoyo del EZLN en la cañada de Altamirano ofrecieron a La Jornada su versión del "incidente".

Según el testimonio, "la causa del problema fue un incendio que provocó la quema de una milpa que hicieron los perredistas. En esa comunidad ya tenían problemas, porque los del PRD quieren trabajar las tierras en colectivo y los priístas quieren que sean propiedad privada".

Cuentan los zapatistas que "al parecer el incendio ya se había apagado", y según ellos habían resuelto sus problemas. Poco después hubo otro en las proximidades de El Triunfo, que arrasó postes y alambres. "Eso molestó a priístas y perredistas, porque no supieron cómo se provocó. Los priístas reaccionaron con enojo, agarraron a un perredista y lo golpearon."

El domingo 21 de abril se reunieron los perredistas para arreglar y discutir el asunto. "Los priístas se juntaron con los de la ARIC oficial, se acercaron a los que estaban reunidos, los cercaron y ahí quedaron detenidos los del PRD toda la noche, encerrados en el local.

"A las 4 de la mañana del lunes 22 el agente municipal Marcelo Encino Díaz dijo en voz alta, para que escucharan los detenidos: vamos a jugar un rato con ellos. Los del PRD, al escuchar la amenaza, buscaron escaparse brincando hacia arriba de la casa. Ahí comenzaron los machetazos. Tras el enfrentamiento hubo ocho heridos graves", refieren.

Agregan: "Después del enfrentamiento los priístas se armaron. Las mujeres y los niños salieron huyendo hacia el monte. Ahí quedaron una noche, hasta el día siguiente, cuando salió gente de otras comunidades cercanas a nuestro municipio. Por eso saben los hechos.

"Un perredista fue detenido por los del PRI, y en la cárcel lo siguieron golpeando. Otro de los labriegos agredidos quedó muy lastimado y no pudo salir de la comunidad. Su esposa vio que estaba muy mal, y tampoco salió para cuidarlo. Cuando reclamó la agresión a su esposo, los priístas la golpearon con palos y la llevaron al monte, donde la violaron. También abusaron sexualmente de dos mujeres más".

En su testimonio, los zapatistas afirman que esta situación es producto de la administración que sale desde la cabecera municipal de Altamirano, desde la base militar y policiaca que hay ahí.

El saldo fue de siete perredistas heridos, una priísta, tres violadas, cerca de 200 expulsados, casas quemadas e instrumentos de labranza robados o destruídos. Por si hacía falta, el "incidente" confirma la existencia de un grupo de civiles armados.

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