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El Australopithecus sediba, mezcla de mono y hombre
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La imagen, proporcionada por Lee R. Berger y la Universidad de Witwatersrand, muestra la reconstrucción del esqueleto del Australopithecus sediba, centro, junto a un pequeño de cuerpo humano femenino moderno, a la izquierda, y un chimpancé machoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de abril de 2013, p. 2

Washington, 11 de abril.

Medio mono, medio hombre: así describe un equipo internacional de investigadores al homínido Australopithecus sediba, descubierto hace unos años en Sudáfrica.

En seis estudios que publica Science online, los expertos señalan que este homínido, que vivió hace unos dos millones de años, tenía brazos y omóplatos similares a los monos, para trepar y colgarse de los árboles, y pelvis, manos y dientes parecidos a sus parientes humanos.

Señalan que el Au. sediba (denominación abreviada) sería un antecesor directo de la especie homo, de la que evolucionó el hombre moderno.

Los fósiles del Au. sediba fueron hallados en agosto de 2008 en Malapa, cerca de Johannesburgo. Son restos de tres individuos que han pasado por la lupa de incontables expertos.

Un ejemplo de esta mezcla es el tórax: la parte superior es muy estrecha, similar a la de los orangutanes, chimpancés o gorilas, mientras la inferior es similar a la humana.

Así, la forma cónica del tórax les permitía trepar y colgarse de los árboles, pero probablemente tenían problemas para caminar erguidos. No podían correr tramos largos, sobre todo porque carecían del bamboleo de los brazos que ahorra energía, explica Peter Schmid, de la universidad de Zúrich.

En cualquier caso, la forma de caminar del Au. sediba era peculiar: tenía unos talones muy pequeños, similares a los de los chimpancés, señala el equipo de expertos en torno a Jeremy DeSilva, de la Universidad de Boston.

Probablemente, los pies se inclinaban mucho hacia un lado al caminar. En esto se distinguen de otros australopitecinos, lo que hace suponer que había distintas formas de caminar sobre dos piernas.

La investigación de la mandíbula inferior y dientes, así como de la columna vertebral, también revela esa mezcla de mono y hombre.

Los brazos, salvo las manos, son una excepción, pues estaban adaptados para trepar.

Por el momento no está claro qué posición ocupa el Au. sediba en la evolución de los homínidos. Podría ser que no pertenezca a la lína Au. afarensis del este de África, grupo del que procede la famosa Lucy.