Sirte, 20 de octubre. Muammar Kadafi, asesinado hoy al frente de las fuerzas que resistieron la insurrección impulsada por Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, fue el guía de la Revolución antimonárquica que transformó Libia en un pueblo próspero, sustentado en la industria petrolera y en una filosofía política basada en las tradiciones de los pueblos beduinos del desierto y el islam.

Miembro de una tribu con sede en la ciudad de Sirte, Kadafi nacionalizó la actividad petrolera y la banca para fincar la vida económica de seis millones de personas que, de acuerdo con estadísticas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, alcanzaron en 2010 un poder adquisitivo superior al de países como México, Brasil, Venezuela, Bulgaria, Serbia y Ucrania.

Nacido el 7 de junio de 1942, Kadafi renunció a sus estudios universitarios de historia y se enroló en la Academia Militar de Sirte durante los años en que Libia fue gobernada por el rey Idris I, el primer gobernante de la Libia moderna.

En 1969, a la edad de 27 años y con el rango de coronel, Kadafi encabezó un movimiento de oficiales jóvenes al que las potencias le dieron la bienvenida, a la luz del descubrimiento de yacimientos de petróleo ligero, de fácil refinación.

Admirador del líder chino Mao Tes Tung, Kadafi escribió el Libro Verde para fundamentar la filosofía política de un Estado de masas, árabe y socialista, conocido como la Jamahiriya, pero distinto a las democracias liberales capitalistas y al socialismo fundado en la antigua Unión Soviética.

Para gobernar, Kadafi organizó alianzas con unas 20 tribus de su país, permitiendo cuotas de poder regional y facilitando el acceso a la educación y las actividades económicas. La gente dedicada al pastoreo quedó exenta de impuestos en este país, que durante la Segunda Guerra Mundial fue escenario de batallas entre las dos grandes alianzas militares.

En 1996, sofocó un motín de opositores presos, con saldo de mil 200 muertos. Y en los años 80 se enemistó con Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, acusado de promover actividades subversivas en las zonas dominadas por Occidente, en el contexto de la guerra fría (1947-1989) y de organizar atentados contra intereses estadunidenses.

En última década, tras renunciar a las armas de destrucción masiva y aceptar su vinculación en el atentado contra un avión estadunidense en 1986, Kadafi fue aceptado en los círculos del poder internacional y las inversiones del Estado libio –según datos difundidos por CNN este jueves– alcanzaron este año 30 mil millones de dólares en Estados Unidos y Europa.

Kadafi fue asesinado este jueves en Sirte.