Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 14 de marzo de 2002
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Cultura

Presentaron su antología Instantáneas de la ciudad

Miguel Angel Tenorio recrea encuentros casuales y sugerentes

RENATO RAVELO

Instantáneas de la ciudad es la antología de relatos de Miguel Angel Tenorio basada en su participación, desde 1993, en Radio Educación. Son cortometrajes, calificó Guillermo Samperio. Se trata de un manual peligroso, definió Lidia Pérez. Para Laura Zavala son viñetas de la vida cotidiana. ƑRealmente Tenorio es un escritor erótico?, preguntó Inés Rancé durante la presentación del volumen en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

El recinto estaba lleno de los radioescuchas que han seguido a Tenorio, quien ya ha grabado tres discos compactos con estas narraciones, y prepara el cuarto. La promotora Ivonne Gutiérrez, también parte del equipo de Solar Editores, participó de moderadora.

Son epifanías, denominó Zavala, ''anagnórisis, descubrimientos y deslumbramientos íntimos que surgen durante una conversación o un encuentro casual, en lo que dura una rápido cruce de piernas, de miradas o de palabras".

Atinada malicia

La sesión fue abierta por el propio Tenorio con la escenificación de un instante en un Sanborns, allá por la calzada Camarones, cuando un cliente se anima a declarar sus intenciones a una de las meseras. Abundan las entonaciones, los gestos que apoyan el relato, que delatan un animal teatral, como Gerardo Velásquez, a cuya memoria dedica Tenorio una de sus improvisaciones de la noche ''que soy casi completamente feliz".

Tocó a la periodista Inés Rancé dar lectura al texto de Samperio, si bien aprovechó para hacerle diversas preguntas al autor, en relación con la verosimilitud de los relatos, pues en algunos plantea situaciones extremas como la de un hombre que se despierta en un cuarto de hotel con un travesti, a lo que Tenorio prefirió leer más de sus textos.

Para Samperio los breves relatos de Tenorio son el equivalente al acto de mirar viejas fotografías, en las que ''estamos, pero de alguna manera no somos los mismos" y en ellos se encuentra una ''atinada malicia".

Lidia Pérez, por su parte, contó la historia de don Rafael, ''hombre inquieto de la cosa femenina" que tenía una mujer mayor y una menor que lo fueron dejando sin cabello, porque a una la hacían sentir mal sus canas y a la otra el hecho de que no tuviera.

Destacó que Tenorio, en todo caso, ''escribe de los asuntos valiosos, de la vida, del amor, el humor y el color".

La velada concluyó con una significativa fila de lectores en busca de la firma del también autor de Que si que no, que todo se acabó y Los piratas de Campeche, por supuesto luego de que leyera una más de sus historias de encuentros casuales y sugerentes.

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