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Se inflige dolor en partes del cuerpo para aumentar la presión arterial

Boosting, difícil de probar, práctica para provocar más rendimiento: especialista
 
Periódico La Jornada
Sábado 1º de septiembre de 2012, p. a13

Londres, 31 de agosto. Boosting. Así se llama el método de dopaje con el que alguien se inflige dolor en partes del cuerpo con menor sensibilidad para aumentar rápidamente la presión arterial y esto es practicado por algunos atletas parapléjicos que realizan deporte de alto rendimiento.

“El boosting es claramente un problema porque es difícil de probar. También puede ser peligroso y poner en riesgo la vida si el atleta sufre un accidente cerebrovascular”, dijo el jefe médico del equipo alemán, Juergen Kosel, al inicio de los Juegos Paralímpicos de Londres.

Los especialistas advierten sobre métodos que provocan artificialmente hipertensión arterial y aumentan la frecuencia cardiaca. En este caso, los deportistas se lastiman intencionalmente para lograr lo que en los no discapacitados se produce en los entrenamientos de forma automática: con un incremento de la presión arterial el cuerpo puede soportar temporalmente una carga mayor, lo que a su vez mejora el entrenamiento y el desempeño competitivo.

En atletas con lesión en la médula espinal el organismo no realiza esto por sí mismo y las frecuencias cardiacas son normalmente inferiores a 120.

Para sentir dolor, los deportistas con discapacidad pueden llegar a quebrarse los dedos de los pies. Incluso las descargas eléctricas son un método bastante popular, ocasionalmente incluso en los testículos. En el cuerpo se genera una cadena de reacciones que conduce finalmente a una mayor actividad cardiaca.

Esto es devastador, afirma Abel Thomas, quien dijo que algunos corredores en silla de ruedas se ponían una espina en el respaldo para inducir una inflamación mediante la fricción.

En 1994 los científicos descubrieron que el rendimiento podía así aumentar muchísimo. Lo constataron en un estudio realizado en aquel entonces a ocho atletas que se provocaron un dolor inducido deliberadamente.

En un tramo de 7.5 kilómetros los corredores en sillas de ruedas mejoraron su rapidez 10 por ciento. Esta cifra llevada a las personas sin discapacidad significa una mejora de 12 minutos del récord en maratón.

Una investigación de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en 2009, encabezada por el científico canadiense Yagesh Bhambhanil, reportó que gran parte de los deportistas afectados sabía cómo hacerlo.

Yo llegué a un punto en el que me sometí a descargas eléctricas en la pierna, en los dedos de mis pies y hasta en mis testículos, dijo a la BBC el canadiense Brad Danivsky, de 36 años.

El Comité Paralímpico Internacional reconoció el problema hace 20 años. “Desde 1994 el boosting está oficialmente prohibido y los atletas deben someterse a una revisión”, dijo un portavoz del comité organizador de Londres 2012.

Sin embargo, el control es difícil, sobre todo si se utiliza el método de aumentar la presión arterial en los entrenamientos.

De acuerdo con una encuesta anónima del IPC en los Juegos Paralímpicos de 2008, el 17 por ciento de los entrevistados admitió haber experimentado el boosting alguna vez. Según los expertos, la cifra es mayor. No se puede introducir una parada en boxes durante la carrera y controlar la presión arterial, dice el estudio de Bhambhanil.

Además, es difícil predecir la presión arterial normal de un atleta antes de la que quizá sea la carrera más importante de su vida deportiva. El IPC puede recibir una ola de demandas si llegara a suspender a un atleta por una sospecha así, agrega.

En la práctica es difícil controlar, sólo puede apelarse a la razón, señala por su parte Abel Thomas.