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Feliz aniversario
E

n crónica de hace unas semanas mencionamos que investigaciones recientes confirmaron que la Real y Pontificia Universidad efectivamente nació en el predio que se encuentra en la esquina de las calles de Moneda y Seminario. Asimismo, ya se sabe que ocupó varias casas que se edificaron sobre los restos del templo de Texcatlipoca.

Una de ellas es la hermosa casona del siglo XVII contigua a la que es sede del Museo de la UNAM. En 1994 cuando se encontraba muy deteriorada la adquirió la Fundación Herdez y emprendió una profunda restauración que le devolvió su antiguo esplendor.

Paulatinamente se convirtió en un referente del vasto universo de la cocina mexicana. Se creó un museo que muestra la evolución de las costumbres culinarias desde las cocinas prehispánica, virreinal y contemporánea hasta la del futuro.

Todo ello con objetos, mobiliario e ingredientes, que muestran la transformación en técnicas, alimentos y productos que a lo largo de los siglos adoptamos en nuestra alimentación.

Tiene una biblioteca de gastronomía mexicana con cerca de 5 mil libros, algunos verdaderos tesoros con ediciones originales de los siglos XIX y XX, así como copias facsimilares correspondientes al VII y XVIII.

Periódicamente organizan conferencias, talleres, cursos y seminarios con investigadores y chefs especializados, que frecuentemente incluyen degustaciones. Cuenta con cocina y comedor en los que se realizan varias actividades.

Además de los aspectos culinarios, la fundación también se ocupa de la nutrición. Apoya con productos alimenticios alrededor de 80 instituciones que ayudan a personas y comunidades vulnerables. En desastres naturales, como huracanes y sismos, están siempre presentes con la distribución de despensas.

Gran parte de los cursos y talleres se relacionan con tradiciones de temporada: alrededor del Día de la Candelaria se imparte clases sobre tamales, hay el de la comida de cuaresma, en septiembre los chiles en nogada y el navideño.

Edita obras relacionadas con la alimentación, entre otras, una colección de bellos libros sobre chile, frijol, tomate, cebolla, aguacate, mole, cacao y vainilla. Son el fruto de los ciclos de conferencias y seminarios. Estas actividades las coordina e impulsa amorosamente desde hace 18 años la directora Azucena Suárez.

Hace unos días festejaron 30 años de la fundación que nació en 1988 por iniciativa de Enrique Hernández Pons, el Duque de Herdez, cuyo padre fundó la empresa en 1914.

Ahora está al frente de Grupo Herdez la tercera generación, Hector Hernández Pons, quien la dirige con gran pasión y junto con su hermano Enrique la han hecho crecer y le han dado proyección internacional.

Hector también es presidente de la fundación y comprometido con la relevante actividad que realiza creó el premio Herdez con el fin de reconocer la trayectoria de personas que han dedicado su vida a investigar, promover o difundir tanto la cocina mexicana como la nutrición.

Se entregó en el festejo de los 30 años, que se llevó a cabo en el Museo de Antropología. La recibió Héctor Bourges, médico eminente, doctorado en nutriología del prestigiado IMT de Boston, Estados Unidos. Ha apoyado la labor de la fundación desde hace décadas; durante el acto impartió una plática muy interesante sobre las plantas en la alimentación de México. Asimismo, participaron los biólogos Edelmira Linares y Robert Bye, quienes hablaron sobre el campo y los estudios etnobotánicos.

El broche de la jornada fue un brindis acompañado de deliciosos bocadillos en el vestíbulo del auditorio Torres Bodet, con la vista extraordinaria del mural de Tamayo y una muestra de fotografías de Alejandra Vázquez, quien ha colaborado como fotógrafa en los libros.

Para comentar y cerrar la noche, fuimos a cenar al cercano restaurante el Bajío de Polanco, situado en Alejandro Dumas 7. Decorado con bellas artesanías ofrece cocina mexicana muy sabrosa y a buen precio.