Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 9 de marzo de 2002
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Política

Víctor Quintana S.

Mujeres en éxodo por la vida

Las mujeres de Chihuahua emprendieron la travesía del desierto. Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, iniciaron el Exodo por la vida. Caminata de 375 kilómetros de llano pelón y de dunas entre Chihuahua y Ciudad Juárez. Quieren que todo el país marche con ellas en esta nueva etapa de la lucha para que ni una más de ellas sea asesinada y ultrajada en aquella frontera.

Su objetivo es triple. Primero, claro está, que cese el feminicidio en Ciudad Juárez, cuya cuenta macabra asciende ya a 268 mujeres concretas, recordadas, lloradas por familias con nombre y apellidos, de carne y hueso. Segundo, que el gobierno en todos los niveles transforme sus políticas para enfrentar este problema social; que establezca eficaces medidas de protección y desarrollo social. Que se investiguen a fondo los asesinatos y se termine con la impunidad de los culpables, de los verdaderos, no de los fabricados. Y, tercero, que cese el hostigamiento a las líderes de organizaciones no gubernamentales y a todo o toda quien se atreve a denunciar o a criticar la ineficacia gubernamental ante los asesinatos en cadena.

Comienzan una fase más de una ya larga lucha de siete años. Sus protestas dieron inicio cuando la fila de asesinatos-violaciones apenas era de 33. Han hecho otras marchas, plantones, ceremonias luctuosas. Se han entrevistado con diputadas y diputados, senadoras y senadores, altas funcionarias y altos funcionarios nacionales e internacionales. Lograron que se estableciera la Fiscalía Especial para los Crímenes de Mujeres, misma que nunca las tomó en cuenta y culminó con más regaños a las familias de las víctimas que investigaciones.

Son mujeres de organizaciones sociales y civiles. Desde noviembre pasado, al encontrarse los restos de ocho de sus congéneres en un transitado baldío de Juárez, no han visto el descanso. Pintan cruces color de rosa en los postes de la luz. Erigen una cruz monumental con dos durmientes y 268 clavos frente al Palacio de Gobierno. Irrumpen enlutadas en el desfile del 20 de noviembre y conmueven a los espectadores. Organizan vigilias de luz. Día y noche tocan las puertas de las adormiladas conciencias ciudadanas.

Y por respuesta oficial encuentran las patrañas, la politiquería y las amenazas. La fabricación de culpables o los dictámenes médicos superficiales para "cerrar los casos". La mezquina contabilidad del actual gobierno del estado: "hubo más muertas durante el gobierno panista de Francisco Barrio". "Nosotros sí hemos encontrado culpables..."

Lo peor son las descalificaciones y las amenazas. Desde el gobierno del estado y sus corifeos supuestamente "no gubernamentales" se les ataca en declaraciones y desplegados de prensa y en la radio. "Tienen intereses políticos"... Y se amenaza de muerte a dirigentes del movimiento en Ciudad Juárez. Y, sin aviso previo, el concejo municipal de Ciudad Juárez, presidido por el PRI, revoca el subsidio que la administración panista había decretado para Casa Amiga, el centro de atención a las familias de las víctimas.

Por eso las mujeres se lanzan a la travesía del desierto. Se han dividido la vasta extensión de llanura entre las diferentes organizaciones. Marcharán en grupos, relevándose, pero no dejarán ningún kilómetro sin recorrer. No habrá paraje que no vea pasar sus túnicas negras, sus sombreros rosas y la furia de su dignidad herida. Seis días con sus noches desafiarán los vientos de marzo, todavía con latigazos polares. Serán recibidas en Juárez por una ciudad cansada de ser violentada en sus mujeres todos los días. Por mujeres y por hombres que no han dejado de estar en pie: en defensa de la dignidad de todos.

Ojalá que todo el país las acompañe. Ojalá que haya muchos pares de pies que se sumen a ellas. Que millones de conciencias hagan resonar sus demandas y las acoracen contra el ataque de los débiles que detentan el poder. Ojalá que todas las voces de este México clamen "ni una más".

Un éxodo siempre es por la vida. Su profundo contenido bíblico es ese: se sale de la tierra de la muerte y de la esclavitud, se abre el mar y se atraviesa el desierto para llegar a la tierra prometida. Exodo es Pascua, paso de la muerte a la vida. Las mujeres chihuahuenses caminan para dejar atrás la situación de esclavitud, de sometimiento y de muerte que se vive en esta tierra maquilera. Atraviesan valerosas el desierto. Y no le piden mucho a la tierra prometida: no le demandan toneles de leche y de miel. Simplemente que se respete su dignidad de personas.

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