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En cinta iberoamericana ganó Oscuro animal, de Colombia

Premian a Maquinaria panamericana como mejor película mexicana del FICG
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Fotograma de La cuarta compañía, que se filmó en la cárcel de Santa Martha Acatitla
Enviado
Periódico La Jornada
Sábado 12 de marzo de 2016, p. 9

Guadalajara, Jal.

Maquinaria panamericana, del director Joaquín del Paso, se llevó el premio Mezcal como mejor película mexicana de la 31 entrega del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG).

La mejor película iberoamericana fue la colombiana Oscuro animal, de Felipe Guerrero, quien además fue reconocido como mejor director.

El galardón del público se dio al documental El charro de Toluquilla, dirigido por José Villalobos Romero.

La cuarta compañía, dirigida por Amir Galván y Vanessa Arreola, ganó como mejor opera prima mexicana; el premio como mejor actor fue para Adrián Ladrón.

El reconocimiento a la mejor actriz fue para la triada femenina de Oscuro animal: Marleyda Soto, Luisa Galiano y Jocelyn Meneses. La cinta de Felipe Guerrero se llevó además la mejor fotografía, a cargo de Fernando Lockett.

La cuarta compañía además obtuvo una mención especial del jurado encargado de elegir la mejor cinta iberoamericana y una recomendación para ser considerada en la selección de los Globos de Oro con la cinta de Roberto Sneider, Me estás matando, Susana.

Por su lado, la puertorriqueña La granja, dirigida por Ángel Manuel Soto, fue condecorada como mejor opera prima iberoamericana.

En tanto, El charro de Toluquilla fue reconocido como mejor documental iberoamericano, y por su trabajo Paciente, Jorge Caballero recibió el premio especial del jurado a documental.

El premio a mejor cortometraje iberoamericano fue concedido a Los Ángeles 1991, de Miguel de Olaso y Bruno Zacarías. El caso de Juan recibió una mención especial en la misma categoría.

El premio Rigo Mora, que reconoce al mejor cortometraje mexicano animado, fue para Los gatos, de Alejandro Ríos.

Finalmente, el premio Maguey se concedió a la francesa Theo et Hugo Dans Le Meme Bateau, y la brasileña Boi Neon, mereció una mención especial.

Retrato de un periodo lóbrego

El último estreno de la edición 31 del FICG estuvo a cargo de la cautivadora ficción La cuarta compañía, de Amir Galván y Vanessa Arreola.

La película aborda una arista del lóbrego periodo en el que Arturo El Negro Durazo, amo y señor de la corrupción en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado, fue jefe policial de la Ciudad de México.

En entrevista, la pareja de cineastas mencionaron a La Jornada que la cinta fue rodada totalmente en la cárcel de Santa Marta, para que los actores se rozaran con los presos. Fue nuestra postura personal, creativa e ideológica, y para que los actores sacaron el estímulo necesario para preparar sus personajes.

Aseguraron que lo anterior no es el hilo negro, ya que hay muchas películas muy buenas que se han filmado en cárceles como uno de los valores de su producción, porque recrear una cárcel es muy complicado, y una verdadera prisión otorga la atmósfera y los estímulos reales.

Zambrano, ladronzuelo de 20 años condenado en Santa Marta Acatitla, es cooptado por el equipo de futbol americano Los Perros, que están apadrinados por El Negro Durazo. Su propósito mayor en prisión es no olvidar qué se siente ser libre, para lo cual sólo tiene ese deporte.

En tanto, Los Perros hacen leyenda: son el equipo de futbol americano que podría ir más allá de los muros de la prisión, donde también se les conoce como La cuarta compañía, que además son liberados para delinquir.

La película fusiona lenguajes, como noticiarios de televisión y recortes de periódicos de la época; al respecto Arreola y Galván mencionan: “Lo usamos para dar credibilidad a la historia que contamos. Era un instrumento para dar potencia y recordar al espectador en todo momento dónde está sumergido, pero que el telón de fondo es real. La cinta ganó profundidad al fusionar esos elementos.

Para acotar el tema de su película –que tardaron 10 años en terminar– y que no se les saliera de control con un personaje como El Negro Durazo, comentaron que “fue un asunto de contención, desde la manufactura del guión. Tuvimos la ayuda e tres personas fundamentales que nos asesoraron en varios momentos: Marina Stavenhagen, Felipe Cazals y Vicente Leñero; de manera muy generosa nos brindaron su asesoramiento y experiencia. Nos marcaron los acentos de dónde debíamos tener cuidado con lo que contábamos y los apuntes para que los personajes no resultaran una caricatura. Además, el cine nacional nos ha mostrado a un Negro Durazo fascinante, pero eclipsado por sus actos atroces”.

La cuarta compañía ganó el Guerrero de la Prensa, otorgado por la Red Mexicana de Reporteros Cinematográficos. En la entrega, los cineastas agradecieron a todos los periodistas que nos ayudaron hacer esta película, cuya historia ya había documentado Julio Scherer García.