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Alteran colocación de registros de evidencias; el cuerpo fue puesto en una posición distinta

Fallas al reconstruir el asesinato de Valdez
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Labores periciales para determinar pistas en el homicidio del periodista Javier Valdez Cárdenas, corresponsal de La Jornada en Sinaloa y cofundador del semanario Ríodoce
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Especialistas de la Procuraduría General de la República y de las policías Científica y Federal llevaron a cabo los trabajos tendentes a esclarecer el crimen
 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de mayo de 2017, p. 4

En la reconstrucción del asesinato de Javier Valdez, realizado por peritos de la Procuraduría General de la República (PGR) e integrantes de las policías Científica y Federal, se incurrió en fallas.

Se alteró la colocación de los registros de evidencia que se recolectaron; en las fotografías del 15 de mayo no aparece ninguna herida por disparos en la espalda del periodista, a la altura del omóplato, como lo señala el peritaje oficial.

Ubicaron al personaje con que se recreó en una posición distinta a como quedó el cuerpo del periodista, primero al ubicarlo con las piernas abiertas en compás y con la nariz directa al suelo; el cadáver tenía el lado derecho de la cara hacia el suelo y la cabeza hacia ese lado, mientras que la representación la ubicó de frente al piso.

Especialistas forenses con reconocimiento internacional –que solicitaron el anonimato, ya que colaboran con la PGR en diversos casos– revisaron a solicitud de La Jornada las imágenes elaboradas por la procuraduría, tanto en la recreación del homicidio como en la presentación computarizada, y a diferencia de los peritos oficiales, las fuentes consultadas consideraron que las piernas de Javier Valdez quedaron juntas debido a que fue arrodillado antes de que dispararan a su cabeza; su cuerpo cayó en posición lateral y el sombrero no se desplazó sobre el piso.

Las evidencias

Javier Valdez Cárdenas fue asesinado el pasado 15 de mayo, a las 12 horas, en la avenida Vicente Riva Palacio, entre Epitafio Osuna y General Ramón F. Iturbe, en la ciudad de Culiacán. Las imágenes tomadas por distintos medios de comunicación muestran que las señalizaciones de los puntos donde los especialistas sinaloenses localizaron las evidencias fueron modificadas para la reacreación.

El indicio que los forenses marcaron con el número 1, aparece atrás de los pies de Javier Valdez y cargado a la derecha. Mientras que en la reconstrucción ese marcador se colocó atrás de los pies y cargado al lado izquierdo.

Durante la recreación los indicios 1, 2, 3 y 4 fueron colocados casi horizontalmente atrás de los pies y al lado derecho del cadáver. En las imágenes captadas el pasado 15 de mayo, esas evidencias fueron ubicadas de la siguiente manera: la primera a la altura de los tobillos y las demás en diagonal hacia los pies del informador.

El indicio marcado con el número 5 por los peritos oficiales fue ubicado hacia la rodilla y pantorrilla, mientras que en la colocación de los especialistas sinaloenses la marca fue ubicada a la altura de las costillas de Javier Valdez.

La evidencia número 7 fue colocada por los peritos de la Fiscalía de Sinaloa frente y muy cerca de la cabeza, mientras que los forenses de la PGR y de la Policía Federal la colocaron hacia la derecha y alejada. Las evidencias 9 y 10 están en puntos distintos a los que fijaron los forenses de Sinaloa.

Los especialistas consultados señalaron que en el nuevo sistema de justicia penal una prueba pericial de este tipo tiene que realizarse con apego a los registros y no se llevó a cabo de esa manera, ya que las evidencias se cambiaron de lugar y ello modificaría el resultado de la prueba, así como las distancias y posiciones en que fueron percutidos los casquillos.

La piernas y la cabeza

Los peritos sinaloenses fijaron el cuerpo del corresponsal de La Jornada y cofundador del semanario Ríodoce con las piernas prácticamente juntas, aunque la extremidad izquierda un poco contraída, y los pies están hacia el lado izquierdo del cuerpo.

En tanto, los peritos de la PGR y de la Policía Federal realizaron la recreación y el personaje utilizado para ello concluyó con el compás abierto.

Los especialistas consultados señalaron que en este apartado, la PGR estableció que en la recreación la víctima cayó con la nariz directa al piso, y los brazos quedaron con las manos como si se posicionara para realizar lo que comúnmente se conoce como largatijas y con los codos un tanto abiertos y hacia arriba. Mientras que la fijación del cave (sic) refiere que los brazos quedaron más abajo del cuerpo y totalmente pegados al piso.

Los peritajes de la PGR refieren que el cadáver pudo haber sido movido por los socorristas, pero las imágenes del 15 de mayo permiten –dijeron las fuentes consultadas– observar que solamente revisaron en el cuello si aún tenía signos vitales, sin mover el cadáver.

Respecto de si el informador fue arrodillado, los especialistas consultados refirieron que no tendría por qué existir alguna lesión en las rodillas o en otra parte de los restos, porque no anduvo por el piso en esa posición, y en todo caso en el pantalón debieron quedar rastros adheridos en la zona de las rodillas.

Por ello, dijeron, se explica que al haber sido impactado por un disparo en un costado de la cabeza el cuerpo cayera hacia un lado –como se aprecia en las imágenes–, y quedó con las piernas extendidas. En tanto, en la reconstrucción de hechos la víctima quedó con todo el rostro en el suelo y el sombrero en una posición distinta a la que muestran las imágenes ya que, según los peritajes oficiales, la víctima mantuvo el sombrero en su lugar.

Los disparos en la espalda

Los especialistas consultados señalaron que no existe evidencia en las imágenes de un disparo en la espalda –a la altura del omóplato– del informador, como lo señalaron los peritos oficiales, y que mostraron en una imagen creada por computadora y en la reconstrucción del homicidio. Existe evidencia de un disparo que provocó lesiones a la altura de la nuca, pero dijeron que no se nota sangre debido a que esta escurrió por el cuello hacia el piso.

Asimismo, fuentes de la Fiscalía sinaloense señalaron que durante el levantamiento del cadáver no existió evidencia de un disparo en la espalda, pero sí de una lesión en el lado derecho a la altura de la axila.