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El filósofo Michael Löwy indica que la corriente influyó en movimientos políticos y sociales

Con la emancipación de pobres, la teología de la liberación cambió la historia de AL

En la crisis de la UACM se enfrentó un tiempo mesiánico, que es de peligro: Enrique Dussel

 
Periódico La Jornada
Sábado 27 de abril de 2013, p. 31

La combinación sui géneris entre las prácticas judeo-cristianas y el materialismo histórico, conocida como teología de la liberación, se convirtió en una realidad en América Latina y ha tenido una fuerte influencia en los movimientos sociales y políticos de la región, desde el sandinismo en Nicaragua hasta el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas, señaló el filósofo e historiador franco brasileño, Michael Löwy.

Al dictar una conferencia magistral en el plantel Del Valle de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), destacó que esta corriente ha contribuido a cambiar la historia de América Latina en las últimas décadas.

Recordó que la teología de la liberación fue escrita por pensadores latinoamericanos, entre ellos Enrique Dussel Ambrosini, rector interino de la UACM, quienes combinaron elementos fundamentales de la doctrina cristiana, como la idea de la redención mesiánica –cuyo equivalente profano es la emancipación de los oprimidos, de los pobres– con los postulados del marxismo, es decir, la crítica al capitalismo y, sobre todo, la convicción de que los oprimidos no son objeto de compasión, sino actores de su liberación.

Agregó que esos mismos pensadores fueron criticados duramente por el Vaticano, principalmente por el entonces cardenal Joseph Ratzinger, quien escribió una instrucción contra esta corriente en 1984, sin embargo, “ese texto es curioso –dijo–, tiene una frase que dice: ‘la teología de la liberación es una herejía, pero es tanto más peligrosa porque está muy cerca de la verdad’”.

Lo importante, subrayó Löwy ante un auditorio que resultó insuficiente para escucharlo, es que esta corriente es parte de la historia latinoamericana con un impacto social religioso y político enorme, y llevó a la participación activa de integrantes de la Iglesia en movimientos sociales, indígenas, campesinos, sindicales, partidos de izquierda o frentes de liberación.

En ese sentido, recordó que en una ocasión le preguntó al obispo Samuel Ruiz si él se identificaba con la teología de la liberación, a lo que aquel respondió: Sí, me identifico con ella, pero lo importante no es la teología, es la liberación.

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El filósofo e historiador Michael Löwy durante una visita a la UNAM en 2011Foto José Carlo González

Invitación

Michael Löwy se presentó ante estudiantes de la UACM a invitación expresa de Dussel Ambrosini para hablar sobre el pensamiento del filósofo alemán Walter Benjamin, quien –detalló– por los años 40 del siglo pasado tuvo la intuición de combinar la teología judeo-cristiana con el materialismo histórico, en su libro Tesis sobre la filosofía de la historia.

Por eso digo que Walter Benjamin nos ayuda a entender a América Latina y América Latina nos ayuda a entender a Walter Benjamin, pues en la praxis esa combinación si funcionó y tuvo consecuencias sociales, políticas e históricas en la región”, indicó.

En su participación, el rector interino de la UACM, Enrique Dussel Ambrosini, dijo que durante el conflicto contra la gestión de Esther Orozco Orozco, la institución pasó por un tiempo mesiánico, que desde la perspectiva del filósofo alemán Walter Benjamin es el tiempo del peligro.

Al comentar la conferencia de Michael Löwy, Dussel Ambrosini recordó que “muchos de ustedes, por rescatar a la universidad, han arriesgado hasta el puesto, porque muchos fueron expulsados y estaban angustiados.

Nos decían ustedes son valientes, (respondíamos que) no, tenemos mucho miedo, pero hay que hacer las cosas, dijo al explicar que la UACM pasó del tiempo de Cronos (cotidiano) al de Kairós (mesiánico) en el que, de acuerdo con el filósofo alemán, la vida puede terminarse por defender una causa.

Eso es para Benjamin el mesianismo, explicó, que lo pueden secularizar y sacar de la cotidianidad dogmática, pero es un concepto muy fuerte que no quería dejar de remitir a lo nuestro, dijo ante cientos de integrantes de la comunidad uacemita

Agregó que estamos viviendo un tiempo posmesiánico, de normalización; sin embargo, subrayó, sería bueno que no volviéramos nunca a la cotidianidad, sino que permaneciéramos en el calor de la construcción.