Sociedad y Justicia
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Rechazan que se use para impartir danza árabe y repujado

Analizan alumnos que una comisión tripartita administre el Che Guevara
 
Periódico La Jornada
Lunes 24 de marzo de 2014, p. 38

Luego del enfrentamiento que se suscitó el 3 de marzo entre los colectivos que se disputan el control del auditorio Che Guevara de la Universidad Nacional Autónoma de México, que permanece tomado por un grupo autodenominado anarquista u okupa, en este recinto se realizan actividades que incluyen danza árabe, encuadernación artesanal y repujado, entre otras.

Esto ha generado el desacuerdo de miembros de la comunidad de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL) de la casa de estudios, que consideran que ese espacio debe ser gestionado por una comisión tripartita (estudiantes, académicos y trabajadores) para que ahí se realicen actividades políticas, artísticas, culturales, científicas y económicas. Hay incluso quienes afirman que estas actividades no abonan a la lucha de izquierda.

El auditorio Justo Sierra, renombrado Che Guevara por los estudiantes del movimiento de 1968, fue tomado por diversos colectivos en septiembre de 2000, siete meses después del rompimiento de la huelga estudiantil de 1999-2000. El reciente conflicto por su control empezó hace tres meses.

El pasado 19 de diciembre, los okupas ingresaron por la fuerza al auditorio para desalojar a los integrantes de los colectivos estudiantiles y sociales que mantuvieron la ocupación durante cuatro años. Pero el lunes 3 de marzo, jóvenes con el rostro cubierto –según versiones ligadas a los grupos expulsados en diciembre– actuaron de manera similar y volvieron a tomar el Che Guevara. Horas más tarde, los anarquistas retornaron y tras un enfrentamiento recuperaron el recinto.

Desde ese día, afuera del auditorio se han apostado personas que venden tortas vegetarianas, artesanías o libros. Además, hay una especie de mural en el que se anuncian las actividades semanales que se realizan en el interior: talleres de ajedrez, repujado, encuadernación, fabricación de globos de cantoya, reparación de computadoras y danza árabe.

Frente a ello, decenas de jóvenes de la FFL han manifestado su desacuerdo en que el auditorio sea utilizado sólo para esos fines y aseguran que el trabajo en su interior debe abrirse a toda la comunidad de la casa de estudios. En tanto, quienes apoyan al grupo okupa señalan que la venta de productos en el exterior es para el financiamiento de la autogestión del espacio.

Ante el problema, la comunidad estudiantil de la FFL se ha organizado en asambleas por colegios académicos donde ha planteado que el auditorio debe ser administrado por una comisión tripartita (estudiantes, trabajadores y académicos), que éste no se reintegre a las autoridades y que no sea un espacio de lucro ni de consumo o venta de alcohol y drogas ni que sea usado como dormitorio.

Durante las asambleas generales, donde participaron alumnos, colectivos y el grupo que mantiene la toma, estas ideas fueron rechazadas por estos últimos, por lo que no se ha concretado ningún acuerdo para resolver el problema.