Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 19 de enero de 2002
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Cultura
03an1cul Ť José Emilio Pacheco habla de la técnica narrativa del autor de El llano en llamas

Los relatos de Rulfo son ficciones que dejan un sabor de realidad

Ť Tuvo la sabiduría de esconder el artificio y dosificar la información, explica

Ť Sus obras son el genio de la erudición de quien leyendo aprendió a escribir

ANASELLA ACOSTA NIETO

pacheco_conferencia_j17vjEl arte de Juan Rulfo es la sabiduría de esconder el artificio y controlar la cantidad y oportunidad de la información que nos proporciona, considera José Emilio Pacheco, al hablar sobre la técnica narrativa de El llano en llamas.

Rulfo nunca leyó los manuales de narrativa, sus obras son el genio de la erudición de un artista que leyendo aprendió a escribir de esa manera que nos asombra por su calidad y su maestría técnica, cuenta José Emilio.

La noche del jueves y como parte de las actividades paralelas a la exposición Juan Rulfo: voces y silencios, que concluye mañana, el autor de Morirás lejos habló sobre los cuentos del autor de Pedro Páramo.

El escritor jalisciense emplea todos los puntos de vista a partir de los cuales puede contarse una narración; alterna monólogos, diálogos, narraciones en tercera persona y el tono que usa nunca presenta una nota falsa. Por ello, asegura Pacheco, lo que se ha elaborado como teoría o templo de enseñanza práctica para leer y escribir cuentos ya está de modo magistral en El llano en llamas.

''Contra lo que suele creerse, Rulfo es un autor nada fácil de leer, es sumamente exigente y pide no leer los cuentos, sino releerlos y muy despacio, con mucha atención, si no uno queda perdido'', explica.

Dice de Macario: en sólo siete páginas, Rulfo logra crear una atmósfera sin salida en la que como lectores debemos reconstruir todos los silencios del texto, todo lo que no está dicho entre sus líneas.

Historias abiertas

En la revisión de los relatos de Rulfo, José Emilio alude a la ficción que deja sabor de realidad cuando muestran escenas del campo, luego de una reforma agraria inconclusa; la continuidad del dominio, el desgaste de las tierras, las migraciones a las ciudades y los pueblos abandonados.

La característica de estos relatos, menciona, es que ''no son historias encerradas como los cuentos tradicionales; los personajes siguen viendo hacia un lugar que nunca van a alcanzar o viviendo aplastados por algo de lo que no se van a librar''.

De Nos han dado la tierra, asevera: ''Los grandes protagonistas del breve cuento, que no tiene más de cuatro páginas, son la tierra estéril y la omnipresencia del calor. El cuento no termina nunca, los personajes siguen caminando hacia un lugar de arriba que nunca encontrarán''.

Otras de las habilidades de Juan Rulfo, afirma Pacheco, radica en que aunque retroceda en el tiempo de la narración el relato va siempre adelante; dar la impresión de colectividad al hablar en primera persona del plural ?como hace en El llano llamas? y saber dar con el remate exacto.

José Emilio Pacheco, cuyo cuento preferido es Anacleto Morones por su vitalidad, complejidad y a la vez sencillez, concluye: ''El llano en llamas, como Pedro Páramo, es una trama de voces que están interactuando constantemente con mínimas intervenciones, casi siempre poéticas, del narrador, pero de una poesía tan bien hecha, tan bien integrada que nunca se separa. No vemos un contraste entre la supuesta oralidad y el lirismo de las descripciones''.

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