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Arrecia crítica por declaraciones

Trump rectifica: sí cree a agencias de inteligencia de Estados Unidos
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de julio de 2018, p. 24

Nueva York

Ante la tormenta de críticas por sus declaraciones en la cumbre con su contraparte rusa, el presidente Donald Trump intentó ayer rectificar afirmando que aceptaba la conclusión de sus agencias de inteligencia, de que el gobierno de Vladimir Putin había intervenido en la elección estadunidense, pero de inmediato minó su corrección al agregar que es posible que otros hayan sido los responsables.

Trump argumentó que buscaba expresar lo opuesto cuando dijo el lunes en Helsinki que no veía razón por la que Rusia interfiriera en la elección estadunidense de 2016. “La frase debería haber sido ‘yo no veo ninguna razón… por la cual no sería Rusia’”, en lugar de por la cual sería, declaró ante reporteros ya de regreso en la Casa Blanca. Sostuvo que formuló mal su declaración en Helsinki el día anterior, en la que expresó duda sobre el consenso de las agencias de inteligencia de que Moscú intervino en la elección de 2016.

Trump enfatizó: Acepto la conclusión de nuestra comunidad de inteligencia, de que tuvo lugar la intromisión de Rusia en la elección de 2016.

Pudo haber sido otra gente, matiza

Pero inmediatamente después agregó: Podría haber sido otra gente también. Mucha gente allá afuera. No hubo ninguna colusión.

O sea, rectificó sólo para regresar a lo mismo, rehusarse a culpar a su contraparte rusa, mientras ponía en entredicho lo que afirmaba su gobierno, algo que detonó condenas y críticas no sólo de opositores, sino de líderes políticos de su partido. Algunos, incluso, usando una nueva palabra en el debate político: traición.

Su primera reacción a la ola de críticas fue desafiarlas y declarar que la cumbre fue un gran éxito. Insistió en que su desastrosa reunión con los aliados de la OTAN fue muy buena, que la cumbre con Putin fue aún mejor. Después hizo lo de siempre: culpó a los medios de distorsionar sus palabras en Helsinki.

Pero esta vez eso no funcionó, y poco más de 24 horas después intentó rectificar. Sin embargo, la frase que pronunció, de que había sido mal formulada, no es consistente con otras, en las que dejó claro que aceptaba la declaración de Putin de que no había intervenido en el ciclo electoral.

La tormenta que provocó aquí la cumbre entre Trump y Putin continuó por segundo día, con opositores políticos y otros acusando que el mandatario subordinó el interés nacional a su interés personal y los del adversario histórico de Rusia. Algunos, como el ex jefe de la Agencia Central de Inteligencia, John Brennan, calificaron la actuación de acto de traición.

Pero aún más alarmante para el presidente y su círculo fue la reacción de líderes de su partido y un coro de comentaristas que antes se dedicaban a justificar cualquiera de sus declaraciones.

Los dos líderes republicanos del Congreso se vieron obligados a declarar por segundo día que comparten el consenso de las agencias de inteligencia y que, como dijo el líder del Senado, Mitch McConnell, los países europeos son nuestros amigos, los rusos no. Además, que los rusos están intentando, como dijo el presidente de la cámara baja, Paul Ryan, minar la democracia misma.

Algunos republicanos tildaron la actuación del presidente de vergonzosa, débil y dañina a los intereses de Estados Unidos, pero otros optaron por guardar silencio, aunque casi nadie se atrevió a tratar de defender al gobernante.

Algunos conductores de noticiarios nacionales reportaron el evento como actuación vergonzosa. Columnistas de un amplio abanico expresaron su alarma y asombro. El New York Times opinó en su editorial que lo único claro es que un presidente que está muy fuera de su competencia está metiendo a Estados Unidos en problemas profundos.

Pero aún más notable y, posiblemente, sin precedente es el creciente uso de la palabra traición por comentaristas de todo tipo, abogados constitucionalistas, como Laurence Tribe, de Harvard; influyentes conductores de programas nocturnos nacionales de charla, como Stephen Colbert y Jimmy Fallon, y celebridades como Michael Moore y John Cusack, entre otros.

Mientras tanto, manifestantes en las afueras de la Casa Blanca están coreando por segunda noche: Traidor, traidor, traidor, y exigiendo la destitución de Trump.

El presidente concluyó su noche con otro tuit: La reunión entre el presidente Putin y yo fue un gran éxito, ¡excepto en los medios de noticias falsas!