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Tepito Arte Acá basa su más reciente montaje en la novela de Everardo Lara

El pachuco y el jaguar, la lucha de jóvenes ecologistas en contra del maíz transgénico
Foto
Durante la puesta en escena en el salón Los ÁngelesFoto Roberto García Rivas
 
Periódico La Jornada
Sábado 25 de noviembre de 2017, p. 9

El versátil grupo de Tepito Arte Acá montó su más reciente producción teatral El pachuco y el jaguar, basada en la novela de Everardo Lara, titulada Así no era la era del Quinto Sol.

La obra ha sido puesta en diferentes escenarios de la capital, como parques y algunos pequeños teatros de las delegaciones pero en esta ocasión, ocurrida en días pasados, tuvo un recinto que se podría decir de lujo: el legendario salón Los Ángeles, ad hoc para la trama por su cercanía con la colonia Morelos, barrio en el que transcurre la acción novelada y sitio emblemático para el esparcimiento de la banda tepiteña.

Susana Meza, directora de la puesta en escena y responsable del grupo Tepito Arte Acá, desde 1980, es egresada de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Señaló que la obra aborda la problemática del maíz mesoamericano, en un panorama apocalíptico entre plumas de rumberas y danzantes, centrado en la lucha entre un diputado que intenta autorizar el grano transgénico y jóvenes ecologistas que tratan de impedirlo.

Manifestación de vida

Aparecen personajes populares, como el Pasitos Pachinao, quien desafortunadamente estuvo ausente de esta función, pero que para la trama tuvo un buen sustituto en Julio César Rubio Pérez, un actuario habitué del salón Los Ángeles y de otros recintos que a esto del baile se dedican y bien, pues, sentencia que es una primordial manifestación de vida que demuestra la pasión que se pone en práctica para conquistar a la dama, aunque acepta que alguna vez le ha tocado bailar con la más fea.

La agrupación Tepito Arte Acá esta compuesto de 35 actores, la mayoría habitantes del barrio, aunque hay sus excepciones, como el caso de Chuchito Arroyo, el cecehachero bien recordado por su festines decembrinos en la calle de Adelina Patti, en Peralvillo, en la casa de su abuelo, quien combinaba la memorabilia fascista con lo kitsch, que ahora reside por los rumbos de la Villa de Guadalupe.

El repertorio del grupo está integrado por 15 obras, explicó Meza. En la actualidad también tiene la misión de restañar las heridas del tejido social, y restaurar la atmósfera ahora imbuida en el miedo generado por la destrucción causada de los sismos de septiembre.

Se estima que habrá más funciones de El pachuco y el jaguar, las cuales podrían tener como escenario algún lugar del Centro Histórico o quizás un patio de vecindad u otro sitio del barrio de Tepito.