Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 18 de abril de 2002
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Mundo

Washington sigue abierto a una remoción de Chávez por medios no electorales: opositores

Funcionarios de EU intentaron dar constitucionalidad a la asonada en Venezuela

"No fue el típico golpe, sino una manifestación de unas 500 mil personas", dice la Casa Blanca

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 17 de abril. Altos funcionarios estadunidenses trabajaron intensamente el viernes pasado, incluso negociando directamente con los golpistas, para intentar establecer la "constitucionalidad" del golpe contra Hugo Chávez, y aun hoy un alto responsable estadunidense se negó a calificar la remoción del presidente venezolano -el jueves pasado- como un golpe o una acción anticonstitucional.

La posición de los funcionarios estadunidenses, según varias fuentes gubernamentales consultadas, es que Chávez puede ser legalmente derrocado por otros medios sin recurrir a otra elección, siempre y cuando su "renuncia" sea aceptada por la Asamblea Nacional.

Altos funcionarios estadunidenses, de acuerdo con varios informes, creían que el balance del poder había cambiado lo suficiente dentro del Poder Legislativo venezolano, para ofrecer la posibilidad de que se hubiera aceptado la renuncia del mandatario, incluso si se le hubiera obligado a abandonar el puesto.

Este escenario es importante, según varios venezolanos opositores a Chávez entrevistados hoy en esta capital, ya que indica que Washington sigue abierto a una remoción "constitucional" de Chávez por medios no electorales si se intentara esta maniobra otra vez.

Al conocerse mayores detalles, la imagen que se empieza a pintar en Washington es la de un gobierno estadunidense tratando de hacer todo lo posible -el viernes pasado- sostener el derrocamiento de Chávez manteniendo los elementos que permitieran argumentar que se realizó de manera "constitucional".

Lino Gutiérrez, subsecretario asistente de Estado para el Hemisferio Occidental, confirmó hoy que el viernes su gobierno estaba preocupado por informes de que Pedro Carmona, el fugaz presidente interino, tenía la intención de disolver la Asamblea Nacional de Venezuela.

El embajador de Estados Unccs04-134139-pihidos en Caracas, Charles Shapiro, llamó por teléfono a Carmona el viernes y poco después se reunió con él. "Al escuchar informes de que tenía la intención de disolver el Congreso, nuestro embajador le llamó para indicarle que eso sería inaceptable", reveló Gutiérrez hoy en un foro organizado por el North-South Center de la Universidad de Miami. "Al escuchar informes de que lo hizo (disolvió la Asamblea Nacional), nuestro embajador se reunió con él para expresar nuestra oposición".

Gutiérrez, y por separado otros funcionarios estadunidenses, reconocieron una vez más que altos funcionarios del gobierno de George W. Bush se habían reunido con opositores de Chávez en los meses anteriores al golpe, pero rechazaron firmemente versiones de que Estados Unidos hubiera apoyado el golpe o que tenía algún conocimiento específico de que se llevaría a cabo.

"Estados Unidos no participó, inspiró, alentó, fomentó, ni hizo un guiño, ni de cualquier otra manera dejó la impresión de que apoyaría un golpe en Venezuela", afirmó Gutiérrez. Este punto fue reiterado por un alto funcionario de la Casa Blanca esta mañana.

Gutiérrez fue uno de los primeros altos funcionarios en estos días en declarar que su gobierno "siempre ha dicho que el presidente Chávez fue electo democráticamente y que logró todo su referéndum constitucional por medios democráticos". El gobierno de Bush, agregó, reconoce que "ahora el mandatario Chávez está de regreso en su puesto como presidente democráticamente electo de Venezuela".

Al preguntarle si la Casa Blanca condenaría al grupo que realizó el golpe para derrocar a Chávez, Gutiérrez respondió: "estoy un poco renuente a llamarlo golpe, ya que no fue un golpe clásico que se inició con una manifestación y planeación en los cuarteles". Al insistirle en este punto, añadió: "este no fue un golpe clásico, el típico de un complot militar para tomar el poder. Este fue una manifestación de 500 mil personas".

Luis Herrera Marcano, encargado de asuntos de la embajada de Venezuela aquí, también confirmó que funcionarios del Departamento de Estado le hablaron el viernes para instarlo a que el nuevo gobierno no disolviera la Asamblea Nacional, e indicarle que la carta de renuncia de Chávez debía ser presentada a la Asamblea para poder mantener la constitucionalidad de la remoción del presidente de su cargo.

La agencia Ap reportó en Washington que el viernes pasado funcionarios estadunidenses insistieron a representantes del gobierno interino ver una copia de la carta de renuncia de Chávez, pero cuando por fin se les envió copia desde Caracas a Washington -vía fax- de lo que supuestamente era la carta que comprobaba la renuncia del presidente, ésta llegó sin la firma de Chávez.

Todo esto está dejando la impresión, indicaron observadores aquí, de que el gobierno estadunidense estaba trabajando directamente con los golpistas para mantener el golpe en pie hasta que se disolvió la Asamblea Nacional.

Sin disfraces

El New York Times informó este miércoles que los contactos estadunidenses con Carmona, el mismo día que tomó el poder, "sugieren un interés urgente -desde el comienzo- de la administración en ver que Carmona tuviera éxito y en mantener la apariencia de democracia". El diario citó a funcionarios estadunidenses reconociendo que sí discutieron con opositores venezolanos la posibilidad de "sustituir al señor Chávez a través de un referéndum, o por destitución, y que no disfrazaron su anhelo de verlo fuera".

El Times también señaló que los funcionarios estadunidenses que participaron en meses recientes en las conversaciones con la oposición venezolana -entre ellos los golpistas-, son los que estaban vinculados con el apoyo a la contra nicaragüense en los 80. Otto Reich, quien en ese tiempo trabajaba en la Oficina de Diplomacia Pública del Departamento de Estado, cuyo propósito era promover la "causa" de la contra, ahora es secretario asistente de Estado para el Hemisferio Occidental. En el Pentágono, el encargado de América Latina, Rogelio Pardo-Maurer, trabajó durante tres años en la década de los 80 como jefe del equipo del representante de la contra nicaragüense.

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