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En 8 mil años la producción ha sido exitosa, indica durante conferencia en la UNAM

Siembra de maíz transgénico en México, innecesaria, considera Álvarez-Buylla
 
Periódico La Jornada
Miércoles 19 de agosto de 2015, p. 39

El maíz, que es patrimonio de México, se encuentra amenazado por la presencia de mazorcas transgénicas, aseguró Elena Álvarez-Buylla, investigadora del Instituto de Ecología (IE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La científica agregó que la siembra de maíz transgénico en territorio nacional es innecesaria, pues por más de 8 mil años se ha tenido una producción exitosa y sustentable, tanto en regiones a nivel del mar como en zonas altas.

Como parte del ciclo de conferencias La incidencia de la ciencia en conflictos socioambientales, organizado por la Facultad de Ciencias, Álvarez-Buylla planteó que los científicos corporativos afirman que el maíz transgénico no hace daño y que además es resistente a plagas y tolerante a herbicidas.

Pero lo que no dicen es que tiene sustancias químicas necesarias para su cultivo que son peligrosas para la salud. Tampoco señalan que no cuenta con los aceites, proteínas, fibras y anticancerígenos del original; ni dicen que posee almidones con altos índices glicéridos y contenidos tóxicos elevados.

Planteó que el maíz es la herencia, el sustento y la base de la alimentación y de la economía de los mexicanos, y a su vez es reconocido como pilar de la cultura indígena y campesina. Preservarlo libre de transgénicos y como bien común es nuestro derecho y obligación.

En su conferencia, que fue difundida por la UNAM, la investigadora resaltó que México tiene 59 razas de la gramínea y miles de variedades distribuidas en todo el territorio nacional. Asimismo, destacó que 15 por ciento de las plantas comestibles en el mundo provienen de México.

El maíz es pieza fundamental de la gastronomía mexicana, la cual fue declarada Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco. De afectársele, habrá un impacto no sólo nacional, sino internacional, pues se trata de un insumo fundamental para el futuro de la agricultura ante el cambio climático y las inestabilidades de los sistemas socioeconómicos, continuamente en crisis.

Aseveró que la planta alterada genéticamente tiene el potencial de destruir el sostén de la agricultura mexicana y mundial, e incluso cancelar la soberanía alimentaria. Por lo que para corregir la situación es necesario fomentar el respeto a la agricultura campesina y garantizar el derecho a comestibles no transgénicos, además de prohibir la liberación de ese tipo de maíz en México.

Álvarez-Buylla detalló sobre los daños para la salud por el consumo de estos productos. En Estados Unidos –el mayor consumidor de transgénicos en el mundo– sus ciudadanos han experimentado afectaciones, por ejemplo, el autismo ha aumentado considerablemente: en 1975 había un caso entre cada 5 mil individuos, en 2010 el índice es de uno entre cada 68.